Experto asegura que la esfera sexual es parte indisoluble de la vida de una persona que vive con VIH

Archivo - Close up of female feet.
Archivo - Close up of female feet. - GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO / SANTIAGO NUNEZ
Publicado: viernes, 10 junio 2022 13:03

MADRID 10 Jun. (EUROPA PRESS) -

La esfera sexual es parte indisoluble de la vida de una persona
que vive con VIH y determinante en su calidad de vida, según ha comentado el doctor del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Ramón y Cajal, José Antonio Pérez Molina.

El experto ha sido el moderador del webinar 'Salud sexual', celebrado en el marco del programa de formación 'on line' 'VIH es 2.0: Ir más allá de la indetectabilidad', impulsado por la Sociedad Española Interdisciplinaria del Sida (SEISIDA) y Gilead, y que quiere dar respuesta a los retos que todavía persisten en el manejo de la infección por VIH. "En la salud sexual influyen "tanto las infecciones de transmisión sexual como otros aspectos como puede ser la disfunción eréctil, la falta de deseo o incluso la satisfacción con las relaciones sexuales", ha dicho.

Así, el médico adjunto en Enfermedades Infecciosas-Medicina Interna del Hospital Universitario de la Princesa de Madrid, Lucio J. García-Fraile, que ha realizado una revisión de las nuevas y viejas infecciones de transmisión sexual (ITS) que implican un problema de salud en colectivos de gais, bisexuales y hombres que tienen sexo con hombres (GBHSH), ha recordado que las relaciones sexuales suponen un contacto íntimo en el que coexisten las vías de transmisión aérea, por contacto, sexual y orofecal.

De hecho, los datos presentados por este experto muestran que se está produciendo un incremento de las ITS en España, especialmente entre las personas menores de 35 años, sobre todo entre los varones. Asimismo, García Fraile ha destacado la importancia de tener en cuenta que muchos agentes infecciosos pueden transmitirse durante el encuentro sexual como el virus de la viruela del mono, o aquellos relacionados con las hepatitis A, C o E.

Por ello, destaca, se hace necesario que se conozca el riesgo potencial que suponen estos agentes dentro y fuera de los colectivos asociados a estos determinantes de salud (GBHSH, VIH, usuarios de drogas inyectables). "E igual de importante o más, no generar mensajes discriminatorios o que lleven a la estigmatización de estos colectivos", ha recalcado.

En este sentido, el doctor Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda (Madrid), Alberto Diaz de Santiago, ha comentado la encuesta 'Aproximación al Chemsex 2O21: Encuesta sobre hábitos sexuales y consumo de drogas en España entre hombres GBHSH', en la que se constata que el consumo de sustancias con fines sexuales supone un problema de salud pública que afecta principalmente a GBHSH.

"El perfil del usuario de chemsex sería el de un hombre gay, entre 25 y 44 años, principalmente nacido en España, con estudios universitarios, activo laboralmente, y sin pareja estable motivado por hacer la relación sexual más placentera, tener más aguante físico, y aumentar la confianza en las relaciones sexuales", ha dicho.

Para ello se usa múltiples tipos de drogas, como alcohol, poppers, mefedrona, GHB/GBL, y los fármacos para la disfunción eréctil. "Resulta necesario diseñar programas de identificación, educación y prevención específicos que reduzcan la incidencia de las consecuencias más indeseables del chemsex en GBHSH, independientemente de su orientación sexual", ha añadido.

Otro aspecto que no ha querido obviar este experto fue la disfunción sexual en las personas con VIH, especialmente las personas heterosexuales. Y es que, tal y como ha explicado, el estrés que supone la discriminación por minoría conduce a comportamientos sexuales de riesgo, disfunción sexual, y alteraciones de la salud mental en HSH.

En estos casos, añade, es fundamental conocer la naturaleza exacta del problema para determinar las causas de esta situación anómala, que puede ser desde el hipogonadismo, incapacidad de los testículos u ovarios para secretar cantidades normales de hormonas relacionadas con el deseo sexual, psicosociales o farmacológicas. "Muchas personas sufren "estigma, aalteraciones de la imagen corporal, depresión, miedo a infectar a pareja sexual VIH-negativa o ansiedad", ha zanjado.