MADRID, 28 Oct. (EDIZIONES) -
Halloween es el momento oportuno para recordad a Freddy Krueger en Pesadilla en Elm Street; a Michael Myers en la saga Halloween o Jack Torrance en ElResplandor. Sin embargo, ¿hasta qué punto Halloween estigmatiza las patologías mentales?
No hay duda de que las películas americanas han popularizado mediante el miedo y el terror la imagen de personas con problemas de salud mental que se convierten en asesinos. "La representación de las películas sobre personas con problemas de salud mental como criminales o incluso asesinos está muy alejada de la realidad y acarrea un estigma", señalan expertos de la Clínica López Ibor.
La realidad es que, por ejemplo, los estudios del FBI revelan que la gran mayoría de asesinos en masa no tiene un problema de salud mental diagnosticado. "La representación tergiversada de hospitales inhóspitos que nos muestra el cine en demasiadas ocasiones, o con la caracterización de profesionales sanguinarios que se traslada a los disfraces de estas fiestas, puede desincentivar la búsqueda de ayuda profesional en casos donde es necesaria. Pero nunca debemos olvidar que la ficción es ficción", añaden
Por otra parte, el terror tiene su parte positiva para la salud mental. "Lo cierto es que no se pueda decir que todo sea blanco o negro. Un reciente estudio de 2021 descubrió que los fans del terror y los 'curiosos mórbidos', los que se sienten atraídos por situaciones de peligro o mortales, eran más resistentes psicológicamente durante la pandemia", señalan.
Los resultados de este estudio señalaban que la exposición a ficciones aterradoras permite a su audiencia desarrollar estrategias beneficiosas a la hora de afrontar situaciones del mundo real, incluyendo escenarios de peligro. Los autores de dicho estudio también sugerían que la afición al horror podía ser una válvula de escape para la ansiedad".
"Ni hay que fomentar el estigma, ni hay que demonizar Halloween y la cultura del terror. Debemos trabajar todos juntos en frenar los falsos estereotipos y seguir avanzando hacia la necesaria normalización del abordaje de los problemas de salud mental. Y, sobre todo, de recurrir a un especialista cuando sea necesario, especialmente entre los más jóvenes que a veces están más expuestos por parte de la cultura de masas a una imagen distorsionada sobre la salud mental", concluyen desde la Clínica López Ibor.