MADRID 1 Ago. (EUROPA PRESS) -
La exposición continuada desde edades tempranas a la pornografía implica riesgos para la salud sexual y el desarrollo afectivo de preadolescentes y adolescentes, según ha advertido la pedagoga y experta en Educación y Orientación Sexual en Ginso, María León Torre.
En este sentido, León ha explicado que, entre los riesgos, se encuentran desarrollar una percepción no real de las relaciones afectivas y sexuales, comportamientos nocivos y problemas de ansiedad, depresión y baja autoestima. "Estar expuestos a un contenido que distorsiona la realidad afecta al funcionamiento del cerebro, pero también aumenta la necesidad de ver más y más para tener el mismo grado de placer y satisfacción", ha añadido.
Según un estudio reciente de Save the Children, el primer contacto con la pornografía se sitúa en torno a los 12 años en el caso de los chicos y los 12 años y medio en el caso de las chicas, pero la misma fuente señala que el acceso a este tipo de contenidos puede iniciarse incluso antes de los diez años.
Uno de los motivos por el que los chicos acceden al porno, además de la búsqueda de diversión o placer, es el aprendizaje de comportamientos sexuales y la búsqueda de un referente masculino, mientras que las chicas lo hacen para saber qué se espera de ellas en gran parte de los casos.
El consumo de pornografía afecta directamente a la salud sexual de los adolescentes. Los datos publicados por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar reflejan que tanto las infecciones de transmisión sexual como las prácticas de riesgo ('el muelle', 'chemsex', 'cruising', o 'gangbang', etc.) y los embarazos no planificados, han aumentado en los últimos años. "El deseo sexual de los adolescentes se está construyendo a través del porno, y esto ha hecho que aprendan comportamientos que afectan a su salud sexual, que deja de ser adecuada y responsable", ha resaltado León.
Asimismo, las consecuencias de las prácticas antes mencionadas se han reflejado en el aumento de los delitos contra la libertad sexual, las agresiones sexuales y el aumento del acoso sexual hacia las mujeres, según indican las estadísticas proporcionadas por el Ministerio del Interior a lo largo de 2022 y 2023.
Hay que tener en cuenta que tanto el ámbito familiar como el educativo influyen en el desarrollo afectivo-sexual de los adolescentes. A este respecto, desde Ginso señalan datos que apuntan que el 50 por ciento de los jóvenes no ha hablado nunca de sexualidad con sus familias, y el 77 por ciento nunca ha tratado el tema de la pornografía con sus padres. Más allá, solo el 10 por ciento de los jóvenes se muestran satisfechos con la educación sexual recibida.
Por ello, han instado a abordar desde estos ámbitos una educación sexual integral, que permitiría a muchos chicos encontrar espacios seguros donde la información recibida fuera precisa y adecuada a sus edades. "Es importante que se informe y se eduque de forma clara y basada en la evidencia sobre el consumo y la adicción a la pornografía, y los efectos que esta tiene sobre la salud mental, física, sexual y emocional de los menores, adolescentes y jóvenes", ha concluido León.