MADRID 28 Mar. (EUROPA PRESS) -
Por primera vez los investigadores han identificado regiones específicas del cerebro que resultan dañadas por la hipertensión arterial y pueden contribuir al deterioro de los procesos mentales y al desarrollo de la demencia, según publican en el 'European Heart Journal', la revista de l sociedad Europea de Cardiología.
Se sabe que la hipertensión interviene en la demencia y daña las funciones cerebrales y ahora el estudio muestra cómo ocurre. Se reunió información procedente de una combinación de imágenes de resonancia magnética (IRM) del cerebro, análisis genéticos y datos observacionales de miles de pacientes para estudiar el efecto de la hipertensión arterial en la función cognitiva. A continuación, los investigadores comprobaron sus resultados en otro gran grupo de pacientes de Italia.
Tomasz Guzik, catedrático de Medicina Cardiovascular de la Universidad de Edimburgo (Reino Unido) y de la Facultad de Medicina de la Universidad Jagellónica de Cracovia (Polonia), que dirigió la investigación, explica que, "mediante esta combinación de técnicas de imagen, genéticas y observacionales, hemos identificado partes específicas del cerebro que se ven afectadas por los aumentos de la presión arterial, entre ellas unas zonas denominadas putamen y regiones específicas de la sustancia blanca".
"Pensamos que estas zonas podrían ser aquellas en las que la hipertensión afecta a la función cognitiva, como la pérdida de memoria, la capacidad de pensar y la demencia --recuerda--. Cuando comprobamos nuestros hallazgos estudiando a un grupo de pacientes italianos con hipertensión, descubrimos que las partes del cerebro que habíamos identificado estaban efectivamente afectadas".
"Esperamos que nuestros hallazgos puedan ayudarnos a desarrollar nuevas formas de tratar el deterioro cognitivo en personas con hipertensión arterial --continúa--. Estudiar los genes y las proteínas de estas estructuras cerebrales podría ayudarnos a comprender cómo afecta la hipertensión al cerebro y causa problemas cognitivos".
Resalta que, "además, observando estas regiones específicas del cerebro, se podría predecir quién desarrollará más rápidamente pérdida de memoria y demencia en el contexto de la hipertensión arterial. Esto podría ayudar a la medicina de precisión, de modo que podamos dirigir terapias más intensivas para prevenir el desarrollo de deterioro cognitivo en los pacientes de mayor riesgo".
La hipertensión arterial es común y se da en el 30% de las personas de todo el mundo, con un 30% adicional que muestra las fases iniciales de la enfermedad. Los estudios han demostrado que afecta al funcionamiento del cerebro y que puede provocar cambios a largo plazo. Sin embargo, hasta ahora no se sabía exactamente cómo daña la hipertensión al cerebro ni qué regiones concretas se ven afectadas.
En una investigación cofinanciada por el Consejo Europeo de Investigación, la Fundación Británica del Corazón y el Ministerio de Sanidad italiano, el profesor Guzik y un equipo internacional de investigadores utilizaron datos de imágenes de resonancia magnética cerebral de más de 30.000 participantes en el estudio UK Biobank, información genética de estudios de asociación de genoma completo (GWAS) de UK Biobank y otros dos grupos internacionales (COGENT y el Consorcio Internacional para la Presión Arterial), y una técnica llamada aleatorización mendeliana, para ver si la hipertensión arterial era realmente la causa de cambios en partes específicas del cerebro en lugar de estar simplemente asociada a estos cambios.
"La aleatorización mendeliana es una forma de utilizar la información genética para comprender cómo una cosa afecta a otra --explica Guzik--. En concreto, comprueba si algo está causando potencialmente un efecto determinado, o si el efecto es sólo una coincidencia. Funciona utilizando la información genética de una persona para ver si existe una relación entre los genes que predisponen a una presión arterial más alta y los resultados".
Añade que, "si existe una relación, es más probable que la hipertensión sea la causa del resultado. Esto se debe a que los genes se transmiten aleatoriamente de padres a hijos, por lo que no están influidos por otros factores que podrían confundir los resultados. En nuestro estudio, si un gen causante de la hipertensión también está relacionado con determinadas estructuras cerebrales y su funcionamiento, esto sugiere que la hipertensión puede ser la causa de la enfermedad".
Los investigadores descubrieron que los cambios en nueve partes del cerebro estaban relacionados con una mayor presión arterial y una peor función cognitiva. Entre ellas se encontraba el putamen, una estructura redondeada situada en la base de la parte frontal del cerebro, responsable de regular el movimiento e influir en diversos tipos de aprendizaje.
Otras zonas afectadas eran la radiación talámica anterior, la corona radiata anterior y la extremidad anterior de la cápsula interna, que son regiones de sustancia blanca que conectan y permiten la señalización entre distintas partes del cerebro. La radiación talámica anterior participa en funciones ejecutivas, como la planificación de tareas cotidianas simples y complejas, mientras que las otras dos regiones intervienen en la toma de decisiones y la gestión de las emociones.
Los cambios en estas zonas incluían disminuciones del volumen cerebral y de la superficie de la corteza cerebral, cambios en las conexiones entre distintas partes del cerebro y cambios en las medidas de la actividad cerebral.
El primer autor del estudio, el profesor asociado Mateusz Siedlinski, también investigador de la Facultad de Medicina de la Universidad Jagellónica, señala que el estudio "ha identificado, por primera vez, lugares específicos del cerebro potencialmente asociados de forma causal a la hipertensión arterial y el deterioro cognitivo".
La coautora del estudio, la profesora Joanna Wardlaw, Jefa de Ciencias de Neuroimagen de la Universidad de Edimburgo (Reino Unido), apunta que "se sabe desde hace tiempo que la hipertensión es un factor de riesgo de deterioro cognitivo, pero no estaba claro cómo daña la hipertensión al cerebro".
"Este estudio demuestra que determinadas regiones del cerebro corren un riesgo especialmente elevado de sufrir daños por la presión arterial, lo que puede ayudar a identificar a las personas con riesgo de deterioro cognitivo en las fases más tempranas y, potencialmente, a dirigir las terapias de forma más eficaz en el futuro", concluye.