MADRID 29 Sep. (EUROPA PRESS) -
El cardiólogo del Hospital Beata María Ana de Madrid, Federico Lombera, ha avisado, con motivo del Día Mundial del Corazón, ha avisado de los riesgos que supone la exposición a la contaminación ambiental para la salud cardiovascular.
A su juicio, se trata de un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares al que no se le presta la atención suficiente. "La realidad es que ni en la población general, ni los médicos que se dedican al tratamiento de pacientes con problemas cardiovasculares, dan la importancia necesaria a la contaminación ambiental, centrando sus esfuerzos en el control de los factores de riesgo cardiovasculares tradicionales", ha dicho Lombera.
La contaminación ambiental causa anualmente más de tres millones de muertes relacionadas con afecciones cardiovasculares tales como la enfermedad coronaria, la insuficiencia cardiaca, los accidentes cerebro-vasculares, la fibrilación auricular, la muerte súbita y las cardiopatías congénitas.
"Existe cada vez más evidencia científica de la implicación de la contaminación en la alteración de la fisiología cardiovascular. Además, estudios recientes indican que, al contrario de lo que generalmente se cree, la afectación cardiovascular es preponderante sobre la afectación pulmonar por la inhalación de aire contaminado", ha subrayado.
Se calcula que en Europa se producen 760.000 muertes cada año por este motivo y, sólo en Madrid, más 5.000 muertes en exceso guardan relación con la exposición a la contaminación. Asimismo, un reciente estudio de 'Eur Heart Journal', situaba a la contaminación del aire como el cuarto factor de riesgo más importante para la mortalidad global.
En este sentido, Lombera ha subrayado la importancia de la concienciación por parte de los profesionales del ámbito sanitario. "Es fundamental que profesionales sean conscientes de la importancia que la contaminación tiene como factor de riesgo cardiovascular, y del impacto poblacional que se podría alcanzar si se tiene en cuenta", ha recordado.
Además, prosigue, es necesario que los médicos incluyan a la contaminación ambiental en el perfil de riesgo del paciente, valorando dentro de la historia clínica datos como dónde viven los pacientes; dónde, cómo y en qué condiciones trabajan o qué nivel de actividades realizan al aire libre.
Dicho esto, ha expuesto la necesidad de que aquellos pacientes con riesgo cardiovascular o con enfermedades cardiacas diagnosticadas limiten o disminuyan sus actividades en aquellos entornos donde la contaminación ambiental sea alta.
Por último, el cardiólogo del Hospital Beata María Ana ha hecho un llamamiento a la administración pública que, bajo su punto de vista debe estar comprometida con políticas y actividades dirigidas a mejorar el medio ambiente y a facilitar al ciudadano su participación individual, y a las sociedades científicas que deben dirigir, orientar, concienciar y estimular a los profesionales, a los pacientes y a la propia administración.