MADRID, 23 Feb. (EUROPA PRESS) -
En comparación con las mujeres cuya presión arterial durante el embarazo fue normal, las mujeres con antecedentes de trastornos hipertensivos del embarazo, como preeclampsia e hipertensión gestacional, tienen grandes diferencias en la estructura y función del corazón una década después parto, según publican investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh, en Estados Unidos, en la Revista del Colegio Americano de Cardiología.
Los cambios, que afectan principalmente al ventrículo izquierdo del corazón, pueden predisponer a algunas mujeres a sufrir cardiopatía isquémica e insuficiencia cardíaca en el futuro sin que ellas lo sepan. Los hallazgos pueden ayudar a los médicos a identificar a aquellos con alto riesgo de complicaciones cardíacas a largo plazo y permitir intervenciones terapéuticas tempranas para prevenir el desarrollo de enfermedades cardíacas.
"La hipertensión es un asesino silencioso --señala la autora principal Malamo Countouris, instructora clínica en cardiología en el Departamento de Medicina de Pitt y codirector de la Clínica de Hipertensión Posparto UPMC Magee-Womens Hospital--. Ninguna de las mujeres de nuestro estudio tenía síntomas clínicos de enfermedad cardíaca; son jóvenes y probablemente se sientan bien y saludables, y es posible que no consulten a un proveedor de atención médica con regularidad, pero es importante comenzar a examinarlas para detectar la presión arterial alta temprano".
Los investigadores también descubrieron que, aunque los trastornos hipertensivos del embarazo aumentan de forma independiente el riesgo de que una mujer sufra complicaciones cardíacas a largo plazo, el "grupo de doble impacto" --aquellas con antecedentes de trastornos hipertensivos del embarazo que también tenían la tensión arterial alta en el momento de la evaluación-- es el que presenta un mayor riesgo.
Afortunadamente, el riesgo se puede evaluar de forma rápida y no invasiva en un ecocardiograma. Countouris y su equipo encontraron que de ocho a 10 años después del parto, el 79% de las mujeres del grupo de doble golpe presentaban remodelación ventricular izquierda o engrosamiento relativo de las paredes de sus ventrículos izquierdos.
Esto se compara con el 38,2% de las que no tenían ninguno, el 36,4% de las que tenían antecedentes de sólo trastornos hipertensivos del embarazo y el 46,2% de las mujeres con hipertensión actual solamente. Tener antecedentes de trastorno hipertensivo del embarazo e hipertensión actual también se asoció con una función diastólica del corazón izquierdo más deficiente, lo que reflejaba que el ventrículo izquierdo se ponía más rígido y no se llenaba de sangre a su capacidad máxima.
"La identificación de mujeres en alto riesgo puede brindar una ventana de oportunidad para intervenciones específicas para prevenir enfermedades cardíacas --apunta Countouris--. Sugerir cambios simples en el estilo de vida o la dieta, incluido el ejercicio regular y un mejor manejo de otros factores de riesgo cardiovascular, puede prevenir cambios adversos en el corazón y reducir el riesgo de enfermedad cardíaca más adelante en la vida".
La autora añade que se necesitan más estudios para aclarar la relación de causa y efecto entre embarazos complicados y efectos a largo plazo en el corazón.