Estudio revela el impacto de la anemia falciforme y la pobreza en el envejecimiento cerebral

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MADRID 20 Ene. (EUROPA PRESS) -

Un equipo multidisciplinario de investigadores y médicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis (Estados Unidos) ha publicado un estudio en en 'JAMA Network Open' que ayuda a explicar cómo la enfermedad puede afectar el rendimiento cognitivo en pacientes con anemia falciforme sin antecedentes de accidente cerebrovascular.

Cabe contextualizar que las personas con anemia falciforme (una enfermedad crónica en la que las células sanguíneas deformes y pegajosas se agrupan, lo que reduce el suministro de oxígeno a los órganos) tienen un mayor riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular y la consiguiente discapacidad cognitiva. Pero incluso en ausencia de un accidente cerebrovascular, muchos de estos pacientes tienen dificultades para recordar, concentrarse, aprender y resolver problemas, entre otros problemas cognitivos, y muchos se enfrentan a desafíos en la escuela y en el lugar de trabajo.

En este nuevo estudio, los investigadores descubrieron que los pacients tenían cerebros que parecían más viejos de lo esperado para su edad. El equipo también descubrió que las personas que experimentaban privaciones económicas y luchaban por satisfacer sus necesidades básicas, incluso en ausencia de anemia falciforme, tenían cerebros que parecían más envejecidos.

"Nuestro estudio explica cómo una enfermedad crónica y un bajo nivel socioeconómico pueden causar problemas cognitivos", expone la doctora Andria Ford, profesora de neurología y jefa de la sección de accidentes cerebrovasculares y enfermedades cerebrovasculares en WashU Medicine y autora correspondiente del estudio.

"Descubrimos que dichos factores podrían afectar el desarrollo y/o el envejecimiento del cerebro, lo que en última instancia afecta los procesos mentales involucrados en el pensamiento, la memoria y la resolución de problemas, entre otros. Comprender la influencia que la enfermedad de células falciformes y la privación económica tienen en la estructura cerebral puede conducir a tratamientos y medidas preventivas que potencialmente podrían preservar la función cognitiva".

Más de 200 adultos jóvenes de raza negra con y sin enfermedad de células falciformes, que viven en St. Louis y la región circundante en el este de Missouri y el suroeste de Illinois, participaron en exploraciones de resonancia magnética cerebral y pruebas cognitivas. Los investigadores, incluido Yasheng Chen, profesor asociado de neurología en WashU Medicine y autor principal del estudio, calcularon la edad cerebral de cada persona utilizando una herramienta de predicción de la edad cerebral que se desarrolló utilizando exploraciones cerebrales de resonancia magnética de un grupo diverso de más de 14.000 personas sanas de edades conocidas. La edad cerebral estimada se comparó con la edad real del individuo.

Los investigadores descubrieron que los participantes con anemia falciforme tenían cerebros que parecían tener, en promedio, 14 años más que su edad real. Los participantes con anemia falciforme y cerebros de aspecto más envejecido también obtuvieron puntuaciones más bajas en las pruebas cognitivas. El estudio también descubrió que el estatus socioeconómico se correlaciona con la edad cerebral. En promedio, se encontró una diferencia de siete años entre la edad cerebral y la edad real de los participantes en individuos sanos que experimentaban pobreza. Cuanto más severa era la privación económica, más viejos parecían los cerebros de dichos sujetos de estudio.

Los cerebros sanos se encogen a medida que las personas envejecen, mientras que la contracción prematura es característica de enfermedades neurológicas como la enfermedad de Alzheimer. Pero un cerebro más pequeño que parece más viejo también puede ser resultado de un retraso en el crecimiento temprano en la vida. La enfermedad de células falciformes es congénita, priva crónicamente al cerebro en desarrollo de oxígeno y posiblemente afecte su crecimiento desde el nacimiento. Además, los niños expuestos a la privación económica y la pobreza a largo plazo experimentan desafíos cognitivos que afectan su rendimiento académico.

Como parte del mismo estudio, los investigadores están realizando nuevamente pruebas cognitivas y escaneando los cerebros de los mismos participantes sanos y con anemia falciforme tres años después de su primer escaneo para investigar si los cerebros de aspecto más viejo envejecieron prematuramente o si su desarrollo se atrofió.

"Una sola resonancia magnética permite medir la edad cerebral de los participantes solo en ese momento", insiste Ford, "pero múltiples puntos temporales pueden ayudarnos a entender si el cerebro es estable, captando inicialmente las diferencias que estaban presentes desde la infancia, o el envejecimiento prematuro y la capacidad de predecir la trayectoria del deterioro cognitivo de alguien. Identificar quién tiene mayor riesgo de discapacidad cognitiva futura con una sola resonancia magnética puede ser una herramienta poderosa para ayudar a los pacientes con afecciones neurológicas".

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