MADRID 22 Abr. (EUROPA PRESS) -
Una investigación de la Universidad Hebrea de Jerusalén ha revelado que el estrés experimentado por las madres durante el embarazo altera la expresión de pequeñas moléculas de ARN en la sangre del recién nacido, particularmente en las niñas, y afecta a las enzimas clave en el sistema de regulación del estrés del cerebro, haciendo que sean más vulnerables a desafíos emocionales o del desarrollo.
El estudio, publicado en 'Molecular Psychiatry', analizó el estrés prenatal autopercibido por las mujeres durante el embarazo y descubrió que este puede reprogramar vías moleculares clave en el cuerpo del bebé, especialmente las vinculadas al sistema colinérgico, un grupo de neuronas y receptores que utilizan la acetilcolina (ACh) como neurotransmisor y rige la respuesta al estrés y la inflamación.
"Encontramos que incluso antes de que los bebés respiren por primera vez, el estrés que experimentan sus madres puede moldear la forma en que sus cuerpos manejan el estrés por sí mismos", ha señalado la profesora Hermona Soreq, una de las dirigentes del estudio.
Para la investigación, los responsables analizaron la sangre del cordón umbilical de aquellos bebés cuyas madres informaron de altos niveles de estrés durante el tercer trimestre. En concreto, evaluaron el ARN de transferencia (ARNt), en el que encontraron alteraciones notables, sobre todo en aquellos con origen en el ADN mitocondrial.
Estos hallazgos variaron en función del sexo del bebé, de tal modo que las recién nacidas fueron las que mostraron cambios más drásticos, incluyendo una disminución casi completa de ARNt mitocondriales específicos. Muchos de estos ARNt actúan sobre genes que regulan la acetilcolina, el neurotransmisor del sistema colinérgico esencial para la función cerebral y la regulación inmunitaria.
A partir de estos resultados, se abre la puerta a nuevas herramientas de diagnóstico para detectar los efectos del estrés prenatal y desarrollar nuevas intervenciones tempranas.
"Este estudio proporciona una poderosa visión de cómo el entorno materno puede dejar una huella biológica duradera en la siguiente generación", ha apuntado la investigadora Shani Vaknine Treidel, quien ha resaltado la importancia de ofrecer apoyo en salud mental a la madre durante el embarazo y, posteriormente, a los niños a lo largo de su vida.