MADRID 22 Abr. (EUROPA PRESS) -
Los expertos reunidos en el evento '+D2', organizado por la plataforma de información Canal Diabetes y la colaboración de Sanofi, han recordado que las complicaciones asociadas al mal control glucémico y el colesterol alto pueden incluir: problemas oculares, renales, en los nervios, así como un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares como ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares.
El doctor Miguel Brito, del hospital Puerta de Hierro de Madrid, asegura que el riesgo cardiovascular en pacientes con diabetes tipo 2 se ve incrementado debido a factores como el tabaquismo, el colesterol alto, la hipertensión y los niveles elevados de glucosa en sangre.
"Es fundamental controlar estos factores de riesgo a través de cambios en el estilo de vida y, en algunos casos, medicación", ha señalaado, y en el caso concreto de las cifras de colesterol, "cuanto más bajas mejor y cuanto antes se bajen mejor".
De hecho, el experto ha querido destacar también que existen mitos en torno a la diabetes tipo 2 y su relación con la salud cardiovascular. "Por ejemplo, se cree erróneamente que los infartos son menos graves en pacientes diabéticos, cuando en realidad presentan un mayor riesgo de complicaciones", ha señalado.
Además, establecer el diagnóstico de la diabetes tipo 2 cuanto antes, y arrancar con el tratamiento en el primer momento, puede evitar muchas de las complicaciones asociadas a la patología, según la doctora Sara Artola, médica de Atención Primaria.
A diferencia de la diabetes tipo 1, que se trata de una enfermedad autoinmune y que generalmente se diagnostica en niños y jóvenes, la tipo 2 se presenta con mayor frecuencia en adultos, especialmente después de los 50 años.
Los profesionales sanitarios recuerdan que es crucial que, al recibir el diagnóstico, el paciente sea consciente de la importancia de adoptar hábitos de vida saludables desde el primer momento. "Vivir con esas cifras elevadas de glucosa produce daños en órganos vitales. Cuando se establecen controles desde el primer día, eso disminuye el número de complicaciones futuras", ha apostillado Artola. Esto incluye cambios en la dieta, aumento de la actividad física y, en algunos casos, medicación.
Para la doctora, "hay que olvidar el aspecto punitivo de poner insulina, y hay que incorporarlo como algo natural". Así, afirma que "el paciente no debe temer a la insulina, ya es el tratamiento más efectivo de los profesionales sanitarios".
Es importante desterrar mitos y estigmas asociados al tratamiento de la diabetes tipo 2, especialmente en lo que respecta al uso de insulina. La insulina es un recurso terapéutico valioso y no debe considerarse como un fracaso, sino como una herramienta más para controlar la enfermedad y prevenir complicaciones.
TECNOLOGÍA, EDUCACIÓN TERAPÉUTICA Y ACOMPAÑAMIENTO EMOCIONAL
Los expertos que han participado en +D2 recuerdan que, desde el momento del diagnóstico, es esencial proporcionar una educación terapéutica completa y personalizada al paciente. El seguimiento regular y la adaptación de los objetivos de control son fundamentales para garantizar un manejo óptimo de la enfermedad a lo largo del tiempo.
Asimismo, el acompañamiento y la gestión emocional juegan un papel crucial en el manejo de la diabetes tipo 2. Los pacientes necesitan sentirse apoyados y motivados en su proceso de cambio de hábitos. Algunas formas de acompañamiento, según el psicólogo Iñaki Lorente, incluyen "buscar cómplices o aliados en el entorno familiar o comunitario, afrontar de frente la enfermedad, pedir mucha ayuda y, sobre todo, pelear para que la diabetes no sea el centro de la vida del paciente".
Por tanto, la diabetes tipo 2 requiere un enfoque integral y multidisciplinario. Con una combinación de educación, seguimiento regular y uso adecuado de herramientas terapéuticas, es posible controlar la enfermedad y prevenir complicaciones graves. Según los expertos, "es fundamental que tanto pacientes como profesionales de la salud trabajen juntos para enfrentar este desafío y mejorar la calidad de vida de quienes viven con diabetes tipo 2.