MADRID, 22 Nov. (EDIZIONES) -
Investigadores del Instituto Karolinska (Suecia) han descubierto una molécula que puede ayudar a los intestinos a sanar después de sufrir daños y suprimir el crecimiento de tumores en el cáncer colorrectal. El descubrimiento podría conducir a nuevos tratamientos para la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) y el cáncer.
Muchos pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal (EII), como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa, no responden a los tratamientos disponibles, lo que pone de relieve la necesidad de identificar nuevas estrategias terapéuticas. En un nuevo estudio publicado en 'Nature', los investigadores proponen que promover la curación de la mucosa a través de la regeneración tisular podría ser una alternativa válida a los fármacos inmunosupresores.
"Sin embargo, es prácticamente imposible promover la regeneración de tejidos sin el riesgo de inducir el crecimiento de tumores, ya que las células cancerosas pueden secuestrar los procesos naturales de curación del cuerpo y comenzar a crecer sin control. Ahora hemos identificado una molécula que puede ayudar a los intestinos a sanar después de un daño al mismo tiempo que suprime el crecimiento de tumores en el cáncer colorrectal", plantea el autor principal Srustidhar Das, especialista en investigación del grupo de investigación de Eduardo Villablanca en el Departamento de Medicina del Instituto Karolinska en Solna.
En su búsqueda de nuevas formas de tratar la EII, los investigadores han identificado un puñado de moléculas con potencial de convertirse en fármacos candidatos. Descubrieron que la activación de una proteína llamada receptor X del hígado (LXR) puede promover la regeneración y suprimir el crecimiento tumoral en el cáncer colorrectal. "El descubrimiento de ambas funciones fue sorprendente. Ahora necesitamos estudiar más de cerca cómo LXR controla la formación de tumores", afirma el último autor Eduardo J. Villablanca, docente del Instituto Karolinska.
Los investigadores utilizaron una serie de tecnologías avanzadas para llevar a cabo su estudio, que incluyó el mapeo del transcriptoma de las células intestinales. Los investigadores también cultivaron lo que se conoce como organoides 3D: pequeñas estructuras celulares tridimensionales que imitan la función y la estructura de los órganos del propio cuerpo, aunque en formato miniatura. Luego utilizaron la transcriptómica espacial para mapear la expresión genética en los diferentes tejidos, una técnica que ha sido desarrollada en SciLifeLab por científicos del Royal Institute of Technology (KTH) y el Karolinska Institutet en Suecia.
A modo de conclusión los autores resumen que esta nueva molécula terapéutica tiene el potencial de tratar no sólo a pacientes con EII sino también a pacientes con cáncer para prevenir trastornos intestinales crónicos después de la radioterapia y/o quimioterapia.