MADRID, 9 Dic. (EUROPA PRESS) -
Un estudio de la Facultad de Psicología de la Universidad de Leeds (Reino Unido) ha vinculado la primera ola de Covid-19 a síntomas depresivos a largo plazo.
Según el estudio, aquellos que declararon haber tenido Covid a principios de 2020 también tenían 1,67 veces más probabilidades de mostrar niveles de ansiedad clínicamente significativos al cabo de 13 meses que los que evitaron la Covid-19 en el mismo periodo de tiempo.
Dirigidos por el profesor Daryl O'Connor y la doctora Sarah Wilding, los investigadores han encuestado a más de 3.000 adultos del Reino Unido, que representaban una muestra representativa de la población general. El estudio se basó en la autodeclaración de Covid-19 por parte de los participantes, ya que al principio de la pandemia se disponía de un número limitado de pruebas. Sin embargo, los niveles de infección notificados son similares a los de otros dos estudios clave realizados en el Reino Unido en una época similar.
También han descubierto que tener un problema de salud mental antes de la pandemia se asociaba a un aumento de las probabilidades de contraer Covid-19. Entre las posibles razones de este hecho se encuentran factores relacionados con el estilo de vida, como el tabaquismo, vulnerabilidades de la salud física vinculadas a una mala salud mental y niveles más bajos de cumplimiento de las restricciones impuestas por el Gobierno en relación con la Covid-19.
Estudios anteriores realizados en dicho país han informado de un aumento de los síntomas de ansiedad y depresión después de que los pacientes contrajeran probablemente la Covid-19, pero solo unos seis meses después. Este estudio sugiere que el virus puede tener un impacto en la salud mental más duradero de lo que se pensaba.
Los investigadores hacen un llamamiento a los profesionales médicos para que tengan en cuenta sus hallazgos a la hora de tratar a pacientes que hayan contraído el SARS-CoV-2. En palabras del profesor O'Connor, "los resultados subrayan la importancia de que los médicos de cabecera y otros profesionales sanitarios estén atentos a estos síntomas de mayor duración y pongan en marcha tratamientos y apoyo para la salud mental, así como para la salud física, de los pacientes que puedan haber contraído la infección por Covid-19".
Los investigadores destacan que la larga duración de la Covid también puede ser un factor en los resultados, ya que sus síntomas a largo plazo, como la fatiga, los trastornos del sueño, los dolores de cabeza, la niebla cerebral, la pérdida del gusto y el olfato y la disnea podrían contribuir a la ansiedad, la depresión y el malestar. Así, concluyen que es necesario seguir investigando para identificar las causas de los efectos a largo plazo de la Covid-19 en la salud mental.
