MADRID, 27 May. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) encuentran el primer biomarcador en sangre específico de miocarditis, capaz de discriminar esta miocardiopatía de otras como el infarto agudo de miocardio. Este descubrimiento es importante porque el diagnóstico de la miocarditis continúa siendo un reto y la disponibilidad de un marcador precoz, sensible y específico, de inflamación aguda miocárdica podría tener un gran impacto clínico.
Los resultados de este trabajo, asegura el doctor Valentín Fuster, Director General del CNIC, tienen una gran relevancia ya que validan el primer marcador en sangre que presenta una alta sensibilidad y especificidad (superior al 90%) para diagnosticar miocarditis y discriminar a los pacientes con esta enfermedad de otros con diferentes miocardiopatías como el infarto agudo de miocardio y también de otras enfermedades inflamatorias de origen autoinmune.
El estudio, que publica 'The New England Journal of Medicine' y está liderado por la doctora Pilar Martín, ha identificado la presencia de un nuevo microARN (miR-721 homólogo humano) en sangre exclusivamente en pacientes con miocarditis aguda. "Nuestro hallazgo puede convertirse en una nueva herramienta útil en la práctica clínica que permita un diagnóstico preciso y no invasivo de la miocarditis con tan solo una gota de sangre", añade Martín, cuyo proyecto está financiado con la Beca Leonardo para Investigadores de la Fundación BBVA.
La miocarditis es una enfermedad inflamatoria del corazón causada por patógenos infecciosos, toxinas, fármacos o trastornos autoinmunes, que si no se trata puede evolucionar a una miocardiopatía dilatada, a la necesidad de recibir un trasplante de corazón o incluso causar la muerte. Su prevalencia real sigue siendo incierta debido a la dificultad de lograr, en muchos casos, un diagnóstico confirmatorio.
La miocarditis, señala el investigador del CNIC Rafael Blanco-Domínguez, "es un diagnóstico final frecuente en pacientes con infarto agudo de miocardio sin enfermedad coronaria aterosclerótica obstructiva (MINOCA), una entidad clínica que se produce en alrededor del 10-20% de los pacientes que cumple los criterios de infarto de miocardio".
El diagnóstico de miocarditis suele establecerse tras descartar la enfermedad arterial coronaria mediante angiografía coronaria invasiva o tomografía computarizada (TC), y posterior confirmación mediante biopsia endomiocárdica (prueba diagnóstica "gold standard"). Debido a que la biopsia cardiaca es agresiva, suele reservarse para los casos graves.
Una alternativa a la biopsia es la resonancia magnética cardiaca (RMC), sin embargo, no está disponible en todos los centros. En este contexto, "disponer de un marcador de sangre validado es muy relevante debido a que ayudaría a realizar un diagnóstico rápido, no invasivo y evitando otra batería de pruebas", comenta Pilar Martín.
Además, añade la investigadora del CNIC la doctora Raquel Sánchez-Díaz, "pese que la causa más frecuente de miocarditis es una infección viral, también puede ser secundaria a algunos tratamientos de otras patologías. De hecho, la miocarditis es un efecto secundario que, aunque es muy raro, es potencialmente grave en pacientes con cáncer que están recibiendo un tratamiento con los inmunoterápicos llamados "immune checkpoint inhibitors".
No obstante, tampoco existen marcadores específicos para diagnosticar los pacientes susceptibles de desarrollar miocarditis durante el tratamiento del cáncer con inmunoterapia.
"El hallazgo del miR-721 tuvo lugar en el plasma de ratones con miocarditis autoinmune y viral. Este miRNA es sintetizado por las células autoinmunes Th17 que reconocen antígenos cardiacos derivados de proteínas como la alpha-miosina y atacan el miocardio, siendo responsables en gran medida de la fisiopatología de la enfermedad", explican el doctor Blanco-Domínguez y la doctora Sánchez-Díaz, primeros autores del trabajo.
Asimismo, el grupo identificó, clonó y validó el miRNA homólogo humano del miR-721, que no estaba descrito, demostrando que es sintetizado por las células Th17 de pacientes con miocarditis y que su expresión es exclusiva del plasma de estos pacientes.
Los investigadores señalan que estudios futuros con el biomarcador evaluarán su potencial para predecir el riesgo a corto y largo plazo, así como monitorizar la persistencia de inflamación miocárdica y el riesgo de recurrencias, de progresión clínica o de remodelado ventricular adverso.
Para Fuster, "este trabajo es un paradigma de cómo la investigación básica que se lleva a cabo en el CNIC contribuye al bienestar de la sociedad al trasladar a la clínica la investigación que llevamos a cabo en los laboratorios del centro". El CNIC es el único propietario de una patente relacionada con el biomarcador y su uso para el diagnóstico de miocarditis. Actualmente el CNIC está en contacto con socios industriales interesados en su licencia que puedan contribuir al desarrollo y comercialización para que la tecnología llegue a los pacientes.
El estudio ha contado con la financiación del Ministerio de Ciencia e Innovación (MICINN), a través del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII)-Fondo de Investigación Sanitaria; CIBERCV; Comunidad de Madrid; Beca Leonardo para Investigadores de la Fundación BBVA; Fundació La Marató TV3; European Research Council grants ERC-2011-AdG 294340-GENTRIS to F.S-M., and ERC-2018-CoG 819775-MATRIX to B.I., y Ministerio de Ciencia e Innovación (MICINN).