Por qué con el frío del otoño puede acentuarse nuestro dolor miofascial y cómo aliviarlo en esta época

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Publicado: martes, 10 diciembre 2024 8:32

   MADRID, 10 Dic. (EDIZIONES) -

   El dolor miofascial es súper común en nuestra sociedad y, además, en personas de todos los grupos de edad; si bien suele ser más frecuente entre los adultos jóvenes y de mediana edad, especialmente en aquellos que tienen trabajos que requieren movimientos repetitivos, o malas posturas, o sobreesfuerzos continuados.

   Se trata de un dolor que afecta los músculos y a los tejidos que los rodean, llamados 'fascias', y que los conecta entre ellos, según explica en una entrevista con Europa Press Infosalus David Castro, portavoz de la Sociedad Española de Reumatología (SER), y reumatólogo del Hospital General Universitario de Ciudad Real.

   Se caracteriza por la presencia de puntos sensibles o 'puntos gatillo' que, al presionarlos, tal y como indica, generan un dolor intenso localizado y un típico patrón de dolor referido, es decir, un dolor que puede afectar a otra área del cuerpo. "Suelen asociarse a problemas motores, de sensibilidad, a fatiga e, incluso, a una alteración de la coordinación", mantiene este experto.

   A su juicio, el dolor miofascial es bastante frecuente en la sociedad actual debido al estilo de vida que llevamos, como son el estrés laboral, las malas posturas, el estilo de vida sedentario, el uso excesivo de dispositivos electrónicos, entre otros casos. Quizás, todo esto esté movido por la actividad laboral actual como el trabajo frente al ordenador (sobre todo el teletrabajo, muy de moda desde la pandemia), y a la falta de actividad física como algunas de las principales causas.

DÓNDE SUELE SER HABITUAL

   Cita que las zonas más frecuentes donde se presenta este dolor son los músculos utilizados para mantener la postura corporal, principalmente, los músculos del cuello, de los hombros, y en la espalda baja.

   "El dolor miofascial representa a uno de los grupos más numerosos de problemas médicos agudos y crónicos infradiagnosticados e infratratados en la práctica clínica habitual. De hecho, se estima que ocurre en el 30% de los pacientes que acuden al centro de salud, y el 35-93% de aquellos que acaban en las unidades de dolor", añade.

FACTORES QUE LO FAVORECEN: EL FRÍO DEL OTOÑO

   Este especialista de la SER igualmente destaca que los factores que lo favorecen o que pueden predisponer a la aparición de los "puntos gatillo" y, por tanto, al dolor miofascial son: Traumatismos agudos; microtraumatismos repetitivos o sobrecarga muscular; falta de actividad física o ejercicio; posturas incorrectas durante el día; déficit de vitaminas; alteraciones del sueño; estrés físico o emocional; lesiones musculares; problemas articulares.

   Aquí, el doctor Castro resalta que el dolor miofascial puede empeorar con la inactividad prolongada, con el estrés emocional, con los movimientos bruscos, con la sobrecarga muscular y las malas posturas; "y si todo esto no se corrige, el dolor puede agravarse", advierte.

   Sobre el frío, que llega ahora con el otoño, se acentúa nuestro dolor miofascial, entre otros puntos porque se puede favorecer la contracción de los músculos: "Al igual que puede ocurrir con otras enfermedades reumáticas, con el frío puede empeorar el dolor miofascial. Las temperaturas bajas provocan que los músculos se contraigan como un mecanismo de protección contra el frío, aumentando la tensión muscular y desencadenando o empeorando el dolor. Además, el frío puede reducir la circulación sanguínea en los grupos musculares afectados, lo que empeora los síntomas".

PAUTAS PARA ALIVIAR EL DOLOR MIOFASCIAL Y EVITAR SU CRONICIDAD

   Con ello, el portavoz de la Sociedad Española de Reumatología (SER) subraya que a la hora de aliviar el dolor miofascial se pueden utilizar varios métodos:

   El calor local aplicado en la zona afecta (compresas calientes o almohadillas térmicas), dado que pueden relajar los músculos y mejorar la circulación, aliviando el dolor. Los estiramientos suaves. Las terapias manuales como masajes o fisioterapia. Las técnicas de relajación y de reducción de estrés, como el yoga. Ejercicio físico adaptado a cada persona de forma rutinaria, como puede ser el pilates o la natación, por ejemplo. Y, en algunos casos, la medicación y tratamientos médicos específicos, en caso de que no haya una respuesta a todo lo anterior.

   A su vez, el reumatólogo del Hospital General Universitario de Ciudad Real mantiene que para evitar que el dolor miofascial se convierta en crónico es esencial identificarlo y tratarlo a tiempo: "La higiene postural o dicho de otra manera, mantener una buena postura, hacer estiramientos y ejercicios de fortalecimiento y estiramiento muscular, y gestionar el estrés o las situaciones derivadas de éste, son fundamentales".

   Además, cree importantísimo en este sentido gozar de un descanso adecuado, así como evitar la sobrecarga muscular, evitando ciertos movimientos repetitivos o microtraumatismos; "todo ello ayudará a prevenir que el dolor se prolongue en el tiempo".

   Por último considera en los meses fríos de cara a evitar el dolor miofascial el evitar la exposición prolongada al frío y protegerse bien de éste; hacer ejercicios suaves de estiramiento y de fortalecimiento muscular, para mantener la flexibilidad y el tono muscular; usar técnicas de calor local para relajar los músculos tensos, en casos de dolor; mantener una postura correcta y evitar esfuerzos innecesarios y malas posturas; además de priorizar la relajación y el manejo del estrés, para evitar que los músculos se tensen y se contraigan más de lo necesario.

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