MADRID, 10 May. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de investigadores dirigido por científicos de la Universidad de Harvard (Estados Unidos) ha mejorado el proceso de laboratorio de conversión de células madre en células beta productoras de insulina, utilizando métodos de separación biológica y física para enriquecer la proporción de células beta en una muestra. Sus hallazgos, publicados en la revista 'Nature', podrían ser usados para mejorar los trasplantes de células beta en pacientes con diabetes tipo 1.
En 2014, este laboratorio demostró por primera vez que las células madre podían ser convertidas en células beta funcionales, dando un paso hacia el suministro a los pacientes de su propia fuente de insulina. En ese proceso inicial, las células beta constituían el 30 por ciento de la mezcla celular final.
"Para mejorar del 30 por ciento, necesitábamos entender realmente el otro 70 por ciento de las células resultantes. Hasta hace poco, no podíamos tomar una muestra de nuestras células y preguntar qué tipo de células había allí. Ahora, con la revolución en la secuenciación unicelular, podemos pasar de la nada a la lista completa", explica Adrian Veres, el principal líder de la investigación.
Todas las células contienen el mismo conjunto de genes, pero los tipos de células difieren dependiendo de qué genes están activos o expresados. Los investigadores utilizaron la secuenciación unicelular para identificar el catálogo completo de genes expresados en decenas de miles de células individuales. Luego, agruparon las células según sus patrones de expresión.
Como era de esperar, algunas de las células tenían patrones de expresión génica similares a los de las células que producen hormonas en el páncreas humano: células alfa productoras de glucagón y células beta productoras de insulina. Inesperadamente, los investigadores también identificaron un nuevo tipo de célula que produce el neurotransmisor serotonina.
El equipo también encontró una proteína que se expresó solo en las células beta. Eso significaba que podían usarlo como un 'gancho' biológico para sacar a las células beta de la mezcla. Los científicos desarrollaron un segundo método para enriquecer las células beta: separar físicamente todas las células de la mezcla y luego dejarlas agruparse de nuevo. Esa agrupación enriqueció el número de células beta. Se basó en la hipótesis de que las células productoras de hormonas se sienten más atraídas unas a otras que a las células que no producen hormonas.
Juntos, los dos métodos aumentaron la pureza de las células beta en una muestra de células madre convertidas de 30 a 80 por ciento. "Mientras trabajamos para poner células beta derivadas de células madre en los pacientes, una mezcla más pura significa que podemos usar un dispositivo más pequeño y menos invasivo para entregar la misma cantidad de células funcionales", explica otra de las responsables del trabajo, Felicia Pagliuca.