MADRID, 15 Dic. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Uppsala (Suecia) han demostrado que la pérdida del cromosoma Y en parte de sus glóbulos blancos puede ser responsable de que los hombres corran mayor riesgo de COVID-19 grave que las mujeres.
Un cambio genético frecuente en los hombres es la pérdida del cromosoma Y (LOY) en una parte de los glóbulos blancos. Curiosamente, este cambio es más frecuente a medida que avanza la edad.
Durante la pandemia de COVID-19, se puso rápidamente de manifiesto que los hombres estaban más gravemente afectados por la enfermedad. Hasta el 75 por ciento de los pacientes ingresados en unidades de cuidados intensivos (UCI) han sido hombres y la proporción de varones fallecidos también es mayor en comparación con la de mujeres.
En este estudio, publicado en la revista científica 'Genome Medicine', los investigadores han descubierto una conexión entre la LOY y el riesgo de COVID-19 grave.
"Estudiamos muestras de sangre tomadas a más de 200 pacientes varones en unidades de cuidados intensivos entre principios de 2020 y el verano de 2021. Nuestros análisis mostraron que LOY estaba relacionado tanto con la gravedad de la enfermedad, según la clasificación de la OMS, como con el riesgo de morir", ha comentado Bozena Bruhn-Olszewska, investigadora de la Universidad de Uppsala.
Varias conclusiones del estudio apoyan que la LOY es importante para el desarrollo de la COVID-19 grave. Una mayor proporción de LOY podría estar relacionada con un deterioro de la función pulmonar, por ejemplo, una menor oxigenación. Las complicaciones en forma de coágulos sanguíneos también mostraron una asociación con un mayor porcentaje de LOY en tipos específicos de glóbulos blancos. Además, se observó que la mayor proporción de células con LOY era transitoria.
"Tuvimos la oportunidad de analizar muestras tomadas de algunos de los pacientes entre tres y seis meses después de ser dados de alta de la unidad de cuidados intensivos. En estas muestras, la proporción de células con LOY había disminuido drásticamente. Que sepamos, es la primera vez que alguien demuestra que LOY tiene propiedades dinámicas relacionadas con una enfermedad infecciosa aguda", ha explicado Hanna Davies, investigadora de la Universidad de Uppsala.
Los investigadores creen que LOY podría utilizarse como biomarcador para predecir qué pacientes corren el riesgo de desarrollar una enfermedad grave por COVID-19.
"Nuestros resultados contribuyen a una mejor comprensión de la importancia que LOY tiene para la susceptibilidad a la enfermedad, especialmente en relación con el funcionamiento del sistema inmunitario. También creemos que los nuevos conocimientos pueden ser relevantes para otras infecciones víricas comunes que son más graves para los hombres que para las mujeres", ha remachado Jan Dumanski, catedrático de la Universidad de Uppsala, que ha dirigido el estudio.