SEVILLA 10 Sep. (EUROPA PRESS) -
Un estudio liderado por el Centro Andaluz de Biología del Desarrollo (CABD) ha analizado "por primera vez" cómo afecta el contexto social al correcto funcionamiento del testículo. Este trabajo, publicado en la revista Cell Reports, muestra en la especie 'Drosophila melanogaster', también llamada mosca de la fruta, cómo la producción de espermatozoides solo aumenta cuando se detectan posibles parejas reproductivas, lo que supone "un avance" en el estudio de posibles mecanismos similares que podrían afectar a la salud reproductiva en humanos.
La reproducción es un proceso fundamental en el reino animal, sin embargo, para que se produzca, es necesario una coordinación entre el comportamiento social, es decir, en la búsqueda de pareja, cortejo y apareamiento, y el fisiológico, como la movilización de energía o cambio de dieta, sumado a la producción de gametos. Hasta el momento, la simbiosis entre las señales sociales y la gametogénesis en las hembras ha sido "ampliamente estudiada". Sin embargo, su existencia seguía siendo "en gran medida desconocida" en los machos.
En este proyecto, liderado por Salvador Herrera, investigador Ramón y Cajal en el CABD --centro mixto cofinanciado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universidad Pablo de Olavide (UPO) y la Junta de Andalucía (JA)--, se ha utilizado el macho de la mosca 'Drosophila' como modelo. Para obtener resultados concretos, se puso a prueba un protocolo donde los machos individuales fueron seleccionados y mantenidos en un estado virgen y aislados de cualquier hembra para posteriormente estudiar los efectos de convivir con tres hembras que no se habían apareado con anterioridad.
El trabajo, según señala en CSIC en una nota, muestra que la presencia de la hembra, una posible pareja reproductiva, es detectada por el macho debido a feromonas sexuales que estas segregan, lo que induce una activación de las células troncales del testículo que lleva a aumentar la producción de espermatozoides. Además, se ha podido describir la señalización interorgánica que desencadena la respuesta del testículo: el cerebro produce y libera más octopamina (una molécula derivada del metabolismo de aminoácidos), el homólogo de la adrenalina en insectos, y los músculos generan una señal de estrés, el factor TNF-a.
Desde el centro investigador, añaden que, aunque la mosca es un organismo distante de los humanos, al describir por primera vez cómo el contexto social afecta a la fertilidad en machos se abren nuevas posibilidades de estudiar si mecanismos similares afectan la salud reproductiva humana y pueden mejorarla. Ello, aclaran, podría suponer "un gran avance" para comprender mejor las causas y factores implicados en el descenso progresivo y acelerado de la fertilidad masculina observado en todo el mundo, ya que, según los estudios, los recuentos de espermatozoides han descendido más de un 50% en los últimos 50 años.
"Este estudio es el primero que describe cómo el contexto social afecta al funcionamiento del testículo, haciendo que la producción de esperma aumente solo cuando se detectan posibles parejas reproductivas. Este mecanismo permite optimizar el gasto energético que supone producir esperma. Es, además, un ejemplo de cómo el contexto social o las situaciones de aislamiento afectan a nuestra fisiología", remarca el investigador del CABD Javier Martín-Díaz.