MADRID, 2 Ago. (EUROPA PRESS) -
En el marco de subida de temperaturas actual, los expertos de TK Home Solutions advierten de una de sus principales consecuencias, las piernas hinchadas por la retención de líquidos, y ofrecen algunos consejos para hacerle frente, como una correcta hidratación, una dieta equilibrada o evitar las horas de mayor calor.
Tal y como explican, las altas temperaturas provocan que los vasos sanguíneos se dilaten, por lo que estos pierden elasticidad y se vuelve más difícil que los líquidos de las piernas se muevan correctamente por el cuerpo.
A veces, ese líquido se sale de los vasos sanguíneos y se va acumulando en los tejidos de alrededor. El sistema linfático es el encargado de eliminarlo antes de que se acumule, pero no siempre lo consigue. El resultado es que las extremidades se hinchan y se notan pesadas, molestas y doloridas. El término por el que se conoce este efecto es edema periférico.
Para tratar de evitarlo, es aconsejable mantener una buena hidratación. "Es importante beber agua sin esperar a tener sed, ya que, si el cuerpo no tiene suficientes líquidos, se produce una caída de la presión sanguínea, lo que al mismo tiempo se traduce en una peor circulación", explican desde la compañía.
Otra recomendación es evitar salir a la calle en las horas de mayor calor, es decir, entre las 13.00 horas y las 17.00 horas. También es importante seguir una dieta equilibrada, eludiendo el exceso de sal y otros alimentos que contribuyan a la retención de líquidos, como las bebidas alcohólicas o el café.
También es importante evitar el sedentarismo y llevar a cabo ejercicio físico. Tal y como asegura la Organización Mundial de la Salud, es recomendable hacer entre 150 y 300 minutos de actividad física moderada o vigorosa a la semana, incluso para aquellas personas con alguna discapacidad o enfermedad crónica.
Quienes permanezcan mucho tiempo en la misma posición (por ejemplo, trabajando de pie) deben mover las articulaciones y los músculos de las piernas regularmente. Puede ser suficiente con caminar un poco cada treinta minutos o una hora, a fin de que la circulación vuelva a funcionar correctamente.
También es beneficioso el uso de las medias de compresión, que aprietan suavemente para forzar que la sangre vuelva hacia el corazón; además de reposar con las piernas en alto durante unos 15 o 20 minutos. De esta forma, se puede favorecer el retorno de la sangre hacia el corazón. Las personas que trabajen sentadas pueden beneficiarse de usar un reposapiés que permita tenerlas un poco en alto.
Finalmente, los masajes, además de ser muy agradables, ayudarán a deshinchar la zona y a impulsar la circulación. Son especialmente útiles con cremas u otros productos hidratantes que aporten frescor. Este consejo es especialmente importante en el caso de las personas con problemas de movilidad.
OTROS MOTIVOS QUE PROVOCAN PIERNAS HINCHADAS
Por otro lado, aunque el calor es uno de los motivos principales por los que aparece el edema periférico, hay otros muchos, que se ven agravados por las temperaturas.
En primer lugar, por el sedentarismo. Mantenerse mucho tiempo en la misma postura, sin moverse, hace más difícil que los líquidos del organismo fluyan con normalidad. Es por eso que el edema periférico afecta más a quienes tienen problemas de movilidad y pasan gran cantidad de tiempo sin moverse. También es frecuente en las personas que trabajan muchas horas de pie y quienes tienen obesidad.
Los cambios hormonales también pueden causar el edema periférico. Las mujeres tienden a sufrir más este problema debido a que las hormonas juegan un papel importante. Los cambios hormonales que se producen durante el embarazo, la menopausia o la menstruación pueden provocar que se dilaten los vasos sanguíneos y, con ello, se complique la circulación.
En el caso concreto del embarazo, se añade que el tamaño de la tripa, que va aumentando, hace que se comprima la zona baja del abdomen. Eso dificulta la circulación entre la zona superior e inferior del cuerpo.
Además, ciertas enfermedades y medicamentos también acentúan este problema. El edema periférico es más habitual en las personas con diabetes, enfermedades renales, cardiacas o relacionadas con el sistema linfático. Igualmente, puede tratarse de un efecto secundario de algunas medicaciones.
Por último, una alimentación muy rica en sodio también puede influir en la circulación. El sodio produce una subida de la tensión sanguínea, es decir, que las venas y arterias se estrechan y, por tanto, la sangre no fluye con la misma facilidad.