MADRID, 4 Ago. (EDIZIONES) -
El verano no es la peor estación para las personas con dermatitis atópica, ya que la acción del sol tiene una función bactericida y antiinflamatoria, además de que se acude a lugares donde el ambiente es más húmedo (la playa), y el estrés, aparte, también suele ser menor.
Ahora bien, según afirma el doctor Miguel Sánchez Viera, director del Instituto de Dermatología Integral (IDEI), en verano pueden aparecer brotes de esta afección por varios factores. En primer lugar, menciona al sudor, más frecuente en esta época, y sobre el que aconseja el empleo siempre de prendas con tejidos naturales, como el algodón o el lino y, por supuesto, no exponerse al sol en las horas centrales del día, que es cuando más calor hace y se suda más.
Después hace referencia a los aires acondicionados y al cloro de las piscinas (muy irritante para la piel), dado que resecan la piel; aparte de que algunos componentes de los protectores solares pueden provocar una reacción, por lo que siempre deben emplearse fórmulas específicas para pieles atópicas.
En concreto, este especialista recuerda que la dermatitis atópica es una patología frecuente (20% de los niños y entre el 1-3% de los adultos) en la que la piel presenta enrojecimiento (manchas rojas con vesículas y descamación), así como un picor intenso. Suele aparecer en los pliegues cutáneos, según prosigue el director de IDEI, al tiempo que precisa que también puede darse en el rostro, en los párpados, así como en las manos.
Aunque es una enfermedad crónica dice que cursa en brotes de diferente intensidad: "La gran mayoría de los pacientes con dermatitis atópica tienen un familiar cercano que también la padece, pero es una patología multifactorial en la que hay una alteración en la barrera cutáneo o hidrolipídica, además de una inadecuada respuesta inmunológica (estos pacientes tienen un problema a la hora de combatir al Staphylococcus aureus)".
PRINCIPALES DESENCADENANTES DE UN BROTE
Con ello, el doctor Sánchez Viera enumera los diferentes agentes que pueden desencadenar un brote, entre los que se encontrarían:
- Cambios bruscos de temperatura: en verano, por ejemplo, el pasar del ambiente caluroso de la calle a ambientes donde se utilizan aires acondicionados; la temperatura puede llegar a variar en algunas zonas de España hasta 20 grados.
- No hidratarse la piel adecuadamente y a diario, ya que, al no funcionar adecuadamente la barrera hidrolipídica, la hidratación natural de la piel está alterada.
- El uso de tejidos sintéticos o incluso de la lana, que en muchos casos puede provocar picor.
- Duchas largas y con agua caliente, ya que dañan la barrera externa que protege la piel, estando está ya alterada de por sí cuando se padece la enfermedad.
- Uso de productos no específicos para pieles atópicas porque pueden tener algún principio activo que irrite la piel; afortunadamente en los últimos años existe una gran gama de productos para este tipo de pacientes; por ejemplo, se recomiendan formulas syndet (sin detergentes) para la higiene diaria: jabones, geles, etc.
- El estrés, no solo puede desencadenar un brote de dermatitis atópica, también de otras enfermedades, como el acné, la rosácea, el Síndrome de Intestino Irritable, la Enfermedad, Inflamatoria Intestinal, etc.
- Evitar el rascado en la medida de lo posible; las aguas termales aplicadas sobre las zonas en las que existe el picor suelen calmarlo.
En el caso del verano, si no es una época en la que la dermatitis atópica suela estar mal, ¿qué solemos hacer mal en los casos en los que sí que empeora? "Los más frecuentes suelen ser: no hidratarse la piel adecuadamente; ducharse más de una vez al día debido al calor y a que la sudoración aumenta; no eliminar la sal y el cloro tras los baños; sobreexponerse al sol y en las horas centrales del día; beber menos agua del recomendado (es importante mantener una buena hidratación interna) o abusar del tiempo en estancias con aire acondicionado, entre otras", detalla este especialista.
GESTIONAR UN BROTE
A la hora de gestionar un brote de dermatitis atópica el experto de IDEI remarca que lo principal es siempre contar con un diagnóstico realizado por un dermatólogo para confirmar que realmente se trata de una dermatitis atópica, ya que existen diferentes patologías de la piel que pueden coincidir con algunos de sus síntomas.
"Una vez obtenido existen diferentes tratamientos dependiendo del tipo de síntomas; siendo el más habitual la aplicación por vía tópica de corticoides suaves, con el objetivo de aliviar la inflamación y el dolor (producido en muchos casos por heridas que se realiza el propio paciente al rascarse), unido a la utilización de cremas emolientes e hidratantes varias veces al día", añade.
El doctor Sánchez sostiene también que en algunos casos también hay que combinarlo con antihistamínicos orales que conseguirán que desaparezca o minimice el picor, a la vez que resalta que la prescripción de fármacos corticoesteroides vía oral se limitan a aquellos casos en los que los tratamientos anteriores no hayan funcionado. "Existen también tratamientos especiales que son inhibidores de la calcineurina, que tienen el efecto beneficioso de los esteroides sin sus efectos adversos", agrega.
Así con todo, el director del Instituto de Dermatología Integral pide no olvidar cuáles deben ser los cuidados diarios de una persona con dermatitis atópica, e independiente de la existencia de un brote:
- Optar siempre por las duchas, como máximo a una vez al día, y durante el menor tiempo posible
- Sustituir el jabón normal por geles específicos para piel atópica
- No utilizar esponjas o manoplas durante el baño/ducha
- No secar la piel frotándose, sino dándose pequeños toques
- Utilizar crema hidratante inmediatamente después de cada baño/ducha
- Usar humidificadores de ambiente para mantener la piel lo más hidratada posible
- Optar siempre por tejidos como el algodón, en vez de utilizar los de lana o tejidos sintéticos
- Evitar el rascado, ya que solo se conseguirá un empeoramiento de los síntomas
- En el caso de los niños, mantener las uñas cortas para que si se produce el rascado este provoque los menores efectos posibles sobre la piel dañada
- Evitar el estrés y la ansiedad en la manera de lo posible
- Hidratarse adecuadamente a diario (como mínimo 2 litros de agua o infusiones sin cafeína o teína)