Un estudio relaciona al glifosato con problemas de salud infantil

Archivo - Image de archivo de un profesional utilizando herbicida.
Archivo - Image de archivo de un profesional utilizando herbicida. - MLADENBALINOVAC/ ISTOCK - Archivo
Publicado: viernes, 7 febrero 2025 13:26

   MADRID, 7 Feb. (EUROPA PRESS) -

    El aumento de la exposición al glifosato, uno de los herbicidas más utilizados en gran parte del mundo, perjudica la salud infantil en los condados agrícolas estadounidenses, según un nuevo estudio realizado por economistas de la Universidad de Oregón (EEUU).

   En un artículo publicado en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences', los economistas Emmett Reynier y Edward Rubin demuestran que el drástico aumento del uso de glifosato en los condados estadounidenses más propicios a los cultivos transgénicos redujo el peso al nacer y la gestación, es decir, el número de semanas que transcurren desde la concepción hasta el nacimiento.

   Reynier es doctorando en economía y su trabajo se financia con una beca de investigación de la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos. Rubin es economista medioambiental y profesor adjunto del Departamento de Economía de la Universidad de Oregón .

   La EPA aprobó por primera vez el uso del glifosato como herbicida en Estados Unidos en 1974. La ley federal exige que tales decisiones se revisen cada 15 años. En 2020, la agencia determinó que, si se utiliza según las indicaciones de la etiqueta, el glifosato no plantea riesgos para la salud humana. La EPA también determinó que es improbable que el herbicida cause cáncer en humanos. En 2022, esas conclusiones fueron impugnadas ante los tribunales y anuladas por el Tribunal de Apelación del Noveno Circuito de Estados Unidos. Todavía están en proceso de revisión.

   El glifosato mata las plantas que no han sido modificadas genéticamente para resistir el herbicida. Los agricultores pueden utilizarlo para matar las malas hierbas en los campos sembrados con cultivos como el maíz, la soja y el algodón modificados genéticamente, cuyo uso agrícola se autorizó por primera vez en 1996. Desde la introducción de los cultivos modificados genéticamente, el uso anual de glifosato en EEUU ha aumentado alrededor de un 750 por ciento, según un informe del Servicio Geológico de EEUU.

   Reynier y Rubin planearon conjuntamente su estudio para establecer una base más rigurosa para comprender los efectos del glifosato en la salud humana. "Habíamos oído algunas afirmaciones bastante generales sobre los efectos de los pesticidas en la salud que parecían basarse más en correlaciones que en efectos causales. Sabemos que la gente está preocupada, y queríamos asegurarnos de que lo estábamos analizando con rigor", Reynier.

   En su estudio, los investigadores evaluaron los efectos sobre la salud humana utilizando tres tipos de datos existentes para los condados rurales de EEUU: la idoneidad de los cultivos modificados genéticamente, las aplicaciones históricas de pesticidas y los registros de nacimientos.

   Recabaron datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación sobre la idoneidad de los cultivos en función del suelo y el clima. Utilizaron esos datos para calificar los condados agrícolas según su idoneidad para el cultivo de maíz, algodón y soja modificados genéticamente. Los condados más aptos para estos cultivos

   La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación les proporcionó datos sobre la idoneidad de los cultivos en función del suelo y el clima. Utilizaron esos datos para evaluar la idoneidad de los condados agrícolas para el cultivo de maíz, algodón y soja modificados genéticamente. Los condados más aptos para estos cultivos, en su mayoría lugares donde ya se cultivaban versiones no modificadas genéticamente de estos cultivos, experimentaron aumentos significativamente mayores en el uso de glifosato después de 1996.

SELECCIONARON UN CONJUNTO DE MÁS DE 9 MILLONES DE NACIMIENTOS

   Los datos sobre nacimientos proceden del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EEUU. Rubin y Reynier seleccionaron un conjunto de más de 9 millones de registros de nacimientos en condados rurales entre 1990 y 2013. Todos los datos eran anónimos. No se incluyó información identificativa, como las ubicaciones precisas de los campos de cultivo y los hogares de los padres biológicos.

   "Usando el condado de la madre, emparejamos al bebé con la estimación de exposición al glifosato. Y luego nos preguntamos cuánto cambiaba el peso al nacer en los condados de mayor idoneidad frente a los de menor idoneidad", ha explciado Rubin.

   Antes de 1996, los datos muestran que las tendencias en dos resultados de nacimiento, el peso al nacer y la gestación, se mantuvieron bastante similares en los condados menos y más aptos para los cultivos modificados genéticamente. Sin embargo, a partir de 1996 la salud infantil se deterioró bruscamente en los condados más aptos para esos cultivos en relación con los condados menos aptos. Rubin y Reynier atribuyen ese deterioro relativo al cambio en el uso del glifosato provocado por la introducción de las semillas modificadas genéticamente.

LA GESTACIÓN MEDIA SE REDUJO EN UN DÍA

   Los investigadores controlaron cualquier factor no observado que pudiera haber afectado a la salud antes y después del nacimiento de un año a otro o entre condados. Así, los resultados implican que a niveles medios de exposición al glifosato, la gestación media se redujo en un día y el peso medio al nacer se redujo en 23-32 gramos, aproximadamente 1 onza.

   Sin embargo, también descubrieron que los cambios no afectaban por igual a todos los nacimientos. Al considerar cómo se repartían la gestación más corta y el menor peso al nacer entre todos los nacimientos, descubrieron que los efectos del glifosato eran mayores entre los bebés con el menor peso previsto al nacer.

   "Lo que esto significa es que, por la razón que sea, si se espera que un bebé esté en el extremo de peso al nacer más bajo de la escala, entonces la exposición al glifosato podría afectarle más. Es como estar enfermo y luego sufrir otra enfermedad. Eres más vulnerable", ha manifestado Rubin.

CUESTIONAN LOS CULTIVOS TRANSGÉNICOS Y SUS PRÁCTICAS AGRÍCOLAS

   Combinados con otros trabajos recientes, los hallazgos desafían la posición reguladora predominante de que los cultivos transgénicos y sus prácticas agrícolas asociadas son seguros -e incluso beneficiosos- para la salud, comentan Rubin y Reynier.

   "Creo que algo tiene que cambiar. Los reguladores podrían admitir que la exposición al glifosato presenta algunas preocupaciones para la salud humana. Cada vez hay más pruebas de que podría ser perjudicial", ha afirmado Rubin.

   Además, considera que podría haber un mayor seguimiento del uso y la exposición al glifosato, así como de la salud humana. "Todavía no hacemos un seguimiento en el agua. No hacemos un seguimiento cuando se aplica. Parece que, aunque no estemos preparados para regularlo de forma seria, podríamos controlarlo", ha finalizado el investigador.

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