MADRID, 14 Ago. (EUROPA PRESS) -
El director médico de IGEN Biolab Group, el doctor Luis Usán, asegura que "la salud digestiva es clave para la salud global ya que esta influye en muchos aspectos del organismo".
"La microbiota intestinal es la responsable de mantener nuestra salud digestiva y también tiene un papel fundamental en el sistema inmunológico, el metabolismo, el cerebro y otras funciones vitales", afirma el experto.
Para mantener una buena salud digestiva, es importante cuidar la alimentación y la hidratación, así como evitar hábitos perjudiciales como el estrés, el sedentarismo o el consumo de alcohol y tabaco, según resalta el doctor Usán.
Un análisis genético y microbiológico permite conocer el estado de la microbiota intestinal y recibir recomendaciones personalizadas para mejorarla. El estudio se realiza mediante una muestra de heces que se envía al laboratorio por correo postal. Los resultados se entregan en un informe detallado que incluye información sobre la diversidad, el equilibrio, la función y los factores de riesgo de la microbiota intestinal, así como consejos sobre alimentación, suplementación y hábitos de vida.
"El análisis de la microbiota intestinal es una herramienta muy útil para conocer el estado de nuestra salud digestiva y general, ya que nos permite detectar posibles alteraciones o desequilibrios que pueden afectar a nuestra calidad de vida. Además, el análisis nos ofrece la posibilidad de mejorar nuestra microbiota mediante recomendaciones personalizadas basadas en la evidencia científica. De esta forma, podemos prevenir o tratar diversas enfermedades y mejorar nuestro bienestar", concluye el doctor Usán.
En cuanto al mantenimiento de la microbiota intestinal en buen estado, el experto explica que la alimentación es "el factor más influyente en la composición y diversidad de la microbiota intestinal".
"Una dieta equilibrada, variada y rica en fibra favorece el desarrollo de una microbiota sana y diversa, que nos protege de enfermedades inflamatorias, infecciosas o metabólicas. Por el contrario, una dieta pobre, monótona y rica en grasas y azúcares favorece la disbiosis, es decir, el desequilibrio de la microbiota, que se asocia con trastornos digestivos como el síndrome de intestino irritable, el estrenimiento o la diarrea", detalla.
Asimismo, es necesario beber suficiente agua para facilitar el tránsito intestinal y prevenir el estrenimiento, así como realizar actividad física regularmente para estimular el movimiento de los músculos del aparato digestivo. También se recomienda evitar el estrés, el tabaco y el alcohol, que pueden alterar la flora intestinal y causar problemas como gastritis, úlceras o reflujo.
El agua ayuda a mantener la mucosa intestinal en buen estado, facilita el tránsito intestinal y previene el estreñimiento. Además, el agua ayuda a eliminar toxinas y residuos del organismo.
Otro factor que puede ayudar a mejorar la salud digestiva es el uso de probióticos, que son microorganismos vivos que se encuentran en algunos alimentos como el yogur o el kéfir, o que se pueden tomar como complementos alimenticios. Los probióticos contribuyen a restaurar el equilibrio de la microbiota intestinal, que es el conjunto de bacterias que habitan en el intestino y que cumplen funciones esenciales para la salud.