¿Tu hijo no duerme bien? Descubre los principales trastornos del sueño en niños y sus soluciones

Archivo - Little blond calm boy sit in the bed holding plush toy covered in blanked near slightly open door with day light - SERRNOVIK/ISTOCK - ARCHIVO

   MADRID, 14 Mar. (EDIZIONES) -

   Un aspecto clave que muchas veces pasa desapercibido es el impacto de los trastornos del sueño en el desarrollo neurológico y en el rendimiento escolar de los niños. Según recuerda la Sociedad Española de Neurología Pediátrica (SENEP), con motivo del Día Mundial del Sueño, entre un 20 y un 40% de los niños han tenido o tendrán algún problema relacionado con el sueño en algún momento de su desarrollo.

   Así, tal y como señala en una entrevista con Europa Press Infosalus la cocoordinadora del grupo de trabajo de Trastornos del Sueño de la SENEP Nuria Lamagrande, "el sueño no sólo es fundamental para el descanso, sino que también desempeña un papel esencial en la consolidación de la memoria, de la regulación emocional, y del desarrollo cognitivo de los menores".

   Además, resalta que el sueño infantil no debe verse únicamente desde una perspectiva nocturna; "lo que sucede durante el día influye directamente en cómo se duerme por la noche". Con ello, destaca que factores como la calidad de la luz ambiental, el nivel de actividad física, y el uso de pantallas pueden modificar significativamente la arquitectura del sueño de los niños.

SON FRECUENTES LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO EN LA INFANCIA

   En este contexto, esta neuropediatra pone de relieve que "los trastornos del sueño en la edad pediátrica suponen un problema de salud pública", y en torno a un tercio de los niños y adolescentes sufren en algún momento de su desarrollo un problema o trastorno del sueño; "siendo mayor el porcentaje, además, en niños con trastornos del neurodesarrollo, alcanzando cifras de hasta el 85-90%".

   Dice la doctora Lamagrande, del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid, que los trastornos del sueño pueden estar causados por una combinación de factores conductuales, psicológicos, y biológicos en los menores. Entre los factores biológicos destaca, la predisposición genética, la sensibilidad individual a la luz, la regulación de la homeostasis del sueño y condiciones médicas subyacentes, como la ferropenia.

   "Sin embargo, aunque existen múltiples causas que pueden predisponer a los niños a desarrollar trastornos del sueño, el componente conductual suele jugar un papel determinante. A pesar de que modificar ciertos hábitos puede resultar complicado, en muchas ocasiones es una de las estrategias más eficaces para mejorar el descanso infantil", advierte esta especialista en Medicina del Sueño.

SÍNTOMAS DE QUE UN NIÑO PUEDE PADECER UN TRASTORNO DEL SUEÑO

   Con ello, remarca esta doctora que, a diferencia de los adultos, donde la somnolencia y el cansancio son los síntomas más evidentes de un trastorno del sueño, en los niños puede manifestarse de manera opuesta, y con una marcada inquietud motora.

   Entre otros, esta miembro de SENEP cita que algunos signos de alerta incluirían:

   Hiperactividad o conducta disruptiva durante el día.

Estado de ánimo bajo o síntomas de irritabilidad.

Problemas de atención y aprendizaje.

Despistes frecuentes.

   Aumento de peso inexplicado.

Elevación de la presión arterial.

Aquí resalta esta experta que el pediatra de Atención primaria suele ser el primer profesional en detectar estas alteraciones: "Si el manejo resulta complicado, o se sospecha una enfermedad neurológica subyacente, será necesario derivar al niño a un neuropediatra para una evaluación más detallada".

PRINCIPALES TRASTORNOS DEL SUEÑO INFANTIL

   Advierte, eso sí, la doctora Lamagrande de que, en población sana, muchas veces, los trastornos del sueño realmente son problemas del sueño derivados de alteraciones conductuales que no conllevan un trastorno en sí; si bien precisa que entre los trastornos del sueño más frecuentes en niños se encontrarían los siguientes:

   1. Insomnio: De acuerdo con la Academia Americana de Sueño, dificultad persistente en el inicio, duración, y mantenimiento o calidad del sueño, a pesar de una adecuada oportunidad y de circunstancias para dormir, que conlleva algún tipo de alteración en el funcionamiento diario.

   2. Síndrome de Retraso de Fase: Frecuente en la adolescencia y por el que se retrasa unas dos horas el inicio y el final del sueño; son niños que su hora de acostarse, por su hora de liberación de melatonina, está retrasada al menos 2 horas con respecto a lo socialmente establecido, de forma que cuando se duermen en ese horario no tienen dificultades de inicio, ni de mantenimiento, aunque su hora de despertar, por tanto, es más tarde; en estos casos muchas veces aparece el llamado 'jet-lag social', por el cual, los fines de semana tienen un horario más retrasado del habitual, costando volver al ritmo cuando llega la semana.

