MADRID, 6 Abr. (EDIZIONES) -
En estas últimas semanas se está registrando un repunte de contagios en enfermedades infecciosas como la tuberculosis, que todos vemos muy de lejos y no asociamos con España (cuando también la hay en nuestro país), así como de gripe, una infección que suele ser más acusada hasta finales de febrero o primeras semanas de marzo, y cuya circulación este año ha sido diferente de lo habitual, y que precisamente nos está 'azotando' más estas últimas semanas.
¿Qué tiene que ver en todo esto el SARS-CoV-2? Pues es el principal responsable, según precisan un par de expertos epidemiólogos, si bien este virus influye de manera diferente en la transmisión de la bacteria 'mycobacterium tuberculosis' en el caso de la tuberculosis, y del virus influenza en el caso de la infección de gripe.
QUÉ SUCEDE CON LA TUBERCULOSIS
Joan Caylá es miembro de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) y presidente de la Fundación de la Unidad de Investigación en Tuberculosis de Barcelona, un referente en la investigación de la tuberculosis al que preguntamos en Infosalus sobre por qué hay más casos de tuberculosis ahora que en otras épocas.
Advierte en primer lugar de que, aunque lo asociemos con un problema del pasado, en España siempre ha habido tuberculosis y habría entre 5 y 10.000 casos de tuberculosis activa todavía, a lo que habría que añadir una cifra de personas con la infección tuberculosa latente, es decir, aquellos con la prueba de la tuberculina positiva, quienes también deben hacer un tratamiento preventivo para esta infección latente, que aún no se ha manifestado activamente.
Puntualiza este experto de la SEE que en 2019 se registraron 9,39 casos por cada 100.000 personas, una cifra que en 2020 bajó a 7,31 por cada 100.000 personas. Se trata de una disminución del 22% que no cuadra con un buen control de la enfermedad, aclara Caylá, cuando lo normal es que la tuberculosis que esté estabilizada pueda bajar un 2-5%.
"Esto se debería al gran impacto de la COVID-19, que se ha presentado en forma de ondas epidémicas, y cerca de cualquier pico había un aluvión de casos que superaba al sistema sanitario, y hacia que los médicos dedicados a la tuberculosis, por ejemplo, tuvieran que atender a tiempo completo a los pacientes con infección por SARS-CoV-2; de forma que la tuberculosis y otras enfermedades han quedado relegadas por el impacto de la COVID", remarca el epidemiólogo.
Así, destaca que el problema que ha habido es un retraso en el diagnóstico debido a este gran impacto en el trabajo de los sanitarios. "Esto ha comportado que, a veces, incluso el propio paciente debido a la saturación de los servicios hospitalarios no haya consultado por semanas, lo haga con retraso a pesar de los síntomas, o bien se les programen pruebas que se retrasan, o el paciente igual haya sido etiquetado de posible COVID y no se concreta el diagnóstico", sostiene Caylá, quien recuerda igualmente que si existe un retraso en el diagnóstico de una enfermedad infecciosa se favorece la transmisión de esta.
Por otro lado, dice que otro impacto de la COVID ha tenido lugar en los informes epidemiológicos, y actualmente no se cuenta con informes recientes sobre la tuberculosis. En su opinión, el año que viene es probable que se vea un incremento claro en el número de casos tanto en España como a escala mundial.
LA OMS ESTÁ PREOCUPADA CON LA TUBERCULOSIS
En este sentido, el presidente de la Fundación de la Unidad de Investigación en Tuberculosis de Barcelona resalta que la OMS "está muy preocupada" porque se declararon a nivel mundial 7 millones de casos en 2019 y se pasó a 5,8 millones en 2020, una disminución que en su opinión "no es real porque no se han diagnosticado casos", lo que supondrá la ruptura de años de progreso en el control de la tuberculosis.
Se ha visto que en 2020 se han registrado 1,5 millones de muertes, apostilla este experto, a la vez que remarca que es la enfermedad infecciosa que más mortalidad ocasiona a día de hoy después de la COVID-19. "Si conseguimos en un par de años que la COVID-19 esté bien controlada la tuberculosis será la primera enfermedad infecciosa en mortalidad", defiende.
SÍNTOMAS DE TUBERCULOSIS Y CUÁNDO SOSPECHAR
En concreto, este miembro de la SEE recuerda que la afectación más frecuente de la tuberculosis es la pulmonar y puede haber tos, expectoración, febrícula, fiebre, anorexia, pérdida de peso, o incluso hemoptisis (expectorar con sangre roja) en formas muy avanzadas.
En general se recomienda que cualquier paciente que tenga tos y expectoración de más de 15 días vaya a su médico para que le haga un diagnóstico, según concreta este especialista. "Muchas veces puede ser una simple bronquitis, el tabaquismo o un resfriado, pero otras puede tratarse de una enfermedad más grave, como una tuberculosis, que hoy en día se cura con un tratamiento como mínimo de seis meses", sostiene.
¿ESTÁN AUMENTANDO AHORA LOS CASOS DE GRIPE?
Mientras, la gripe está golpeando fuerte estas dos últimas semanas en España y son numerosos los casos que están apareciendo. También experta de la Sociedad Española de Epidemiología es Ángela Domínguez, su coordinadora del Grupo de Trabajo sobre Vacunación, y catedrática de Medicina preventiva de la Universidad de Barcelona.
Recuerda que la gripe es una enfermedad que se da habitualmente en la estación fría del año y varia según los países las semanas de máxima actividad. Las campañas de vacunación suelen iniciarse de forma preventiva en octubre-noviembre, y indica que habitualmente los picos de contagios se daban más a finales de enero o en febrero.
No obstante, señala que con la llegada de la pandemia esto cambió y en España, en la campaña de la gripe 2019-2020 apenas hubo circulación del virus y contagios en este sentido. De momento, en esta temporada, la doctora Domínguez aclara que sí se reportaron casos de gripe en noviembre y a principios de diciembre de 2021, para después estabilizarse, y 'reactivarse' ahora hace unas semanas.
"Hay que relacionarlo con la situación que tenemos de circulación del SARS-CoV-2 y, concretamente, con la circulación de la variante ómicron, que es muy transmisible y que ha ocupado el espacio de transmisión de la gripe en los meses de diciembre, de enero, y de febrero. Esto por un lado explicaría que, en la medida que disminuye la transmisión del SARS-CoV- 2, el virus de la gripe tiene más capacidad para producir casos y transmitirse", explica esta especialista en Medicina preventiva.
Por otro lado, considera que también puede influir el hecho de que se hayan relajado las medidas a la hora de frenar la expansión de la COVID-19, como el empleo de las mascarillas, la higiene de manos, o la ventilación, por ejemplo, y que contribuyen a disminuir la probabilidad de que se produzca una infección respiratoria, ya sea por SARS-CoV-2 o por otro virus como el influenza que ocasiona la gripe.