La exposición a metales puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares

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MADRID 24 Sep. (EUROPA PRESS) -

La exposición a metales provenientes de la contaminación ambiental está asociada con un aumento de la acumulación de calcio en las arterias coronarias a un nivel comparable a factores de riesgo tradicionales como el tabaquismo y la diabetes, según un estudio de la Universidad de Columbia (Estados Unidos) publicado en 'JACC', la revista insignia del Colegio Americano de Cardiología.

Los hallazgos respaldan que los metales en el cuerpo están asociados con la progresión de la acumulación de placa en las arterias y potencialmente brindan una nueva estrategia para controlar y prevenir la aterosclerosis.

"Nuestros hallazgos resaltan la importancia de considerar la exposición a metales como un factor de riesgo significativo para la aterosclerosis y la ECV", destaca Katlyn E. McGraw, científica investigadora postdoctoral en la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia y autora principal del estudio. "Esto podría conducir a nuevas estrategias de prevención y tratamiento dirigidas a la exposición a metales".

La aterosclerosis es una enfermedad en la que las arterias se estrechan y endurecen debido a la acumulación de placa. Esto puede restringir el flujo sanguíneo y provocar la formación de coágulos. Es una causa subyacente de ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y enfermedad arterial periférica (EAP), las formas más comunes de enfermedad cardiovascular (ECV). La aterosclerosis provoca calcio en la arteria coronaria (CAC), que se puede medir de forma no invasiva para predecir futuros eventos cardíacos.

"Este estudio pionero subraya las asociaciones críticas entre la exposición a metales provenientes de la contaminación ambiental y la salud cardiovascular", relata Harlan M. Krumholz, profesor de la cátedra Harold H. Hines, Jr. en Yale (Estados Unidos) y editor jefe de JACC. "Nos desafía a ampliar nuestro enfoque de la prevención de las ECV más allá de los factores de riesgo tradicionales y a abogar por regulaciones ambientales más estrictas, y subraya la necesidad de continuar la investigación en esta área crítica", señala.

La exposición a contaminantes ambientales como los metales es un factor de riesgo recientemente reconocido para la ECV, pero no hay mucha investigación sobre su asociación con la CAC. Los investigadores de este estudio buscaron determinar cómo los niveles de metales en la orina, los biomarcadores de exposición a metales y las dosis internas de metales afectan la CAC.

Los investigadores utilizaron datos de la cohorte prospectiva del Estudio Multiétnico de la Aterosclerosis (MESA), en la que se hizo un seguimiento de 6.418 hombres y mujeres de 45 a 84 años de diversos orígenes raciales libres de ECV clínica, para medir los niveles de metales en la orina al comienzo del estudio en 2000-2002. Examinaron los metales no esenciales (cadmio, tungsteno, uranio) y esenciales (cobalto, cobre, zinc), ambos comunes en las poblaciones de los EE. UU. y asociados con la ECV. La contaminación generalizada por cadmio, tungsteno, uranio, cobalto, cobre y zinc se produce a partir de usos agrícolas e industriales como fertilizantes, baterías, producción de petróleo, soldadura, minería y producción de energía nuclear. El humo del tabaco es la principal fuente de exposición al cadmio.

Los resultados proporcionaron evidencia de que la exposición al metal puede estar asociada con la aterosclerosis durante 10 años al aumentar la calcificación coronaria.Al comparar el cuartil más alto con el más bajo de cadmio urinario, los niveles de CAC fueron un 51% más altos al inicio y un 75% más altos durante el período de 10 años. Para el tungsteno, el uranio y el cobalto urinarios, los niveles de CAC correspondientes durante el período de 10 años fueron un 45%, un 39% y un 47% más altos, respectivamente. Para el cobre y el zinc, las estimaciones correspondientes disminuyeron del 55% al ??33% y del 85% al ??57%, respectivamente, después del ajuste por factores clínicos.

Los niveles de metales esenciales y no esenciales en la orina también variaron según las características demográficas. Se observaron niveles más altos de metales en la orina en los participantes de mayor edad, los participantes chinos y aquellos con menor educación. Los participantes de Los Ángeles tenían niveles de tungsteno y uranio en la orina notablemente más altos, y niveles algo más altos de cadmio, cobalto y cobre.

El análisis del estudio también tuvo en cuenta factores de riesgo tradicionales de ECV, como el tabaquismo, la diabetes y los niveles de colesterol LDL. Las asociaciones entre los metales y la progresión de la CAC fueron comparables en magnitud a las de los factores de riesgo tradicionales.

"La contaminación es el mayor riesgo ambiental para la salud cardiovascular", afirma McGraw. "Dada la amplia presencia de estos metales debido a las actividades industriales y agrícolas, este estudio exige una mayor concienciación y la adopción de medidas reglamentarias para limitar la exposición y proteger la salud cardiovascular".

Las limitaciones del estudio incluyen la falta de disponibilidad de medidas de transición de placa en MESA, cambios en las fuentes de exposición y otros factores que causan variabilidad de ciertos metales medidos, y el potencial de confusión residual y desconocida de las mediciones de exposición que varían con el tiempo.