MADRID, 7 Ago. (EDIZIONES) -
A todos nos puede ocurrir que, accidentalmente, nos salte lejía al ojo (mala suerte es), o bien cualquier otro producto químico que empleemos en casa. También, a veces, sucede que los niños pequeños ingieren cosas que no deben, sin que los padres se den cuenta, pudiendo ocasionar serios problemas de salud.
Charlamos en Infosalus con el doctor Guillermo Burillo, coordinador del grupo de Toxicología de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), médico de Urgencias, en el Hospital Universitario de Canarias en Tenerife, y cuenta que lo más habitual es que se produzca la ingesta accidental por cambio de envases. "Sobre todo hemos visto a raíz de la crisis compraba lejía en recipientes grandes y después los pasaba a otros más manejables. Después hay un pequeño grupo por intentos de suicido", remarca.
La intoxicación más habitual por este tipo de productos dice que tiene lugar con la lejía o con el salfumán que, a pesar de que huelen fuerte, sí es habitual que se produzcan con ellos estos errores. "En el caso de los niños también es el cambio de envase y el tenerlos accesibles es lo que más favorece este tipo de intoxicaciones en los menores", agrega.
NO PROVOCAR EL VÓMITO
¿Cómo actuar en estas situaciones? El doctor Burillo insiste en que es muy importante escupir el producto si todavía está en la boca, a la vez que ve fundamental no provocar el vómito porque si el producto ha quemado al entrar, vuelve a quemar al salir.
Otras recomendaciones en este sentido son no dar ninguna sustancia, ni diluyente, tampoco agua, porque se puede producir una reacción con el producto, y por otro lado provocar que avance hacia el intestino o incluso que se vomite; y por supuesto, no dar ningún producto quelante, usar una base si por ejemplo es un ácido, porque produce una reacción isotérmica, una lesión por calor, aparte de la lesión química.
Pese al invento antiguo o creencia popular, este doctor dice que tampoco en esos casos se debe usar agua con clara de huevo batida. Con ello, lo idóneo en estos casos es siempre llamar al 112, quien indicará en qué momento acudir a Urgencias, o cómo proceder en cada caso, agrega el miembro de SEMES.
¿CUÁLES PUEDEN SER SUS COMPLICACIONES?
Sobre los principales síntomas de intoxicación por este tipo de sustancias, el especialista apunta a signos digestivos, como el dolor o el ardor de estómago, y a veces hay un vómito reactivo. En el caso de la inhalación, se pueden producir dolor de cabeza o sensación de mareo, o incluso una pérdida de conciencia o síncope, en caso de ser importante la ingesta.
"Las complicaciones fundamentales son las digestivas, porque si se usa salfumán para desatascar baño, cuando un líquido corrosivo llega a la boca, al esófago y al estómago, los destruye, se produce necrosis; en la mayor parte de ingestas importantes de estas sustancias hay que quitar estos órganos en el largo plazo", reconoce.
Si no se quita el órgano señala que se suele producir estenosis o retracción del mismo fruto de la cicatriz que se produce; con lo cual esto implica un tratamiento de por vida. "Hay algunos casos al año por fallecimiento, pero la mayor parte de casos de intento de suicidio les deja unas secuelas brutales de por vida", avisa el miembro de SEMES.
¿SI ME SALPICA A LA PIEL? ¿SI ME SALTA AL OJO?
Con la salpicadura, si es en la piel, lo que hay que hacer inmediatamente agua para que, por arrastre, se elimine el producto, prosigue el especialista. A pesar de que se produzca una reacción isotérmica al mezclarse con agua, el lavado por arrastre hace que se elimine el producto y la reacción que se tenga sea importante, según indica.
A nivel ocular, precisa este médico de Urgencias que sucedería lo mismo, y deben lavarse los ojos de forma exhaustiva, incluso darse una ducha, sobre todo abriendo el saco conjuntival, el párpado inferior, para que no se deposite el producto tóxico. "De lo que se haga al principio dependerá la viabilidad del ojo", avisa el doctor Burillo.
Sostiene también que si el 112 así lo aconseja es idóneo llevar el producto con el que se ha producido la intoxicación al hospital, y siempre hacerlo en el caso de los niños, para valorar o no el tipo de tratamiento: "Si se trata de un niño llevar también el producto con el que se ha producido la intoxicación para valorar la cantidad ingerida. En función de la cantidad en determinados casos se toman unas medidas u otras".
En última instancia, el coordinador del grupo de Toxicología de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias recuerda que en Estados Unidos se emitió una alerta hace 5 años sobre las pastillas de lavavajillas, ya que son "muy atractivas" y vistosas para los niños", parecen golosinas. "Recordar que son pastillas, pero muy tóxicas, y no deben estar al alcance de los niños", zanja este experto.