Evalúan en embarazadas un nuevo enfoque de análisis sanguíneo
MADRID 18 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los estudios de las sustancias químicas presentes en la sangre suelen captar sólo una pequeña y desconocida fracción de todo el universo químico. Ahora, un nuevo enfoque pretende cambiar eso. Se trata de un trabajo de investigadores del Centro de investigación medioambiental Beate I. Escher Helmholtz - UFZ de la Universidad Eberhard (Alemania) que utilizaron muestras de sangre de mujeres embarazadas recogidas entre 2006 y 2008.
Los investigadores informan en un artículo publicado en 'Science' de que han cuantificado muchas mezclas complejas de sustancias químicas que pueden suponer riesgos neurotóxicos, incluso cuando las sustancias químicas individuales estaban presentes en niveles aparentemente inofensivos.
"La cuantificación de 294 a 473 sustancias químicas en el plasma es una mejora importante en comparación con el análisis selectivo habitual centrado en sólo unos pocos analitos selectivos", escriben los autores. Señalan que los estudios de detección suelen limitarse a menos de 100 sustancias químicas identificadas. Su trabajo representa un enfoque novedoso para la biomonitorización del "exposoma tóxico". El exposoma humano abarca todos los factores ambientales que una persona experimenta a lo largo de su vida, como lo que come, dónde vive y las sustancias químicas con las que interactúa. Entre esta miríada de factores, los seres humanos están expuestos a cientos, si no miles, de sustancias químicas a diario.
El exposoma tóxico se ha vuelto particularmente preocupante, ya que la creciente producción de sustancias químicas se ha relacionado con un aumento de enfermedades y trastornos del desarrollo, especialmente en niños expuestos a sustancias neurotóxicas y disruptoras endocrinas. Aunque los estudios de biomonitoreo humano (HBM) tienen como objetivo medir la carga química en muestras biológicas como la sangre y la orina, a menudo se centran en un conjunto limitado de sustancias químicas conocidas y pasan por alto la complejidad y variabilidad del exposoma tóxico en su totalidad. Además, pocos estudios han considerado la toxicidad de las mezclas químicas en el cuerpo.
Para abordar estas limitaciones, los investigadores adaptaron un bioensayo desarrollado originalmente para la evaluación de la calidad del agua para caracterizar la carga química y los efectos de la mezcla de sustancias químicas presentes en la sangre. Combinando el análisis químico de alta resolución con un ensayo in vitro de alto rendimiento para la neurotoxicidad, se evaluaron muestras de plasma sanguíneo de 624 mujeres embarazadas de la cohorte alemana LiNA. El enfoque permitió a los autores detectar y cuantificar 294 de las 1199 sustancias químicas objetivo.
Descubrieron que cada participante albergaba una mezcla compleja de sustancias químicas orgánicas, con entre 5 y 146 sustancias químicas detectadas por individuo, categorizadas en seis grupos: sustancias químicas industriales, pesticidas, productos farmacéuticos, productos de cuidado personal, relacionados con los alimentos y compuestos endógenos. Se demostró que muchas de las sustancias químicas detectadas interferían con el desarrollo de las neuritas.
Las pruebas experimentales de mezclas químicas simuladas confirmaron que los cócteles químicos complejos actúan de forma aditiva para producir efectos neurotóxicos, incluso si las concentraciones estaban por debajo de los umbrales de efecto tóxico de las sustancias químicas individuales. Las sustancias químicas atribuidas a la industria y los bienes de consumo fueron los principales impulsores de los efectos neurotóxicos en las mezclas.
"Estos efectos no suponen un problema inmediato para la salud de las mujeres embarazadas y sus bebés. Las concentraciones que detectamos reflejan los niveles típicos detectados en adultos sanos de todo el mundo; simplemente cuantificamos muchas más sustancias químicas y, por lo tanto, pudimos demostrar experimentalmente los efectos hipotéticos de la mezcla", afirma Beate Escher, investigadora del Centro de investigación medioambiental Beate I. Escher Helmholtz - UFZ y coautora del estudio.
"Sigue siendo preocupante darse cuenta de que encontramos rastros de casi todas las sustancias químicas persistentes que hemos producido en los últimos 100 años, así como de muchas de las sustancias químicas degradables pero muy utilizadas en la actualidad. Si continuamos produciendo y emitiendo sustancias químicas al ritmo actual, la carga de sustancias químicas acabará aumentando hasta alcanzar niveles que causarán efectos sobre la salud", concluye la experta.