3. Síndrome de piernas inquietas: Consiste en la necesidad imperiosa de mover las piernas, lo que muchas veces impide que el menor consiga dormirse; se agrava cuando permanecen quietos y al final del día, y mejora con el movimiento; en la población pediátrica muchas veces está infradiagnosticado, ya que muchos niños tienen dificultades para expresar esta sensación, refiriéndolo como 'unas cosquillas', 'hormiguitas que suben por las piernas'; el diagnóstico es clínico, y en ocasiones, el tratar con hierro cuando éste está bajo puede mejorarlo.

    4. Síndrome de Apnea-Hipopnea del sueño: Durante el sueño realizan pausas de respiración, lo que conlleva microdespertares; existen diversas causas, en niños una de la más frecuentes es la hipertrofia amigdalar; los síntomas pueden ser hipersomnia diurna, excesiva inquietud y/o, sobre todo la presencia de ronquidos; cuando lo sospechamos se debe hacer un estudio de sueño y el tratamiento varía en función de la causa.

5. Hipersomnia: Trastornos caracterizados por una somnolencia diurna excesiva, con la consiguiente disminución de la alerta y/o duración excesiva del sueño nocturno, que interfieren con las actividades normales; aunque existen causas primarias como la narcolepsia, el síndrome de Kleine-Levin y/o la hipersomnia idiopática, la causa principal de hipersomnia en la población pediátrica es el déficit crónico del sueño, influido por diversos factores, entre ellos aspectos sociales y el uso de pantallas.

PAUTAS PARA MEJORAR EL SUEÑO DE LOS NIÑOS

   Pero si algo hay que tener claro es que el sueño infantil varía a lo largo de los años. De hecho, indica esta neuropediatra que si en algún momento los padres notan un empeoramiento del sueño de los niños, esto podría estar

   "Al igual que hablamos de hitos del neurodesarrollo, hablamos de hitos del sueño. El sueño va cambiando a lo largo de la vida del niño. Por un lado, la duración del sueño varía con la edad, de forma que los pediatras, al igual que usamos percentiles de talla, de peso, y de perímetro craneal, usamos percentiles de sueño. No sólo cambia el tiempo que dormimos, sino también cuándo dormimos, de forma que progresivamente se va estableciendo, conforme va madurando el niño, un periodo nocturno prolongado de sueño", subraya esta especialista de la SENEP.

   Con todo ello, la cocoordinadora del grupo de trabajo de Trastornos de Sueño de SENEP pone de relieve los siguientes consejos para mejorar el sueño de los niños, recordando que siempre las recomendaciones deben adaptarse a cada edad, si bien desataca que hay una serie de principios generales aplicables a todos los niños:

   - Rutinas diarias regulares: Mantener horarios estables de sueño, de alimentación, y de exposición a la luz solar ayuda a regular el reloj biológico.

   - Exposición a la luz solar durante el día: La luz natural es clave para la regulación del ritmo circadiano.

   - Evitar la exposición a pantallas antes de dormir: La luz azul de los dispositivos electrónicos inhibe la producción de melatonina propia; se recomienda evitar pantallas al menos 2 horas antes de acostarse, cargar el móvil fuera del dormitorio; y restringir su uso en menores de 5 años.

   -Alimentación adecuada: Desayunar a primera hora y mantener horarios regulares de comida favorece la regulación del sueño; se debe evitar acostarse con hambre o con sensación de pesadez.

   -Ejercicio físico: Es fundamental para la salud general, pero debe evitarse en las horas previas al sueño, ya que puede retrasar la conciliación del mismo.

   -Ritual de sueño predecible: Terminar el día con actividades relajantes, como leer un cuento en la habitación; esto ayuda a que el niño asocie el entorno con el descanso.

   -Evitar sustancias estimulantes: Bebidas con cafeína o alimentos azucarados pueden alterar el sueño.

-Uso adecuado del dormitorio: La habitación debe ser un espacio destinado exclusivamente para dormir, evitando el uso de pantallas y de actividades estimulantes en ella.

   "Por último, es fundamental concienciar sobre la importancia de educar a las familias en hábitos de sueño saludables desde edades tempranas, ya que muchos de los problemas de sueño en la infancia podrían prevenirse con estrategias adecuadas de higiene del sueño", concluye la doctora Lamagrande.