MADRID, 25 Oct. (EUROPA PRESS) -
Durante la tercera jornada del XIV Congreso de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria, expertos han destacado que recientes estudios de investigación han demostrado que el inicio y la progresión de la pérdida de audición están estrechamente relacionados con la disponibilidad de nutrientes y su metabolismo.
La incidencia de los trastornos auditivos está aumentando de forma alarmante agravada por el aumento de la longevidad Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 466 millones de personas de todo el mundo sufren pérdida de audición discapacitante, un 5% de la población. En España, un 11 por ciento de los mayores de 15 años ya padecen alguna afectación.
La etiología de la pérdida auditiva es multifactorial, intervienen tanto factores genéticos como ambientales (ruido, sustancias ototóxicas y estado nutricional). En los últimos años, la hiperhomocisteinemia, un problema metabólico común presente en multitud de patologías caracterizado por la concentración elevada del aminoácido azufrado homocisteína, podría también estar relacionada con la pérdida auditiva.
"Ya existen estudios, aún en fases preliminares, que han permitido establecer una asociación directa entre la hiperhomocisteinemia y el grado de daño inducido por la exposición al ruido en la cóclea de ratones", ha afirmado Teresa Partearroyo Cediel, vocal de la Junta Directiva SENC y profesora Titular de Nutrición y Bromatología en la Universidad San Pablo CEU de Madrid en su intervención 'Análisis de la interrelación entre nutrición y daño auditivo'.
En contraposición, durante su intervención, señaló que el consumo de ácidos grasos omega 3 parece ser que podría proteger de esta pérdida auditiva.
FORMACIÓN E INFORMACIÓN AL CONSUMIDOR SOBRE NUTRICIÓN
Durante la jornada, se puso en valor la necesidad de informar y formar al consumidor sobre aspectos nutricionales relevantes a través del acceso a información rigurosa, de calidad y comprensible. El uso de recursos como gráficos o iconos, elaborados a partir de la aprobación de las Guías Alimentarias, son "una de las formas más sencillas para que los consumidores logren entender, interpretar e interiorizar las recomendaciones", afirmó Rafael Urrialde de Andrés, Profesor Asociado de la Unidad Docente de Fisiología Vegetal del Departamento de Genética, Fisiología y Microbiología de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Complutense de Madrid.
En este sentido ha destacado la presentación de NUTRIFEN, la mayor base de datos de alimentos y bebidas, de acceso abierto, que ha elaborado la Fundación Española de la Nutrición (FEN), que según manifestó su director general José Manuel Ávila, "se está actualizando constantemente y nace con el objetivo de recopilar la información nutricional de los productos alimenticios que se comercializan en nuestro mercado".
En palabras de Aránzazu Aparicio Vizuete, profesora titular del Departamento de Nutrición y Ciencia de los Alimentos de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid, las ventajas que ofrecen herramientas como NUTRIFEN es que se tratan de "bases de datos de nutrientes fácilmente modificables al estar informatizadas", al igual que incidió en la necesidad de "la elaboración de un consenso para el desarrollo de este tipo de herramientas y una mayor transparencia metodológica".
Finalmente, durante la ponencia 'La nutrición y el bienestar emocional: alteraciones e importancia de la socialización en nuestra salud', José Antonio López, profesor del departamento de Psicobiología y Metodología en Ciencias del Comportamiento y director del grupo de investigación sobre Psicofarmacología, genética y prevención de la adicción de la en la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, ha recalcado la importancia que la vida social juega en nuestra alimentación.
"Debemos elegir con quien nos juntamos, y que esta decisión se base también en lo que comen y beben, porque la salud va en ello", ha señalado José Antonio López durante su intervención. Llevado al campo de la nutrición, rodearse de personas que se alimentan de manera saludable o practican ejercicio físico facilita que se adquieran hábitos de vida saludable protegiéndonos del sobrepeso o la obesidad.