MADRID 15 Mar. (EUROPA PRESS) -
El experto del Servicio de Neurofisiología Clínica de la Fundación Jiménez Díaz, el doctor Miguel Pintor, asegura que en caso de presentar síntomas de patologías del sueño, como el insomnio, la apnea obstructiva de sueño o el síndrome de piernas inquietas, "se debe buscar atención médica para diagnosticarlo y tratarlo adecuadamente, y nunca recurrir a la automedicación, que puede conllevar efectos nocivos" en la salud.
Con motivo del Día Mundial del Sueño, conmemorado cada 15 de marzo, el experto recuerda que además de preparar al cuerpo para el periodo diurno, el sueño "también regula diferentes procesos a nivel neuronal, hormonal y cardiovascular, entre otros".
"Las necesidades de sueño varían de una persona a otra, e incluso en la misma persona pueden cambiar según la edad y la actividad que se haya realizado durante el día", añade el doctor Pintor.
Asimismo, subraya que el sueño está compuesto por ciclos que tienen diferentes fases que van cambiando a lo largo de la noche: el sueño REM (por sus siglas en inglés 'Rapid eye movement', movimiento ocular rápido), y no REM, dentro del cual hay que distinguir entre sueño superficial y profundo.
"En la primera parte de la noche predomina el sueño profundo -continúa el especialista-, durante el cual el umbral para despertarse es mayor y, en consecuencia, somos menos conscientes de lo que puede ocurrir alrededor; mientras que en la última parte predomina el sueño REM y el superficial que, aunque es más ligero, no es de peor calidad; de hecho, es igual de importante como el sueño profundo".
MANTENER EL SUEÑO "EN FORMA"
En este contexto, el doctor Pintor pone en valor la importancia, no solo de lograr una buena calidad de sueño, sino también de cuidarlo y "mantenerlo en forma", siguiendo unos hábitos de sueño adecuados.
Para ello, desde el Servicio de Neurofisiología Clínica proponen, entre otras cuestiones, mantener un horario fijo para acostarse y levantarse, incluidos fines de semana y vacaciones, y permanecer en la cama el tiempo suficiente, adaptándolo a las necesidades reales de sueño.
Además, aconsejan evitar la siesta, pudiendo hacer excepciones en casos concretos después de comer, con una duración no mayor de 30 minutos, así como evitar las bebidas que contienen cafeína y teína, el alcohol y el tabaco.
Realizar ejercicio regularmente, durante al menos una hora al día, con luz solar, preferentemente por la mañana o primera hora de la tarde, y, en la medida de lo posible, mantener el dormitorio a una temperatura agradable y con unos niveles mínimos de luz y ruido, son otros de los consejos que proponen los expertos.
Asimismo, debido a que el hambre y las comidas copiosas pueden alterar el sueño, recuerdan evitar acostarse hasta que hayan pasado dos horas después de la cena o tomar algo ligero antes de la hora de acostarse, no siendo recomendable ingerir chocolate, grandes cantidades de azúcar ni líquidos en exceso.
Por último, aconsejan evitar realizar ejercicios intensos o utilizar dispositivos electrónicos con pantallas (TV, ordenador, móvil, tabletas) en las dos horas previas al sueño nocturno.