MADRID, 26 Ene. (EUROPA PRESS) -
La mayoría de los rasgos están genéticamente controlados hasta cierto punto, por ejemplo, las preferencias de sueño tienen un componente genético, pero nada se produce de forma aislada, de forma que si una persona tiene una pareja que es noctámbula y le mantiene despierto más tarde de lo que le gustaría, sus genotipos podrían ser en parte culpables.
Investigadores del Instituto Europeo de Bioinformática (EMBL-EBI, por sus siglas en inglés), en Hinxton, Cambridge, Reino Unido, han demostrado que la salud de ratones individuales resulta influenciada por la composición genética de sus parejas. Sus hallazgos, publicados en 'PLOS Genetics', indican que la investigación sobre genética y enfermedad debe incluir los genotipos tanto de las personas como de sus parejas.
"La gente influye en tu comportamiento, en tu salud y en ti bienestar, y tú influyes en ellos, esto es lo que ya sabemos, lo que falta es el reconocimiento de que existe una base genética para esto", explica la directora del estudio, Amelie Baud, investigadora de EMBL-EBI. "Si eres un investigador en busca de vínculos entre genotipos y enfermedades, es muy importante mirar no sólo a tu paciente sino también a su entorno social".
La investigación sobre los "efectos genéticos sociales" puede ayudar a los pacientes y los médicos a identificar la mejor manera de intervenir cuando la salud de un paciente se ve afectada por su pareja. "La gente se elige y saben que se influyen mutuamente --continúa Baud--, pero a menudo no son conscientes de cómo funciona esto".
La investigación sobre los efectos genéticos sociales puede descubrir los mecanismos biológicos que determinan cómo los individuos se influyen mutuamente. La influencia de un compañero social puede estar mediada por tantos rasgos que sería poco realista medirlos todos, pero medir los genotipos del compañero del paciente es sencillo y puede revelar factores importantes.
"Imagina que eres una persona madrugadora y tu pareja es noctámbula, así que cada noche te acuestas más tarde de lo que te gustaría --explica Baud--. Ahora, digamos que desarollas una enfermedad, pero no mencionas la situación del sueño a tu doctor porque no sabes que es importante. Tal vez tu doctor no te pregunte porque no sabe que es relevante".
Y continúa: "Pero si la investigación muestra que había una conexión entre tu enfermedad y los genes que controlan el patrón de sueño de tu pareja, entonces tu médico podría evaluar tus hábitos de vida y darte consejos útiles. Entonces, tu pareja noctámbula y tú podrías hacer cambios para aseguraros de que duermes lo que necesitas. Con este cambio, estarías mitigando la influencia negativa de los genotipos del noctámbulo sobre tu salud".
LA ANSIEDAD Y LA CURACIÓN, INFLUENCIADAS POR LA GENÉTICA DE LAS PAREJAS
En el estudio, los investigadores usaron dos cepas de ratones, gris y negros, y los configuraron como "compañeros de cuarto" no relacionados en diferentes combinaciones. Estudiaron los efectos genéticos sociales midiendo las vinculaciones entre rasgos como cicatrización de heridas, peso corporal, ansiedad y estado de ánimo deprimido en ratones individuales y la composición genética (cepa) de sus compañeros de jaula.
"Se pueden detectar efectos genéticos sociales, incluso si no se conocen los rasgos específicos que intervienen en cómo un individuo está influenciado por su entorno social --dice Baud--. Sólo hemos medido rasgos como la curación, la ansiedad y el peso corporal en ratones y genotipos en sus compañeros de jaula. Hallamos una sorprendentemente alta contribución de la cepa de los compañeros de jaula a la variación en estas medidas".
Los investigadores volvieron a analizar un conjunto de datos existentes de 2.500 ratones genéticamente únicos para estudiar más rasgos relacionados con la salud, evaluando una población que es genéticamente más similar a la población humana. Encontraron que los efectos genéticos sociales explicaban hasta el 29 por ciento de la diversidad fenotípica en los rasgos medidos. Los rasgos más afectados fueron la cicatrización de heridas, la ansiedad, la función inmune y el peso corporal.
En algunos casos, la contribución de los efectos genéticos sociales superó a la de los efectos genéticos directos (es decir, el efecto de los propios genotipos de un individuo sobre estos rasgos). "Aunque el estudio de hoy se llevó a cabo en ratones que viven juntos, proporciona la reflexión sobre cómo las personas pueden verse influenciadas por la composición genética de las personas en sus vidas (y viceversa). Los métodos y enfoques que hemos desarrollado podrían aplicarse a estudios humanos", plantea otro de los autores, Oliver Stegle, de EMBL-EBI.
Al estudiar los efectos genéticos sociales, los investigadores esperan aprender más acerca de los mecanismos por los cuales las personas se influyen mutuamente. "Como genetista, quiero proporcionar a los médicos información para entender los mecanismos y las vías causales detrás de una enfermedad, para que tengan una idea mejor de cómo intervenir para ayudar a que su paciente se cure --dice Baud--. Nuestro objetivo es incluir todo el ecosistema genético para entender cómo nos influimos unos a otros".