Un estudio aporta nueva información sobre el inicio de la distrofia muscular de Duchenne

Archivo - Distrofia muscular de Duchenne.
Archivo - Distrofia muscular de Duchenne. - HAILSHADOW/ISTOCK - Archivo

MADRID, 27 Sep. (EUROPA PRESS) -

Un estudio de la Universidad de Portsmouth (Reino Unido) ha concluido que existe una forma mejor y más eficaz de tratar la distrofia muscular de Duchenne (DMD), un trastorno hereditario que limita la vida y ataca a los músculos.

La distrofia muscular de Duchenne está causada por una mutación genética y afecta a uno de cada 5.000 niños nacidos. Dado que el gen afectado se encuentra en el cromosoma X, las niñas son portadoras del gen mutado, pero sólo desarrollan la enfermedad en muy raras ocasiones (una de cada 50 millones). Los niños que padecen la enfermedad necesitan una silla de ruedas en la adolescencia y la mayoría muere antes de cumplir los 30 años.

Hasta ahora, se creía que la DMD se iniciaba en las miofibras, las células que intervienen en la contracción y que constituyen el grueso de cualquier músculo. Por ello, la búsqueda de un tratamiento se ha centrado durante mucho tiempo en estas células y en la forma de administrarles la terapia.

Esta nueva investigación, publicada en la revista científica 'eLife', ha revelado que la enfermedad comienza mucho antes en las células destinadas a convertirse en fibras musculares, conocidas como mioblastos.

"Los hallazgos son significativos porque cambian la forma de entender la enfermedad. Descubrimos que las funciones de los mioblastos son severamente afectadas por la ausencia de distrofina, y estas células son críticamente importantes para el crecimiento muscular normal pero también para la regeneración. Porque estas células miogénicas funcionan mal, el músculo dañado no puede ser reparado eficazmente. Y cualquier miofibra reparada eventualmente necesitará ser reemplazada, lo que no sucederá sin las células miogénicas, así que se convierte en un círculo vicioso", ha comentado el autor principal del estudio, el profesor Darek Gorecki, de la Facultad de Farmacia y Ciencias Biológicas de la Universidad de Portsmouth.

El año pasado, el equipo publicó los resultados de la modelización de la DMD para observar su desarrollo, desde su desencadenamiento inicial y su primera manifestación. Encontraron indicios de anomalías incluso antes del nacimiento en el embrión.

A la mayoría de los niños con DMD se les diagnostica entre los dos y los cinco años de edad, momento en el que los daños en su cuerpo ya son importantes. Este retraso en la identificación de la enfermedad puede estar impidiendo intervenciones terapéuticas que podrían ayudar a ralentizar, si no detener, la progresión de la enfermedad.

"Por el momento, nos centramos en la fase tardía de la enfermedad, tratando a los pacientes en la adolescencia, cuando la degeneración muscular ya ha hecho mella. En cambio, si tratamos de corregir las células que se encuentran al principio del proceso patológico, podríamos retrasar la degeneración muscular y prolongar la vida del paciente. Podemos hacerlo identificando y tratando a los recién nacidos con DMD y dirigiéndonos a las células miogénicas", añade el profesor Gorecki.

Según el artículo, las nuevas tecnologías podrían ser la clave para producir terapias eficaces contra esta devastadora enfermedad.