MADRID 21 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los científicos han identificado por primera vez 42 variantes genéticas que están asociadas de forma fiable con la dislexia, un tercio de las cuales se habían relacionado previamente con la capacidad cognitiva general y el rendimiento educativo. Los investigadores afirman que sus hallazgos, publicados en la revista 'Nature Genetics', ayudan a comprender la biología que explica por qué algunos niños tienen dificultades para leer o deletrear.
Se sabe que la dislexia es hereditaria, en parte debido a factores genéticos, pero hasta ahora se sabía poco sobre los genes específicos que se relacionan con el riesgo de desarrollarla.
El estudio, dirigido por la Universidad de Edimburgo (Reino Unido) con participación de investigadores de Australia, Países Bajos y Estados Unidos, es el mayor estudio genético sobre la dislexia realizado hasta la fecha. Los estudios anteriores que relacionaban la dislexia con genes específicos se habían realizado en un número reducido de familias y las pruebas eran poco claras, afirma el equipo de investigación. En él han participado más de 50.000 adultos a los que se les ha diagnosticado dislexia y más de un millón de adultos que no.
Los investigadores analizaron la asociación entre millones de variantes genéticas con el estado de la dislexia y encontraron 42 variantes significativas. Algunas de ellas están asociadas a otras condiciones del neurodesarrollo, como el retraso del lenguaje, y a las habilidades de pensamiento y el rendimiento académico. Muchas, sin embargo, son novedosas y podrían representar genes que se asocian más específicamente con procesos esenciales para el aprendizaje de la lectura.
Muchos de los genes asociados a la dislexia también están asociados al trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Se encontró un solapamiento mucho menor de los genes asociados a la dislexia para las condiciones psiquiátricas, de estilo de vida y de salud.
Varias de las variantes genéticas asociadas fueron también significativas en una muestra de habla china, lo que sugiere que hay procesos cognitivos generales en el aprendizaje de la lectura que no dependen del tipo de lengua.
Los investigadores afirman que fueron capaces de predecir la capacidad de lectura y ortografía de niños y adultos de otros cuatro estudios de investigación utilizando la información genética del estudio, pero no con la precisión necesaria para su uso diagnóstico.
La investigadora principal, Michelle Luciano, de la Facultad de Filosofía, Psicología y Ciencias del Lenguaje de la Universidad de Edimburgo, afirma que el estudio arroja luz sobre muchas cuestiones sin respuesta en torno a la dislexia. "Nuestros resultados muestran que las diferencias genéticas comunes tienen efectos muy similares en niños y niñas, y que existe un vínculo genético entre la dislexia y la ambidestreza --. Trabajos anteriores sugerían que algunas estructuras cerebrales podían estar alteradas en las personas con dislexia, pero no encontramos pruebas de que los genes lo expliquen".
"Nuestros resultados también sugieren que la dislexia está muy relacionada genéticamente con el rendimiento en las pruebas de lectura y ortografía, lo que refuerza la importancia de las pruebas estandarizadas para identificar la dislexia", concluye.