MADRID 13 Mar. (EUROPA PRESS) -
Un estudio dirigido por el Centro Médico de la Universidad de Ámsterdam en el que participaron más de 600.000 personas muestra que el 80% de los pacientes con tuberculosis no tienen tos persistente, que antes se creía que era el síntoma más común de la enfermedad infecciosa. En concreto, los datos provenían de pacientes de África y Asia y se encontró que el 82,8% de las personas con tuberculosis no tenían tos persistente y el 62,5% no tenía tos en absoluto. Estos resultados se publican en 'Lancet Infectious Diseases'.
El trabajo apunta entonces que la infección se transmite principalmente por la tos, pero probablemente también por la simple respiración. "Nuestros resultados indican la razón probable por la cual, a pesar de los enormes esfuerzos para diagnosticar y tratar la enfermedad, la carga de tuberculosis (TB) en África y Asia apenas está disminuyendo", reflexiona Frank Cobelens, profesor de Salud Global en la UMC de Ámsterdam. "Una tos persistente es a menudo el punto de entrada para un diagnóstico, pero si el 80% de las personas con tuberculosis no la tienen, entonces significa que el diagnóstico se producirá más tarde, posiblemente después de que la infección ya se haya transmitido a muchos otros", añade.
El estudio analizó los resultados de los esquemas nacionales de monitoreo en 12 países y encontró que, además de la falta de tos, más de una cuarta parte de las personas con tuberculosis no presentaban ningún síntoma. Ambos rasgos son más comunes en mujeres que en hombres. Además, el estudio demostró que una cuarta parte de las personas sin tos tienen una gran cantidad de bacterias en el esputo y probablemente sean altamente infecciosas.
"Cuando tomamos en cuenta todos estos factores, queda claro que realmente necesitamos repensar grandes aspectos de cómo identificamos a las personas con tuberculosis. Está claro que la práctica actual, especialmente en los entornos más pobres en recursos, pasará por alto a un gran número de pacientes. con tuberculosis. En lugar de ello, deberíamos centrarnos en el cribado con rayos X y en el desarrollo de nuevas pruebas económicas y fáciles de utilizar", concluye Cobelens.