MADRID, 9 Dic. (EUROPA PRESS) -
Un grupo de investigadores del Cancer Center Clínica Universidad de Navarra (CCUN) ha descubierto que las citocinas inflamatorias, unas pequeñas proteínas liberadas tras la activación de las células CAR-T para tratar células tumorales, participan "directamente" en la aparición de efectos secundarios como la citopenia, que es la reducción de alguna o de todas las células sanguíneas maduras que afecta a la generación de glóbulos rojos, blancos o plaquetas.
Este tipo de tratamiento con células CAR-T es un procedimiento de inmunoterapia celular "especialmente indicado" para combatir diferentes tipos de cáncer, especialmente los de carácter hematológico, y consiste en extraer ciertas células inmunes del paciente y modificarlas genéticamente en el laboratorio para dotarlas de herramientas con las que, una vez reinsertadas en el cuerpo del paciente, sean capaces de reconocer y destruir eficazmente las células tumorales, lo que produce buenos resultados a pesar de los efectos secundarios, que se presentan sobre todo en pacientes con mieloma múltiple sometidos a esta terapia dirigida frente al antígeno BCMA, una diana terapéutica que expresan las células tumorales.
"El objetivo de este estudio ha sido entender por qué los pacientes con mieloma múltiple, tratados con terapia CAR-T frente a BCMA, presentan unas citopenias más profundas y prolongadas que pacientes con otras enfermedades tratados de forma similar. Esto nos permitiría adelantarnos y prevenir o mitigar las consecuencias de esta complicación", ha afirmado el investigador principal del Grupo de Terapias Inmunes del Cima Universidad de Navarra, el doctor Juan Roberto Rodríguez, en un comunicado.
El estudio, publicado en la revista 'Blood Advances', demuestra que la activación de las células CAR-T en presencia de las células tumorales produce una liberación de citocinas inflamatorias, que participan directamente en las citopenias al afectar la producción de las células hematopoyéticas.
Para ello, los investigadores han realizado un análisis de los datos de 48 pacientes del CCUN con mieloma múltiple refractario y que ha incluido, entre otras cuestiones, la caracterización de la cinética de la citopenia y un análisis de marcadores inflamatorios.
Los resultados han mostrado que la incidencia de la citopenia entre estos pacientes ha sido del 95,7 por ciento y que, en el caso de la trombocitopenia --escasez de plaquetas-- o de la neutropenia --reducción de los neutrófilos--, ha sido del 57 por ciento.
Asimismo, han realizado experimentos en el laboratorio utilizando herramientas de secuenciación masiva, para estudiar los mecanismos moleculares que inducen este efecto.
El director del Área de Terapia Celular de la Clínica Universidad de Navarra, el doctor Felipe Prósper, ha explicado que se ha logrado "dar otro paso más al identificar estas proteínas que tienen un papel central en la toxicidad que se produce como efecto secundario".
"Con estos descubrimientos abrimos la posibilidad a trabajar en neutralizarlas para minimizar sus efectos y proteger la función de las células madre hematopoyéticas", ha añadido.