La exposición al sol durante el embarazo está asociada a una menor actividad de la enfermedad en niños con EM

Archivo - Mujer embarazada toma el sol. - HOSPITAL VITHAS - ARCHIVO

MADRID 13 Feb. (EUROPA PRESS) -

Recibir al menos 30 minutos diarios de sol de verano durante el primer año de vida puede significar un menor riesgo de recaída para los niños a quienes se les diagnostica esclerosis múltiple (EM) más adelante, según un estudio de la Academia Estadounidense de Neurología.

Tal y como se publica en 'Neurology Neuroimmunology & Neuroinflammation', una revista oficial de la Academia Estadounidense de Neurología, el estudio también encontró que si la madre biológica de un niño había recibido al menos 30 minutos diarios de sol durante el segundo trimestre del embarazo, el niño tenía un menor riesgo de recaídas de EM. El estudio no prueba que el sol reduzca el riesgo de recaída de los niños con EM, solo muestra una asociación.

"Es importante no pasar demasiado tiempo al sol sin protección solar, sin embargo, en investigaciones anteriores se ha relacionado una mayor exposición al sol con un menor riesgo de desarrollar EM en la infancia. Es alentador que nuestro estudio haya descubierto que una mayor exposición al sol durante el desarrollo temprano también puede ser beneficiosa para ayudar a reducir la actividad de la enfermedad en niños a los que más tarde se les diagnostica EM", apunta Gina Chang, del Children's Hospital of Philadelphia (Estados Unidos) y miembro de la Academia Estadounidense de Neurología.

Para el estudio, los investigadores analizaron los registros médicos de 18 clínicas de EM en Estados Unidos para identificar a 334 niños y jóvenes con EM de inicio en la infancia de entre cuatro y 21 años de edad. Los participantes habían experimentado sus primeros síntomas dentro de los cuatro años posteriores a su aparición. El tiempo medio de seguimiento fue de 3,3 años.

Para determinar la exposición al sol, los padres o tutores de los participantes completaron cuestionarios que preguntaban cuánto tiempo habían pasado el participante y su madre biológica al sol en distintos períodos de su vida, qué tipo de ropa usaban habitualmente y con qué frecuencia usaban protector solar.

Del grupo total, 206, o el 62%, experimentaron al menos una recaída durante el estudio. Las recaídas se definieron como síntomas nuevos o recurrentes que duraron al menos 24 horas y estuvieron separados por al menos 30 días desde el último ataque de EM, sin fiebre ni infección.

Descubrieron que de 75 participantes que habían recibido entre 30 minutos y una hora de sol de verano al día durante su primer año de vida, 34 niños, o el 45%, sufrieron una recaída. De los 182 participantes que habían recibido menos de 30 minutos de sol de verano al día durante su primer año de vida, 118 niños, o el 65%, sufrieron una recaída.

Después de ajustar factores como la exposición al tabaco en el primer año de vida, la estación del nacimiento, el tipo de medicamento para la EM tomado y el uso de protección solar como protector solar, sombreros y ropa, los investigadores encontraron que 30 o más minutos de sol de verano diario durante el primer año de vida se asoció con un riesgo 33% menor de recaída en comparación con menos de 30 minutos de sol de verano diario. Los investigadores también analizaron la exposición al sol de las madres biológicas de los niños. Descubrieron que 30 minutos o más de sol diario durante el segundo trimestre del embarazo se asociaban con una reducción del 32% en el riesgo de recaída de su hijo con EM.

"Nuestros hallazgos sugieren que la exposición al sol en la primera infancia puede tener beneficios duraderos en la progresión de la EM de inicio infantil", señala Chang. "Los estudios futuros deberían analizar cómo el tiempo de exposición al sol en otros períodos antes y después del diagnóstico de EM afecta la evolución de la enfermedad, para orientar mejor las recomendaciones de exposición al sol para los niños con EM y ayudar a diseñar posibles ensayos clínicos".

Una limitación del estudio fue que dependía de que los padres o tutores de los participantes informaran sobre su exposición al sol y el uso de protección solar, información que posiblemente no recordaran con exactitud.