MADRID, 6 Abr. (EDIZIONES) -
Gracias a un grupo de investigadores alemanes de la Universidad de Greifswald se va dilucidando el raro trastorno de coagulación que podría ocasionar la vacuna de Oxford/AstraZeneca. Lo han llamado ‘VIPIT’ y tiene lugar en una persona de cada 300.000 vacunadas con esta inyección, por lo que se trata de un fenómeno raro o muy poco frecuente.
Por eso, en una entrevista con Infosalus el hematólogo y experto en trombosis Ramón Lecumberri, vocal de la Junta de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), lanza el mensaje a todas aquellas personas que se hayan inoculado con esta fórmula, o que vayan a hacerlo próximamente, de que deben estar tranquilos y huir de los alarmismos.
“Este efecto adverso que parece que estaría relacionado con la vacuna es muy infrecuente, y ahora, además, al saber el mecanismo involucrado esto permitirá aplicar el tratamiento más adecuado a estos cuadros en caso de que se produzcan. De hecho, ya varias sociedades médicas hemos diseñado una serie de algoritmos de diagnóstico y tratamiento del cuadro en caso de que la persona lo desarrolle. Esto permitirá un tratamiento precoz y más efectivo de lo que se venía haciendo hasta ahora que se desconocía qué sucedía”, aclara el también codirector del servicio de Hematología de la Clínica Universidad de Navarra de Pamplona.
En el ‘preprint’(versión incompleta o avance del trabajo de investigación) publicado por este grupo de científicos germanos se recoge que “los investigadores sugieren que estos eventos se asemejan a un trastorno conocido, la trombocitopenia inducida por heparina (TIH), que se puede tratar si se identifica de inmediato”.
En concreto, el trastorno se ha llamado ‘Síndrome de trombocitopenia protrombótica inmune inducida por vacuna’ o VIPIT (‘Trombocitopenia’ significa bajan las plaquetas, mientras que ‘protrombótica’ que aumentan los trombos).
Así, el doctor Ramón Lecumberri explica que la vacuna induciría esta reacción inmunológica rara (en una de cada 300.000 vacunas inyectadas) por la que se generan anticuerpos frente a las plaquetas, lo que se conoce como ‘factor plaquetar 4’. “Estos al unirse a las plaquetas las activan, favorecen la agregación de unas con otras, representando un estímulo protombótico muy potente”, destaca.
Esta agregación de plaquetas dice que sobre todo se produce en localizaciones poco frecuentes, en las venas abdominales y en los senos venosos cerebrales, y encima se acompañan de un descenso de las plaquetas.
“Al mismo tiempo que se activan las plaquetas, éstas se van consumiendo y su número desciende. Es un cuadro muy similar a lo que ocurre con los pacientes que reciben heparinas, lo que se llama trombocitopenia inducida por heparina o TIH. Las plaquetas cuando se juntan unas con otras generan un agregado plaquetario, un pequeño trombo, a la vez que se activa toda la coagulación y se genera un trombo patológico en esas zonas”, añade el experto en trombosis.
No obstante, y gracias en parte al trabajo de los investigadores alemanes, el miembro de la SEHH dice que ya es posible hacer un diagnóstico precoz del fenómeno, así como aplicar el tratamiento oportuno y además de forma temprana a la hora de evitar mayores complicaciones.
“Los signos de alerta sobre los que habría que estar pendiente son a partir del tercer día y la segunda semana tras la administración de la vacuna. Si aparece un dolor de cabeza intenso que no cede con antitérmicos, que incluso impide el descanso nocturno y aumenta con ejercicio o estando tumbado, que se puede acompañar de náuseas e incluso alteraciones neurológicas (visuales por ejemplo)”, detalla el especialista.
Pero también puede ocasionar un dolor abdominal intenso, no habitual como los dolores de tripas que podemos tener. A su juicio, se trata de una serie de señales de alarma por las que se debe a ir al centro médico a descartar una trombosis de senos venosos cerebral o abdominal. “En el centro de Urgencias harán las pruebas de imagen pertinentes, como una Resonancia, así como una analítica donde se verá si realmente hay alta sospecha de VIPIT”, sostiene.
El doctor de la CUN afirma que este síndrome se ha visto más en mujeres jóvenes, pero advierte de que caben dos posibilidades al respecto, y es que sea más frecuente en mujeres jóvenes porque éstas tienen una mayor propensión a enfermedades autoinmunes en general. Pero la otra posibilidad que debería contemplarse a este respecto, según considera, es que las personas que han recibido la vacuna de AstraZeneca eran mayoritariamente personas jóvenes y de profesiones esenciales, donde la representación femenina es muy alta. “A día de hoy con tan pocos casos reportados es difícil saber”, aprecia el experto.
Como experto en trombosis, piensa que en principio el riesgo de la vacuna obviamente es muy inferior al que puede suponer el superar la COVID-19, con altas tasas de mortalidad y de complicaciones, incluidas las trombóticas.
¿DETENER VACUNACIÓN CON ASTRAZENECA EN MENORES DE 60?
En España el límite para la administración de la vacuna se subió a 65 años, mientras que otros países como Alemania ha suspendido la vacunación de AstraZeneca a los menores de 60. Preguntado por este asunto, el especialista de la SEHH resalta que los beneficios de la vacuna exceden a los riesgos en cualquier grupo de edad.
Ahora bien, sí indica que las personas con más complicaciones con la COVID son las de mayor edad, “entonces el balance beneficio-riesgo gana, y a lo mejor ese beneficio-riesgo es más evidente o claro en grupos de población de mayor edad y puede ser que haya motivado las decisiones de otros países”.
Otra variable en la ecuación que puede entrar en juego ahora mismo, en su opinión, es la disponibilidad de alternativas, porque este raro trastorno de coagulación no se ha registrado con las inyecciones de Pfizer o Moderna; lo que pasa es que la UE se ha gastado muchísimo dinero en esta vacuna y por el momento no tenemos más posibilidades.
Por eso, el doctor Lecumberri insiste: “A día de hoy, con AstraZeneca, los beneficios superan a los riesgos, en cuanto a prevención de coronavirus y se debe seguir vacunando. Hay que tener en cuenta cuáles son los signos de alarma y en cuanto se detecte uno acudir a Urgencias”.
Insiste en que hay que diferenciar los efectos adversos inmediatos a todas las vacunas, como malestar general, dolor en la zona de punción, fiebre, o dolor cabeza en las primeras 36 horas; de este cuadro más infrecuente (VIPIT) y cuyos síntomas hemos descrito.
El tratamiento en estos casos es a partir de anticoagulantes por la complicación trombótica, así como con inmunoglobulinas, que bloquearían la unión de esos anticuerpos frente a las plaquetas inducidas por la vacunas, precisa el hematólogo.
A día de hoy, recuerda que la Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que los beneficios de la vacuna AstraZeneca superan sus riesgos y recomienda que continúen las vacunaciones.