MADRID, 4 Dic. (EDIZIONES) -
El ataque de pánico es una de las peores sensaciones que puede sentir una persona. Piensa está que muy enfermo, que ha perdido la razón, no controla qué sucede, tiene falta de aire, y que le va a dar un infarto o incluso que va a morir. Cree que algo no va bien dentro de sí, o que algo muy grave le está sucediendo, cuando realmente no es así.
Para poder entender un poco mejor los ataques de pánico entrevistamos en Infosalus al catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid y jefe de sección del Hospital Clínico San Carlos, el doctor José Luis Carrasco, quien los describe como "accesos súbitos, inesperados, bruscos e intensos de ansiedad; una sensación de temor, de inquietud, de pánico en definitiva, y de que algo catastrófico le está ocurriendo a uno, incluso un infarto, porque uno de los síntomas bastante típico es la sensación de ahogo o la falta de aire, así como que la persona se está volviendo loca, se siente muy mal, se marea y no controla la cabeza".
Se dan por igual entre mujeres y hombres, según puntualiza, y la edad más frecuente de aparición de la primera crisis de angustia o pánico tiene lugar entre los 20 y los 30 años. Según afirma el experto, los ataques de pánico tienen causa endógena, no están originados por una situación inmediata, por ejemplo, a un disgusto o una mala noticia o contrariedad, sino que vienen de dentro: "Por eso el paciente en muchas ocasiones piensa que se está volviendo loco porque no ve razón para el ataque de pánico. Al paciente le dan en situación aparentemente tranquila, incluso estando sentado en su casa, conduciendo, o esperando en la cola de un cine. No es reactivo a una intervención del entorno".
Dados los síntomas en Urgencias muchas veces, según prosigue el psiquiatra, se procede a la realización de un electrocardiograma ante esa sensación de ahogo y de taquicardia típicas en estos casos. No obstante, según aclara, la prueba demuestra que el paciente no tiene nada, y es en estos casos cuando empieza a sospecharse de trastorno de pánico.
En concreto, precisa que un trastorno de pánico o de angustia, como también se le llama, tiene lugar ante crisis o ataques repetidos de pánico. "Lo habitual no suele ser que una persona sufra un único o un par de ataques de pánico, sino que estos sean recurrentes", subraya el catedrático de Psiquiatría.
Ahora bien, señala que la diferencia entre un ataque puntual de pánico y el trastorno es que la crisis se trata con un ansiolítico, pero cuando ya es un trastorno se hace necesario un tratamiento más sostenido, o bien otros fármacos que no son solo ansiolíticos, como los antidepresivos, además de una terapia para el manejo y el control de la ansiedad.
¿QUÉ EXPLICACIÓN TIENEN?
En cuanto a las posibles causas de los ataques de pánico, o trastorno de angustia, el jefe de sección de Psiquiatría del Hospital Clínico San Carlas, subraya que razones inmediatas en el entorno no las hay, sino que son causas endógenas, igual que sucede en la depresión.
Concretamente, cita que el perfil psicológico más típico de las personas que padecen ataques de pánico es el de aquellas que por fuera parecen seguras pero por dentro no lo son, son muy nerviosos, no expresan mucho su ansiedad ni su malestar, y son muy perfeccionistas. "Una acumulación de situaciones de estrés puede llevarle a estallar en algún momento", aclara.
El doctor José Luis Carrasco dice que también se encontraría la predisposición biológica a padecer estos ataques de pánico. "Se sabe que hay sustancias cerebrales, neurotransmisores implicados, y la noradrenalina en concreto. Es conocido que fundamentalmente en los ataques de pánico se produce una liberación brusca de esta sustancia por parte de algunos núcleos del cerebro", agrega.
POSIBLES COMPLICACIONES
El doctor precisa que ante la aparición de un ataque de pánico siempre conviene consultar con un especialista en la materia porque una de las complicaciones que pueden aparecer en los trastornos de angustia es la agorafobia.
"La crisis de pánico no suele ser una crisis única que se olvida. Tras estos episodios el paciente queda muy asustado. Le ha ocurrido algo y teme que le pueda volver a ocurrir. La persona lo pasa muy mal con las crisis de angustia. Es una de las situaciones más horribles en cuanto a malestar subjetivo. Es la angustia en crudo sin saber a qué atribuirla", detalla.
Insiste el doctor en que la persona queda con miedo y, aunque se le diga que no va a ser grave, el paciente no puede dejar de pensar que le puede volver a pasar y aquí aparece la 'ansiedad anticipatoria', una de las complicaciones más graves, que puede derivar en agorafobia. "Al que le ha dado la crisis conduciendo o en el cine de pronto les tiene miedo. Se puede desarrollar entonces agorafobia por ese miedo que le ha dejado el ataque de pánico", agrega.
¿REALMENTE PODEMOS PREVENIRLOS?
Con todo ello, el psiquiatra José Luis Carrasco resalta que la forma de prevenirlos, sin haber tenido nunca ninguno, es intentar ser menos controladores y perfeccionistas, y sentir nuestra ansiedad en el día a día, y además expresarlo. "Las personas con ataques de pánico anteriormente no han sido descritas como personas ansiosas, sino que parecen personas controladas por fuera", remarca.
Una vez que se han tenido ya los ataques de pánico dice que hay técnicas terapéuticas que enseñan a manejarlos, a controlar la ansiedad, y a que cuando vienen los primeros síntomas estos se puedan controlar y el paciente no se asuste.
"Es vital conocer cómo son las crisis y saber pararlas antes de que empiecen. Sí se pueden prevenir también con técnicas orientadas al manejo del estrés en la vida diaria. También es útil la prevención farmacológica, muy eficaz en la desaparición de la crisis de pánico cuando ya hay un trastorno establecido", sostiene el especialista.
Eso sí, el experto del Hospital Clínico San Carlos mantiene que cuesta más vencer a la ansiedad anticipatoria, ese miedo que ha quedado, si bien destaca que farmacológicamente se controlan bastante bien con antidepresivos.
QUÉ HACER EN UNO DE ESTOS CASOS
En última instancia, el catedrático de Psiquiatría aconseja que, ante uno de estos casos, lo que hay que intentar en ese momento si no sabe que se tienen ataques de pánico, pero sí se sospecha de ellos, es respirar despacio, e intentar estar tranquilo, y pensar que aunque lo esté pasando muy mal no es una enfermedad muy grave y la crisis de pánico tiene un pico, dura como un minuto y luego se quita.
"Y después consultar con un especialista antes de que vaya a más y se convierta en un trastorno pánico con agorafobia", reitera el experto, porque, según advierte, otra de las complicaciones de esta enfermedad es que, si no se evita la automedicación, o el alcohol, que a veces intentan paliar estas sensaciones algunas personas con este, el paciente se puede volver adicto a ellos.