MADRID, 10 Mar. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio de la Universidad de Bergen (Noruega) que examina los efectos de los patrones de sueño y el trabajo por turnos en el sistema inmunológico ha descubierto que la falta de sueño y los turnos de noche aumentan el riesgo de varias infecciones comunes en enfermeras.
Publicados en 'Chronobiology International', los hallazgos revisados por pares enfatizan la importancia del sueño adecuado y la gestión de los turnos para reducir la susceptibilidad a las infecciones.
La sociedad moderna depende del trabajo por turnos, que exige que los empleados trabajen fuera de los horarios tradicionales. Si bien es esencial en sectores como la atención sanitaria, cada vez hay más pruebas de que estos patrones de trabajo pueden afectar negativamente a la salud de los trabajadores.
Este estudio, que analizó datos informados por 1.335 enfermeras noruegas, descubrió que el trabajo por turnos (en particular los turnos nocturnos) estaba asociado con un mayor riesgo de varias infecciones, incluido el resfriado común. "Estos hallazgos resaltan la necesidad de intervenciones personalizadas para reducir los riesgos de infección entre los trabajadores de la salud", relata Siri Waage, autora principal del estudio, quien es coordinadora del Centro Noruego de Competencia para Trastornos del Sueño, Hospital Universitario Haukeland, Bergen. "La falta de sueño y los turnos irregulares, incluido el trabajo nocturno, no solo comprometen la salud inmunológica de las enfermeras, sino que también podrían afectar su capacidad de brindar atención de alta calidad a los pacientes", añade.
Los investigadores analizaron datos del estudio Survey of Shift Work, Sleep and Health (SUSSH), recopilados en 2018. Los participantes, en su mayoría enfermeras (90,4 %), con una edad promedio de 41,9 años, informaron sobre la duración del sueño, las necesidades de sueño, los patrones de trabajo por turnos y la frecuencia con la que habían experimentado infecciones específicas durante los últimos tres meses.
Los análisis estadísticos, ajustados por factores como la edad, el sexo, el estado civil y las responsabilidades de cuidado infantil, revelaron un vínculo claro entre la deuda de sueño, el trabajo nocturno y el riesgo de infección. De esta forma, eestudio encontró que la deuda de sueño, definida como la brecha entre la necesidad de sueño y la duración real del sueño, aumentaba el riesgo de infección de manera dependiente de la dosis:
Las enfermeras con una deuda de sueño moderada (1-120 minutos de sueño menos de lo necesario) tenían un riesgo 33% mayor de padecer un resfriado común, mientras que aquellas con una deuda de sueño grave (más de 2 horas) tenían más del doble en comparación con aquellas sin deuda de sueño. El riesgo de neumonía/bronquitis fue 129% mayor para la deuda de sueño moderada y 288% mayor para la deuda de sueño grave.
Tanto la sinusitis como las infecciones gastrointestinales también mostraron mayores riesgos a medida que aumentaban los niveles de deuda de sueño. El análisis también reveló que el trabajo nocturno estaba vinculado con un mayor riesgo de resfriado común, pero no estaba asociado con ninguna de las otras infecciones examinadas. Por el contrario, la duración del sueño y los "retornos rápidos" (intervalos cortos entre turnos consecutivos) no estaban asociados con el riesgo de infección.
Estos hallazgos sugieren que garantizar un sueño suficiente puede ayudar a prevenir infecciones, aunque se necesitan más investigaciones para determinar las relaciones de causa y efecto. Siendo así, los autores proponen varias estrategias que podrían ayudar a reducir la deuda de sueño y potencialmente disminuir los riesgos de infección entre las enfermeras en el futuro.
"Las enfermeras podrían beneficiarse de patrones de turnos optimizados, como limitar los turnos nocturnos consecutivos y permitir un tiempo de recuperación adecuado entre turnos", agrega el coautor, el profesor St*le Pallesen, cuyas especialidades de investigación combinan psicología e insomnio, en el Departamento de Ciencias Psicosociales de la Universidad de Bergen.
"También puede resultar útil concienciar sobre la importancia del sueño para la salud inmunológica y fomentar los controles sanitarios y las vacunaciones periódicas entre los trabajadores sanitarios".
Una de las principales ventajas de este estudio es el gran tamaño de la muestra y el hecho de que se centra principalmente en enfermeras mayores de 30 años, lo que lo hace muy adecuado para analizar las asociaciones entre los patrones de sueño y el riesgo de infección en este grupo.
Sin embargo, los resultados pueden no ser generalizables a los hombres, las enfermeras más jóvenes, otras profesiones o aquellas personas con diferentes horarios de trabajo por turnos. Además, dado que la recopilación de datos tuvo lugar en primavera, fuera de la temporada típica de gripe, las tasas de infección pueden haber sido más bajas que si la encuesta se hubiera realizado en invierno.