MADRID 21 Sep. (EUROPA PRESS) -
Los niños autistas parecen tener un mayor riesgo de ser ingresados en el hospital si están expuestos a la contaminación atmosférica durante periodos relativamente breves, y los niños corren más riesgo que las niñas, sugiere una investigación publicada en la revista de acceso abierto 'BMJ Open'.
Los investigadores coreanos autores del estudio sugieren que los ingresos por problemas como la hiperactividad, la agresividad o las autolesiones podrían evitarse reduciendo al mínimo la exposición de estos niños a la contaminación atmosférica.
El trastorno del espectro autista (TEA) es un trastorno del neurodesarrollo con diversos síntomas y gravedad. Suele ir acompañado de neuroinflamación e inflamación sistémica, lo que significa que los fármacos, los suplementos y la dieta pueden mejorar los síntomas principales.
Se cree que la exposición a corto plazo a la contaminación atmosférica (de días a semanas) puede inducir una inflamación sistémica y una neuroinflamación, lo que puede aumentar el riesgo de ingreso hospitalario en los autistas. Pero los estudios anteriores sobre la contaminación atmosférica se han centrado en la asociación entre la exposición a largo plazo a la contaminación atmosférica (de meses a años) durante el embarazo y el periodo postnatal temprano y el desarrollo del TEA entre los niños.
Los investigadores querían averiguar si la exposición a corto plazo también podía suponer un riesgo de agravamiento de los síntomas del TEA entre los niños en edad escolar: el sistema nervioso en desarrollo de un niño es más susceptible a las exposiciones ambientales que el de un adulto.
Se basaron en datos oficiales del gobierno sobre los ingresos hospitalarios diarios por autismo entre niños de 5 a 14 años entre 2011 y 2015. Y recopilaron información sobre los niveles diarios nacionales de partículas finas (PM2,5), dióxido de nitrógeno (NO2) y ozono (O3) en cada una de las 16 regiones de la República de Corea durante un máximo de seis días.
La media diaria de ingresos hospitalarios por autismo durante el periodo de estudio fue de 8,5 en el caso de los niños autistas y fue mucho mayor en los niños (7) que en las niñas (1,6).
El análisis de los datos mostró que la exposición a corto plazo a las PM2,5, NO2 y O3 estaba asociada a un mayor riesgo de ingreso hospitalario por autismo, y que los niños corrían mayor riesgo que las niñas.
Un aumento de 10 microgramos/m3 en los niveles de PM2,5 se asoció a un riesgo 17% mayor de ingreso hospitalario por autismo, y un aumento de 10 partes por billón de NO2 y O3 se asoció a un riesgo 9% y 3% mayor, respectivamente.
Los investigadores calcularon que la exposición a estos contaminantes se asoció con un aumento de un cuartil (8,2 microgramos/m3 para las PM2,5, 6,7 ppb para el NO2 y 11,3 ppb para el O3), lo que corresponde a un riesgo 29% mayor de ingreso hospitalario por autismo, siendo el NO2 el que ejerció los efectos más fuertes.
Los investigadores reconocen que utilizaron los niveles regionales de contaminación atmosférica en lugar de los individuales, lo que podría haber afectado a sus resultados, y que los niños autistas con síntomas leves podrían tener menos probabilidades de recibir tratamiento psiquiátrico y, por tanto, podrían no haber sido incluidos.
No obstante, señalan que éste es el primer estudio que evalúa directamente los efectos de la exposición a corto plazo a la contaminación atmosférica en los resultados de salud relacionados con el TEA, y que se tuvieron en cuenta todos los ingresos hospitalarios por TEA en niños coreanos de 5 a 14 años.
"Este estudio sugiere que la exposición a corto plazo a la contaminación atmosférica afecta al agravamiento de los síntomas del TEA, que es más prominente entre los niños que entre las niñas", concluyen los investigadores.
Y añaden que "estos resultados enfatizan que la reducción de la exposición a la contaminación atmosférica debería considerarse para el tratamiento de los síntomas del TEA, con importantes implicaciones para la calidad de vida y los costes económicos".