MADRID 29 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un estudio de revisión de la Universidad de Georgia (Estados Unidos) ha destacado que los efectos de las vacaciones en los trabajadores tienen una duración mayor de la que se pensaba y que los beneficios se maximizan cuando son más largas, la persona logra desconectar del trabajo y cuando incluye actividades físicas en ellas.
Los autores del artículo, publicado en 'Journal of Applied Psychology', han comentado que es frecuente que entre los trabajadores exista la creencia de que "trabajar más es mejor", pero la realidad es que contar con períodos de descanso y recuperación resulta fundamental para rendir mejor.
"Las exigencias laborales y el estrés laboral están en aumento. Pero la gente piensa que no puede tomarse tiempo libre porque no quiere quedar mal o perder una oportunidad de ascenso", ha comentado el autor principal del estudio y estudiante de doctorado en psicología en la Facultad de Artes y Ciencias Franklin de la UGA, Ryan Grant.
Además, los investigadores han precisado que la forma en que cada persona se adapta a las vacaciones también repercute en los beneficios obtenidos. Así, aquellos que desconectaban psicológicamente del trabajo experimentaron la mayor mejora en su bienestar, por lo que lo ideal es no responder correos electrónicos, no atender llamadas de trabajo o incluso pensar en la oficina.
El estudio también ha revelado que las personas que realizaron actividades físicas mientras estaban de vacaciones experimentaron mayores niveles de bienestar y restauración. En este punto, los expertos han asegurado que no se trata de hacer actividades de alto impacto, sino cualquier ejercicio que eleve la frecuencia cardíaca.
Por último, la revisión sugiere que cuanto más duración tengan las vacaciones, mayores serán los beneficios, pero añade que en esto también influye disponer de un tiempo antes y después de este período para planificar el viaje, así como para volver a 'aterrizar' en la vida cotidiana.
Según los investigadores, tomarse el tiempo necesario para preparar y planificar el viaje con antelación reduce el estrés y puede ayudar a maximizar los beneficios para el bienestar. Además, incorporar un día o dos de descanso para reaclimatarse al llegar a casa puede facilitar la transición de regreso al trabajo.