MADRID, 10 Mar. (EUROPA PRESS) -
En épocas de estrés materno, la oxitocina puede retrasar el desarrollo del embrión durante días o semanas después de la concepción, según demuestra un nuevo estudio de investigadores de NYU Langone Health (Estados Unidos) realizado en roedores.
Según los autores, los hallazgos sobre la llamada "diapausa" pueden ofrecer nuevos conocimientos sobre los problemas de embarazo y fertilidad a los que se enfrentan los seres humanos. Un informe sobre los hallazgos se publica en la revista 'Science Advances' en un número especial centrado en la salud de la mujer.
El estudio exploró la diapausa, en la que un embrión deja de crecer temporalmente en las primeras etapas de su desarrollo antes de adherirse al revestimiento del útero de su madre, un paso clave que conduce a la formación de la placenta.
Se sabe que la diapausa se da en especies que van desde los armadillos hasta los pandas gigantes y las focas; se cree que evolucionó para ayudar a las futuras madres a preservar recursos escasos (por ejemplo, la leche materna) al retrasar el nacimiento hasta que tengan suficiente para cuidar con éxito a su descendencia. Aunque estudios recientes han descubierto evidencia de que una forma de diapausa puede ocurrir en humanos, los mecanismos subyacentes detrás de ella hasta ahora no han sido claros.
Los resultados en ratones mostraron que un tipo de estrés que puede causar diapausa es la producción y liberación de leche (lactancia), ya que requiere que la madre gaste nutrientes corporales tanto para las crías que están amamantando y ya nacieron como para las que están creciendo en el útero. El estudio reveló que el tiempo entre la concepción y el nacimiento (gestación) -normalmente 20 días para estos animales- se retrasó alrededor de una semana en las roedoras preñadas que ya estaban amamantando a una camada.
Además, el equipo de investigación demostró que este retraso se debía a un aumento de la producción de oxitocina, cuyos niveles aumentan cuando la madre amamanta. Para confirmar esta función de la hormona, los investigadores expusieron a embriones de ratones en el laboratorio a una dosis única (de 1 microgramo o 10 microgramos) de oxitocina y descubrieron que incluso estas pequeñas cantidades retrasaban su implantación en el útero hasta tres días. Además de interrumpir el embarazo, el equipo descubrió que los aumentos repentinos de la sustancia química lo suficientemente grandes como para imitar las cantidades y el momento medidos durante la lactancia causaban la pérdida del embarazo en los ratones en casi todos los casos.
"Nuestros hallazgos arrojan luz sobre el papel de la oxitocina en la diapausa", declara el coautor del estudio, el doctor Moses Chao, profesor de los Departamentos de Biología Celular, Neurociencia y Psiquiatría de la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York. "Debido a esta nueva conexión, es posible que las anomalías en la producción de esta hormona puedan desempeñar un papel en la infertilidad, el parto prematuro o tardío y el aborto espontáneo".
En otra parte del estudio, el equipo buscó un mecanismo que permitiera a los embriones reaccionar a un aumento repentino de oxitocina. Descubrieron que la hormona puede unirse a proteínas especiales llamadas receptores en la superficie de una capa de células conocida como trofectodermo, que rodea al embrión en sus primeras etapas y que finalmente forma la placenta.
Cabe destacar que los embriones de ratón que fueron modificados genéticamente para desactivar los receptores de oxitocina vivieron lo suficiente para implantarse en la placenta de su madre a tasas mucho más bajas que los embriones normales. Esto sugiere que la capacidad de responder a los picos de oxitocina, y por lo tanto entrar en diapausa, es de alguna manera importante para la supervivencia de las crías en desarrollo, dice Chao, quien planea examinar esta función protectora con más detalle.
Los investigadores planean ahora examinar cómo se reactiva el crecimiento celular después de la diapausa. Además, el equipo planea explorar cómo la diapausa puede afectar la salud y el desarrollo de las crías después del nacimiento, y determinar si sus descubrimientos pueden aportar información a la medicina reproductiva y de qué manera. No obstante, advierten, si bien los resultados del estudio son prometedores, los ratones y los humanos (a pesar de ser mamíferos) presentan diferencias significativas en sus procesos reproductivos. Además, la investigación actual no evaluó el papel que pueden desempeñar en la diapausa otras hormonas relacionadas con el embarazo, como el estrógeno y la progesterona.