MADRID, 22 Abr. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de So Paulo (Brasil) han descubierto que la hormona de crecimiento (GH), que estimula la maduración esquelética y el crecimiento óseo lineal, además de ayudar a mantener el tejido y los órganos a lo largo de la vida también actúa directamente sobre el cerebro para conservar energía cuando el cuerpo pierde peso.
Los receptores de GH se encuentran en grandes cantidades en músculos y tejidos, en el hígado y en órganos directamente involucrados en el metabolismo del crecimiento. Ahora, en un artículo publicado en la revista 'Nature Communications', estos investigadores también han encontrado que el cerebro también está repleto de este tipo de receptores.
Además, también han revelado que la GH cerebral no solo está involucrada en el metabolismo del crecimiento, sino que sobre todo influye en las respuestas metabólicas que conservan energía cuando se tiene hambre o se está a dieta. "Este descubrimiento, que también es nuevo para la ciencia, tiene implicaciones importantes en términos de entender por qué es tan difícil perder peso", aseguran los investigadores.
Durante décadas, los científicos han tratado de entender por qué es tan difícil mantener el peso logrado después de los sacrificios de una dieta exitosa y por qué es tan fácil recuperar el peso perdido. Hasta ahora, la leptina ha sido considerada la principal hormona que actúa para conservar energía cuando tenemos hambre.
Se sabe que los niveles de leptina en el torrente sanguíneo disminuyen en respuesta a la pérdida de peso, pero este conocimiento nunca ha resultado en la creación de una dieta o terapia exitosa con leptina que pudiera permitir a los sujetos perder peso y no recuperarlo poco después.
"El proceso de pérdida de peso implica evidentemente varios procesos metabólicos y varias hormonas además de la leptina. Aquí es donde GH entra en juego. Encontramos que, en respuesta a la pérdida de peso, la GH actúa en el cerebro de manera similar a la leptina. Sin embargo, mientras que los niveles de leptina disminuyen, sucede lo contrario con la GH. La pérdida de peso desencadena un aumento en los niveles de GH en el torrente sanguíneo", explican.
Los receptores GH en el cerebro están localizados en el hipotálamo, donde activan específicamente una pequeña población de neuronas llamada AgRP, que es la abreviatura de proteína r-agoutí. Las neuronas de AgRP a su vez aumentan la producción de AgRP, lo que aumenta el apetito y disminuye el metabolismo energético y el gasto.
DETALLES DEL ESTUDIO
Para llevar a cabo un estudio detallado de la influencia de la señalización GH en las neuronas AgRP, los científicos criaron ratones genéticamente modificados con ablación de receptores GH específicos de AgRP (llamados ratones KO AgRP GHR). Sus experimentos también utilizaron un grupo de control compuesto por ratones silvestres que no fueron modificados genéticamente.
En varios experimentos, midieron el gasto de energía de todo el cuerpo en los dos grupos de ratones cuando fueron sometidos a una dieta con un 60 por ciento de restricción alimenticia. Su objetivo era determinar si una falta de respuesta adaptativa al déficit energético resultante tendría un impacto significativo en el balance energético.
Encontraron que los ratones de control disminuyeron el gasto de energía durante la restricción de alimentos, lo cual es consistente con las respuestas adaptativas que conservan energía en esta situación. El gasto energético de los ratones KO AgRP GHR durante la restricción de alimentos disminuyó significativamente menos, lo que sugiere que no ahorraron energía tan eficientemente como los ratones de control. Los ratones KO AgRP GHR mostraron una mayor tasa de pérdida de peso, debido principalmente a la disminución de la masa grasa (reservas de energía), pero también a la pérdida de masa magra (órganos vitales, huesos, músculos, ligamentos, tendones y fluidos corporales).