MADRID, 19 Mar. (EDIZIONES) -
Un problema que padecen muchos padres es que no saben qué hacer si su hijo ha vomitado la medicación. ¿Debo repetirla?¿Le doy un poco menos?¿Pero si ya ha pasado un rato largo?
Es por eso por lo que en Europa Press Salud Infosalus pedimos ayuda a Pedro Viaño Nogueira, que es médico pediatra, así como vocal del Comité de Medicamentos de la Asociación Española de Pediatría (AEP), y coeditor de 'EnFamilia', la página web de la AEP dedicada a las familias.
Tal y como indica este experto, el tiempo de administración del fármaco hasta el vómito sí importa: "Cuanto más tiempo haya pasado más probabilidad hay de que el medicamento se haya absorbido y el vómito, por tanto, no influye en la absorción del fármaco".
Indica que se suele establecer la barrera de los 30 minutos como un periodo a partir del cual se puede asumir que el fármaco se ha absorbido en su mayor parte. "Por tanto, si vomita inmediatamente tras la administración, o vomita 5 minutos después, podemos asumir que no se ha absorbido significativamente el medicamento; y si ha transcurrido media hora pues lo contrario", asevera este médico pediatra.
¿HAY DIFERENCIAS SEGÚN EL TIPO DE MEDICAMENTO?
No tendría por qué, aunque depende de cada principio activo, tal y como afirma el doctor Viaño. Aquí recuerda que sí se sabe que los medios líquidos por vía oral se absorben más rápido (soluciones, suspensiones) que los medios sólidos (comprimidos o las cápsulas).
"Sí que hay diferencias en cuanto al tipo de medicamento, y en cuanto a las consecuencias de repetirlo o no. Hay que valorar siempre el riesgo-beneficio. Hay fármacos que no se deben repetir, como los anticomiciales o antiepilépticos (para tratar la epilepsia) porque suelen ser fármacos de estrecho margen terapéutico y con un riesgo mayor de toxicidad", advierte el vocal del Comité de Medicamentos de la AEP.
No obstante, destaca que la mayor parte de los fármacos que reciben los niños previamente sanos, o sin enfermedad previa o crónicas, como los antipiréticos y antibióticos tienen un amplio margen de seguridad; por lo que no entrarían en este grupo.
REDUCIR LA PROBABILIDAD DE QUE UN NIÑO VOMITE LA MEDICACIÓN
En este sentido, le pedimos consejo al doctor Pedro Viaño sobre si existen fórmulas que puedan facilitar el que un menor no vomite la medicación. Aquí subraya que la mayoría de vómitos se producen porque al menor no le gusta el sabor de la medicación, que suele ser en forma líquida.
"Los excipientes son los que dan sabor a la solución o a la suspensión. Hay distintas marcas y distintos sabores de medicamentos. Por tanto, es conveniente saber qué sabor le puede gustar más al niño para reducir este problema en la medida de lo posible", recomienda este pediatra.
Otra estrategia, tal y como apunta, sería refrigerar el medicamento porque frío sostiene que suele aceptarse mejor por los menores. A su vez, otra opción sería sustituir esta suspensión o solución por otro medio que le agrade más al menor, como por ejemplo la forma bucodispersable, "una forma agradable de dar medicamentos a los niños y que existe en el paracetamol, y una buena alternativa cuando no admiten este fármaco".
De hecho, en el caso del paracetamol sostiene que es bastante frecuente el que los menores lo rechacen, que se vea este rechazo, pero tal y como asevera es que se trata de uno de los medicamentos que más se suele proporcionar a los menores, como analgésico o como antipirético.
CONSULTAR SIEMPRE Y PROPORCIONARLO LENTAMENTE
Y a la hora de dar el medicamento, aconseja proporcionarlo a los menores lentamente, por la comisura de la boca, estando el niño tranquilo e incorporado, para así evitar que lo escupa o vomite.
A priori, sostiene que no habría ninguna causa especifica por la que los menores vomiten los medicamentos y no otros alimentos o líquidos, si no por el mero hecho de que no les gusta el sabor.
Sí cree que es importante el doctor Viaño apoyarse siempre en el consejo del médico pediatra para resolver estas dudas, y para que ayude a que los niños se tomen los medicamentos de la mejor manera posible.
Por otro lado, advierte de que si hay dudas sobre la dosis o con la forma de administración, o ante cualquier otro elemento de la prescripción, se debe consultar con un experto antes de dar el medicamento para evitar errores fruto de una sobredosificación, o por el contrario de una infradosificación del medicamento, de forma que éste no haga el efecto terapéutico deseado.