MADRID 25 Jun. (EUROPA PRESS) -
El método actual para evaluar la lesión hepática relacionada con los medicamentos no proporciona una imagen precisa de la toxicidad (o falta de ella) de algunos medicamentos en el hígado, según un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos).
La clasificación del potencial de un medicamento para dañar el hígado, denominada "hepatotoxicidad", se ha determinado históricamente contando los casos individuales notificados de lesión hepática aguda (ALI). En cambio, los investigadores utilizaron datos de atención médica del mundo real para medir las tasas de ALI dentro de una población y descubrieron que los niveles de peligro para el hígado de algunos medicamentos se están clasificando erróneamente. Este artículo fue publicado en ‘JAMA Internal Medicine’.
"Desde un punto de vista clínico, conocer la tasa de ALI grave después de comenzar a tomar un medicamento en datos del mundo real ayudará a determinar qué pacientes deben ser monitoreados más de cerca con pruebas de laboratorio relacionadas con el hígado durante el tratamiento", comenta el autor principal Vincent Lo Re, profesor asociado de Medicina y Epidemiología.
"Las tasas de incidencia de ALI grave pueden ser una herramienta valiosa para determinar la toxicidad de un medicamento para el hígado y cuándo se debe monitorear a los pacientes, ya que las tasas de incidencia brindan una visión más verdadera y real de esta toxicidad. Los informes de casos no reflejan con precisión las tasas observadas de ALI porque no consideran el número de personas expuestas a un medicamento, y los casos de lesión hepática inducida por medicamentos a menudo no se notifican".
Dentro del estudio, 17 medicamentos diferentes tuvieron tasas que excedieron cinco eventos graves de ALI por cada 10,000 "personas-año", una medida que refleja tanto la cantidad de personas en un grupo como el tiempo que el estudio las observa (12 personas-año podrían significar una persona con datos de 12 años o dos personas de seis años). El equipo determinó que 11 de estos medicamentos estaban en categorías inferiores de hepatoxicidad por recuentos de casos que probablemente no reflejaban su verdadero riesgo, ya que sus tasas de incidencia revelaron niveles más altos de toxicidad. Uno de los medicamentos que entró en este grupo fue el metronidazol, un antimicrobiano que puede usarse para tratar infecciones en el sistema reproductivo o gastrointestinal, así como algunas afecciones dermatológicas.
Las tasas de incidencia, el número de casos nuevos de una enfermedad dentro de un período dividido por el número de personas en riesgo de contraer la enfermedad, son una medida clave para examinar la salud de una población porque brindan una imagen más completa que un simple recuento. Por ejemplo, un medicamento con 60 informes de lesión hepática se consideraría el más hepatotóxico mediante el método tradicional, utilizando el número bruto de casos de lesión hepática notificados. Sin embargo, si ese medicamento tuviera 60 eventos de ALI graves observados y fuera utilizado por cinco millones de personas, la tasa de incidencia sería muy baja y probablemente indicaría que el medicamento no es peligroso para el hígado. Sin embargo, si se observaran 60 eventos de ALI grave en una población de 1.000 pacientes, reflejaría una tasa de lesión más alta y potencialmente más importante.
Para determinar las tasas de incidencia, Lo Re y su equipo, incluida la autora principal Jessie Torgersen, profesora asistente de Medicina, examinaron datos de registros médicos electrónicos de casi 8 millones de personas proporcionados por la Administración de Salud de Veteranos de los Estados Unidos que habían sido compilado desde 2000 hasta 2021. Cada persona no tenía enfermedad hepática o biliar preexistente (una afección que afecta los conductos biliares o la vesícula biliar) cuando comenzó a tomar cualquiera de los 194 medicamentos que se estudiaron. Cada uno de esos medicamentos fue analizado debido a la sospecha de que podrían causar daño al hígado, ya que cada uno tenía más de cuatro informes publicados de toxicidad hepática asociada con su uso.
En la otra cara de la moneda de la hepatotoxicidad, los investigadores encontraron ocho medicamentos que se clasificaron como los más hepatotóxicos según el número de informes de casos publicados, pero que en realidad deberían estar en el grupo menos tóxico para el hígado, con tasas de incidencia de menos de un grado grave. Evento ALI por 10.000 personas-año. Por ejemplo, las tasas de ALI grave para los medicamentos con estatinas, a menudo utilizadas para el colesterol alto, estaban en el grupo que tenía menos de un evento por cada 10.000 personas-año.
"El enfoque sistemático que desarrollamos permite medir con éxito las tasas de toxicidad hepática después de iniciar un medicamento", destaca Lo Re. "No fue sorprendente que los recuentos de los informes de casos no reflejaran con precisión las tasas observadas de lesión hepática aguda grave, dadas las limitaciones inherentes a los informes de casos".
Con estos hallazgos, los investigadores esperan que pronto se establezcan mecanismos dentro de los registros médicos electrónicos para alertar a los médicos para que supervisen de cerca las pruebas de laboratorio relacionadas con el hígado de los pacientes que comienzan a tomar un medicamento con una alta tasa observada de ALI grave. "Es importante destacar que nuestro enfoque ofrece un método que permite a las agencias reguladoras y a la industria farmacéutica investigar sistemáticamente informes de ALI inducida por fármacos en grandes poblaciones", finaliza Lo Re.