MADRID, 16 Dic. (EUROPA PRESS) -
Reducir la exposición temprana al tabaquismo de los padres puede disminuir el riesgo de desarrollar esclerosis múltiple (EM) en aquellas personas genéticamente predispuestas a la enfermedad, según un estudio del Erasmus Medical Center de Rotterdam, en Países Bajos
Tal y como recoge el 'Journal of Neurology Neurosurgery & Psychiatry', la interacción de los genes y los factores ambientales, incluido el tabaquismo, altera aspectos clave de la estructura del cerebro en la primera infancia, probablemente facilitando el desarrollo de la enfermedad y sugiriendo que puede haber una ventana de oportunidad para evitarla, concluyen los investigadores.
Los estudios sobre la migración muestran que los factores ambientales en los primeros años de vida tienen un papel clave en la EM, pero aún no se sabe exactamente cómo interactúan. Para arrojar más luz sobre cómo y cuándo la interacción de factores de riesgo ambientales y genéticos podría afectar el volumen cerebral y facilitar así el desarrollo futuro de EM, los investigadores utilizaron datos del estudio poblacional holandés Generation R.
Los participantes en este estudio tenían datos de buena calidad sobre el genotipo y/o los factores de riesgo ambientales conocidos de la infección por el virus de Epstein Barr, niveles de vitamina D, peso (IMC), exposición al tabaco de los padres y actividad al aire libre a la edad de 5 años, además de imágenes de exploración cerebral de alta calidad a los 9 y 13 años.
En total, los investigadores se basaron en datos de imágenes que mostraban el volumen cerebral de 5.350 participantes y la microestructura cerebral de 5.649 participantes, ninguno de los cuales había sido diagnosticado con EM. Se utilizaron puntuaciones de riesgo poligénico, derivadas de muestras de ADN, para evaluar el riesgo genético de desarrollar EM, con la variante genética rs10191329, utilizada como marcador de la futura gravedad de la EM.
En total, 642 niños dieron positivo para la infección por el virus de Epstein Barr y 405 habían estado expuestos al tabaquismo de sus padres en el hogar. El análisis final se basó en datos genéticos de 2.817 participantes y datos de imágenes de volumen y microestructura cerebral de 2.970 participantes. Este mostró una interacción entre los factores de riesgo genéticos y ambientales para la EM que estaba asociada con ciertos aspectos de la estructura cerebral durante la infancia y la adolescencia temprana.
En concreto, un mayor riesgo genético de EM se asoció con una fuerte respuesta inmunitaria a la infección por el virus de Epstein-Barr, y también con una mayor susceptibilidad a los efectos negativos del tabaquismo de los padres en el hogar sobre el desarrollo del cerebro. Un mayor riesgo genético de EM y el tabaquismo en el hogar de los padres interactuaron y se asociaron con un menor volumen total del cerebro y de materia gris, incluido el volumen talámico. No se observaron asociaciones para los portadores del gen genético rs10191229.
Se trata de un estudio observacional y, como tal, no se pueden extraer conclusiones firmes sobre causa y efecto. Para explicar estos hallazgos, los investigadores señalan que un mayor nivel de anticuerpos contra el virus de Epstein-Barr podría deberse a un control defectuoso del sistema inmunológico sobre este virus debido al riesgo genético de padecer EM, lo que posiblemente facilite el desarrollo de la enfermedad más adelante en la vida.
Y la teoría predominante es que el humo del tabaco produce una inflamación crónica del tracto respiratorio, aumentando así la actividad inflamatoria del sistema inmunológico, finalizan.