MADRID 21 Mar. (EUROPA PRESS) -
La preocupación por aumentar de peso es una excusa común para que los fumadores no dejen de fumar. Un nuevo estudio de investigadores del Centro NNF de Investigación Metabólica Básica de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) ha descubierto que tanto empezar a fumar como fumar durante toda la vida puede aumentar la grasa abdominal, especialmente la grasa visceral: la grasa no saludable que se encuentra en lo profundo del abdomen y que está relacionada con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes, accidentes cerebrovasculares, y demencia.
Tal y como se publica en la revista científica 'Addiction', los fumadores tienden a tener un peso corporal más bajo que los no fumadores, pero también tienen más grasa abdominal y más grasa visceral abdominal. La grasa visceral es difícil de ver; una persona puede tener un estómago plano y aun así tener cantidades de grasa no saludables, lo que aumenta el riesgo de sufrir enfermedades graves. Este nuevo estudio ofrece evidencia que respalda que fumar puede causar que ese tipo de grasa aumente.
Los investigadores de la Universidad de Copenhague utilizaron una forma de análisis estadístico llamado aleatorización mendeliana (MR) para determinar si fumar provoca un aumento de la grasa abdominal. La RM combina los resultados de diferentes estudios genéticos para buscar relaciones causales entre una exposición (en este caso, fumar) y el resultado (aumento de grasa abdominal). Este nuevo estudio combinó múltiples resultados genéticos de estudios de ascendencia europea sobre la exposición al tabaquismo y medidas de distribución de la grasa corporal (p. ej., relación cintura-cadera y circunferencias de cintura y cadera).
Primero, los investigadores utilizaron estudios genéticos previos para identificar qué genes están relacionados con los hábitos de fumar y la distribución de la grasa corporal. En segundo lugar, utilizaron esta información genética para determinar si las personas con genes asociados con el tabaquismo tienden a tener diferentes distribuciones de grasa corporal. Finalmente, tuvieron en cuenta otras influencias, como el consumo de alcohol o el entorno socioeconómico, para garantizar que cualquier conexión que encontraran entre el tabaquismo y la distribución de la grasa corporal se debiera realmente al tabaquismo en sí y no a otros factores.
El autor principal, el doctor Germán D. Carrasquilla, explica: "Este estudio encontró que comenzar a fumar y fumar a lo largo de la vida podría causar un aumento en la grasa abdominal, como se ve en las mediciones de la relación cintura-cadera. En un análisis adicional, también descubrimos que el tipo de grasa que aumenta es más probablemente la grasa visceral, en lugar de la grasa justo debajo de la piel", señala.
"Los estudios anteriores han sido propensos a confusión, lo que ocurre cuando una variable independiente afecta los resultados. Debido a que el diseño de nuestro estudio utiliza variaciones genéticas, hace un mejor trabajo al reducir o controlar esas variables. La influencia del tabaquismo en la grasa abdominal parece ocurrir independientemente de otros factores como el nivel socioeconómico, el consumo de alcohol, el TDAH o el grado de riesgo que alguien toma", añade.
Según los investigadores, desde el punto de vista de la salud pública, estos hallazgos refuerzan la importancia de realizar esfuerzos a gran escala para prevenir y reducir el tabaquismo en la población general, ya que esto también puede ayudar a reducir la grasa visceral abdominal y todas las enfermedades crónicas relacionadas con ella. Así concluyen que reducir un riesgo importante para la salud en la población reducirá, indirectamente, otro riesgo importante para la salud.
Los investigadores determinaron que el exceso de grasa abdominal en los fumadores era predominantemente grasa visceral al estudiar cómo las variantes de ADN relacionadas con los hábitos de fumar y la grasa abdominal se relacionan con los compartimentos de grasa en diferentes partes del cuerpo. El hallazgo clave es que estos factores genéticos están más fuertemente relacionados con el aumento del tejido adiposo visceral (la grasa profunda que envuelve los órganos abdominales) que con la grasa subcutánea que se almacena debajo de la piel.
Los dos estudios subyacentes sobre ascendencia europea fueron de gran escala: el estudio sobre el tabaquismo analizó a 1,2 millones de personas que comenzaron a fumar y a más de 450.000 fumadores de por vida, y el estudio sobre la distribución de la grasa corporal incluyó a más de 600.000 personas.