MADRID, 2 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio apunta que la obesidad infantil, ahora en niveles de epidemia en varios países, como Estados Unidos, puede afectar el rendimiento escolar y las habilidades para afrontar las situaciones difíciles.
En su estudio, que se presentará este sábado durante la Conferencia y Exposición Nacional de la Academia Estadounidense de Pediatría, los investigadores analizaron las respuestas de 22,914 padres y cuidadores de niños de 10 a 17 años que participaron en la Encuesta Nacional de Salud Infantil 2016 de Estados Unidos.
El objetivo era determinar la asociación independiente entre el índice de masa corporal (IMC) y cinco marcadores de bienestar general en relación con el desarrollo de habilidades psicosociales y de afrontamiento positivas.
"La obesidad infantil es uno de los mayores desafíos de salud pública que enfrentamos hoy. Sabemos que los niños con obesidad tienen un mayor riesgo de padecer afecciones de salud a largo plazo que pueden durar hasta la edad adulta, y queríamos ver si la obesidad afecta el bienestar inmediato de un niño en relación con el desarrollo de habilidades psicosociales y otros signos", explica Natasha Gill, una de las responsables del estudio.
Gill y sus colegas analizaron las respuestas de los padres a preguntas sobre variables como el género, el estado de depresión, el promedio de horas de sueño por noche, la exposición media a los medios digitales por día, el nivel más alto de educación de los padres su hijo. Así, les preguntaron si sus hijos mostraban interés en aprender cosas nuevas, si se preocupan por hacerlo bien en la escuela o si hacía todos los deberes.
Los investigadores descubrieron que solo el 27,5 por ciento de los niños con obesidad, definidos como un IMC en el percentil 95 o superior para niños y adolescentes de la misma edad y sexo, tenían cinco marcadores positivos. Esto se compara con el 36,5 por ciento de aquellos en el rango de sobrepeso, con un IMC igual o superior al percentil 85, y el 39 por ciento de los niños con un IMC normal.
"La relación negativa entre la obesidad y estos marcadores sugiere que, en comparación con los niños con un IMC normal, los jóvenes obesos pueden tener menos probabilidades de desarrollar relaciones saludables, actitudes positivas y responsabilidad e interés en el aprendizaje. Se ha demostrado que los marcadores individuales de florecimiento permanecen igual a lo largo del tiempo como la personalidad de una persona, por lo que puede ser importante monitorear estos marcadores en la infancia para asegurar un desarrollo óptimo hasta la edad adulta", concluye Gill.