MADRID, 10 Abr. (EDIZIONES) -
El cáncer es el resultado de una serie de alteraciones genéticas que se producen al azar y conducen a una perturbación en la proliferación celular. Ésta se encuentra regulada por los conocidos como 'proto-onco-genes', que promueven el crecimiento celular, y está contrabalanceada por los genes supresores de tumores. El 'p53' es uno de los más conocidos y se le llama 'el guardián del genoma'.
Los genes supresores tumorales están implicados en diversos procesos de división celular, como la regulación de la expresión génica, en el control del ciclo celular, en la programación de la muerte celular, así como en la estabilidad del genoma, según afirma un artículo publicado en la 'Gaceta Médica de Bilbao', revista oficial de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao.
En concreto, cita que la pérdida de actividad de estos genes provoca la incapacidad de respuesta a los mecanismos de control que regulan la división celular, de modo que se produce una proliferación más o menos incontrolada de la célula, que conduciría en ocasiones al desarrollo de neoplasias (cáncer), y a la evolución de las mismas hacia procesos tumorales más agresivos.
En la actualidad, según resalta el citado artículo, el número de nuevos genes supresores tumorales identificados, relevantes para el desarrollo de tumores en humanos, crece "a ritmo vertiginoso", y se sospecha que en el genoma humano existen, al menos, 50. Estos estarían implicados en diversos procesos, tales como el control del ciclo celular, la regulación transcripcional, la programación de la muerte celular (apoptosis), y la estabilidad genética.
"Uno de los más conocidos hasta la fecha es el gen supresor del tumor que codifica la proteína 'p53', el gen también conocido como el 'guardián del genoma'. (...) La proteína codificada por el gen supresor de tumor 'p53' es una fosfoproteína que se localiza en el núcleo celular. Esta proteína fue descubierta a finales de la década de los 70", agrega el artículo científico.
Así, indica que el gen p53 pertenece al grupo de genes implicados en el control del ciclo celular y tiene múltiples funciones, ya que aparece implicado no sólo en el control del ciclo celular, sino también en la integridad del ADN, y en la supervivencia de las células expuestas a agentes que dañan el ADN. "La alteración del gen p53 confiere un riesgo muy elevado de desarrollar cáncer y la mutación del mismo es uno de los cambios genómicos más frecuentes en el cáncer humano", advierte.
Se trata de un gen que elabora una proteína, que se llama 'proteína tumoral p53'. Se encuentra en el núcleo de las células y cumple una función importante en la multiplicación y destrucción de las células. Ayuda a impedir la formación de células anormales, incluso las células cancerosas, según explica en una entrevista con Infosalus el director del Instituto de Investigación del Hospital La Paz IdiPAZ de Madrid, Eduardo López Collazo.
"Es posible que las mutaciones en el gen p53 hagan que las células cancerosas se multipliquen y se diseminen por el cuerpo. Se encontraron estos cambios en una afección genética llamada síndrome de Li-Fraumeni y en muchos tipos de cáncer. El gen p53 es un tipo de gen supresor de tumores. También se llama 'gen de la proteína tumoral p53' y 'gen TP53'", añade el especialista.
A su vez, recuerda que dentro del cuerpo humano hay "mucho control" a la hora de que una célula comience a "portarse mal" y a dividirse sin sentido, y uno de ellos es el gen supresor tumoral 'p53'.
"El elefante no tiene cáncer porque tienen este gen más veces que los humanos", insiste el investigador con motivo de la publicación de su libro 'Cáncer' (Oberon), al tiempo que matiza que el elefante tiene seis o más copias del 'p53' en su genoma que el ser humano.
"Son genes que detectan y se activan en el momento en el que una célula empieza a proliferar. El tumor es una célula que empieza a dividirse muchas veces, llegando a crear un bulto, deja de tener funciones diferenciadas, y las propias que tienen que hacer en ese órgano, por lo que a la larga, el órgano deja de funcionar", agrega.
De hecho, este especialista resalta que hay muchos genes supresores de tumor, cuya función es detectar cuándo se inicia esa división celular anómala, y envían el mensaje de apoptosis o mensaje de suicidio a las células. "Inducen un mecanismo de suicidio celular pero en muchas ocasiones estos supresores están mutados o no funcionan bien o no se activan cuando se tienen que activar y por eso ese control se pierde y prolifera un tumor", añade López-Collazo.
En este contexto, el investigador celebra que en la actualidad se está trabajando en terapias que sobreactivan este gen, o buscan aumentar en nuestro cuerpo su actividad. Por otro lado, menciona que el problema actual a resolver sobre el mismo es que en muchos tipos de cáncer este 'p 53' está mutado, no frena el progreso tumoral, no bloquea la aparición del cáncer. Hay que averiguar el porqué.