MADRID, 29 Oct. (EUROPA PRESS) -
Las molestias torácicas asociadas a un infarto o a un evento cardíaco pueden sentirse a menudo más allá del pecho, ya que muchas personas refieren dolor en los hombros, los brazos, la mandíbula, el cuello, la espalda y la parte superior del abdomen. Un nuevo enfoque para evaluar el origen y los síntomas del dolor torácico puede ayudar a los médicos a mejorar los resultados de los pacientes y a reducir los costes sanitarios, según una nueva directriz conjunta de la Asociación Americana del Corazón y el Colegio Americano de Cardiología en 'Circulation' y el 'Journal of the American College of Cardiology'.
Con frecuencia, las personas tienen molestias en el pecho causadas por un problema cardíaco, y el dolor torácico es el principal síntoma notificado de un infarto o un evento cardíaco. Sin embargo, hay ocasiones en las que los episodios de dolor torácico no están relacionados con un evento cardíaco.
Los expertos de la Asociación Americana del Corazón y el Colegio Americano de Cardiología instan a las personas a buscar atención médica inmediata para el dolor en el pecho para determinar si se necesita atención urgente o más pruebas cardíacas.
La nueva directriz recomienda a los profesionales médicos que utilicen evaluaciones de riesgo estandarizadas, vías clínicas y herramientas para evaluar y comunicarse con las personas que experimentan dolor torácico. Aunque la evaluación del dolor torácico se ha tratado en directrices anteriores, ésta es la primera directriz completa de la Asociación y el Colegio centrada exclusivamente en la evaluación y el diagnóstico del dolor torácico.
"Todo el mundo debería saber cuáles son los síntomas que pueden indicar un ataque al corazón y que llamar a urgencias es lo más importante para salvar su vida o la de un ser querido que experimente dolor torácico", ha dicho la presidenta del grupo de redacción de la guía, Martha Gulati, profesora de cardiología y antigua jefa de la división académica de cardiología de la Universidad de Arizona, en Estados Unidos.
"Este enfoque estándar proporciona a los médicos la orientación necesaria para evaluar mejor a los pacientes con dolor torácico, identificar a los pacientes que pueden estar sufriendo una emergencia cardíaca y, a continuación, seleccionar la prueba o el tratamiento adecuados para el paciente adecuado", asegura.
Entre todos los adultos que acuden a los servicios de urgencias con dolor torácico, sólo alrededor del 5% padecerá un síndrome coronario agudo (SCA es un término que describe cuando el suministro de sangre al músculo cardíaco se reduce gravemente o se bloquea de forma repentina).
A más de la mitad se le diagnosticará finalmente un motivo no cardíaco para los síntomas de dolor torácico, como causas respiratorias, musculoesqueléticas, gastrointestinales, psicológicas y otras. Pero es fundamental evaluar la gravedad y la causa del dolor torácico.
La nueva directriz aconseja a los médicos que utilicen evaluaciones de riesgo estándar para determinar si un paciente tiene un riesgo bajo, intermedio o alto de sufrir un evento cardíaco. La guía también destaca que las mujeres son únicas cuando presentan síntomas de SCA.
El dolor torácico es el síntoma dominante y más frecuente tanto en los hombres como en las mujeres; sin embargo, es más probable que las mujeres presenten también síntomas acompañantes como náuseas y dificultad para respirar, advierte.
Para los profesionales de los servicios de urgencias que evalúan a las personas con dolor torácico, los objetivos iniciales deben ser identificar si hay causas que pongan en peligro la vida y determinar si es necesario hospitalizarlas o realizarles pruebas. Un cribado exhaustivo también puede determinar quién tiene un riesgo alto frente a un riesgo intermedio o bajo de sufrir un evento cardíaco.
Una persona con bajo riesgo de sufrir un evento cardíaco puede ser derivada para una evaluación adicional en un entorno ambulatorio en lugar de ser ingresada en el hospital. Los autores de la guía subrayan que existen oportunidades para reducir las pruebas innecesarias o inapropiadas para algunos adultos con dolor torácico, especialmente en el servicio de urgencias y para aquellos pacientes considerados de bajo riesgo de sufrir un evento cardíaco.
"Cuando algunas personas llegan al servicio de urgencias con dolor torácico, a menudo no necesitarán pruebas adicionales o inmediatas, y el equipo sanitario debe explicar al paciente y a su familia las distintas pruebas iniciales y la evaluación del riesgo, así como su nivel de riesgo --señala Gulati--. A menudo, los pacientes tienen preocupaciones adicionales porque temen un ataque al corazón u otro evento cardíaco grave, lo cual es comprensible. Sin embargo, disponemos de herramientas avanzadas que nos ayudan a determinar si es probable o no una emergencia cardíaca o un evento cardíaco grave".
Los médicos pueden reducir el miedo y las preocupaciones de los pacientes y reducir las pruebas adicionales mediante la toma de decisiones compartida. Como se indica en todas las declaraciones y directrices científicas de la Asociación Americana del Corazón/Colegio Americano de Cardiología, el proceso centrado en el paciente en el que los médicos comparten información y pasos con los pacientes como socios para llegar a un consenso sobre las pruebas y tratamientos preferidos es esencial.
Las investigaciones han demostrado que la toma de decisiones compartida permite a las personas con bajo riesgo de padecer problemas de salud graves participar activamente en su atención. También se ha comprobado que, gracias a la toma de decisiones compartida, se realizan menos pruebas adicionales, sin que haya diferencias en los resultados entre los pacientes de bajo riesgo.
"Aunque no hay una 'mejor prueba' para cada paciente, la guía hace hincapié en las pruebas que pueden ser más apropiadas, dependiendo de la situación individual, y cuáles no aportarán información adicional; por lo tanto, estas pruebas no deben hacerse sólo por hacerlas", añade Gulati.
"La realización de pruebas adecuadas también depende de la tecnología y los dispositivos de cribado que estén disponibles en el hospital o centro de salud donde el paciente esté recibiendo atención --prosigue--. Todas las modalidades de imagen destacadas en la guía tienen un papel importante en la evaluación del dolor torácico para ayudar a determinar la causa subyacente, con el objetivo de prevenir un evento cardíaco grave".