MADRID, 8 Jul. (EUROPA PRESS) -
Científicos de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, han identificado variantes genéticas raras, que portan una de cada 3.000 personas, que tienen un mayor impacto en el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 que cualquier otro efecto genético identificado anteriormente, según publican en la revista 'Nature Communications'.
Se cree que la diabetes de tipo 2 se debe en parte a factores genéticos heredados, pero muchos de estos genes son aún desconocidos. Los estudios previos a gran escala han dependido de métodos eficientes de "genotipado de matriz" para medir las variaciones genéticas en todo el genoma. Este enfoque suele ser bueno para captar las diferencias genéticas comunes entre las personas, aunque individualmente cada una de ellas sólo confiere pequeños aumentos del riesgo de diabetes.
Los últimos avances técnicos han permitido realizar una medición genética más exhaustiva mediante la lectura de las secuencias completas de ADN de más de 20.000 genes que codifican las proteínas en los seres humanos.
Las proteínas son moléculas esenciales que permiten el funcionamiento de nuestro cuerpo. En concreto, este nuevo enfoque ha permitido por primera vez estudiar a gran escala el impacto de las variantes genéticas raras en varias enfermedades, incluida la diabetes de tipo 2.
A partir de los datos de más de 200.000 adultos del estudio del Biobanco del Reino Unido, los investigadores de la Unidad de Epidemiología del Consejo de Investigación Médica (MRC) de la Universidad de Cambridge utilizaron este enfoque para identificar las variantes genéticas asociadas a la pérdida del cromosoma Y.
Se trata de un conocido biomarcador del envejecimiento biológico que se da en una pequeña proporción de los glóbulos blancos circulantes en los hombres y que indica un debilitamiento de los sistemas de reparación celular del organismo. Este biomarcador se ha relacionado anteriormente con enfermedades relacionadas con la edad, como la diabetes de tipo 2 y el cáncer.
En sus resultados, los investigadores identificaron variantes raras en el gen GIGYF1 que aumentan sustancialmente la susceptibilidad a la pérdida del cromosoma Y y también multiplican por seis el riesgo de que un individuo desarrolle diabetes de tipo 2. En cambio, las variantes comunes asociadas a la diabetes de tipo 2 confieren aumentos de riesgo mucho más modestos, normalmente muy inferiores a dos veces.
Aproximadamente 1 de cada 3.000 personas es portadora de una variante genética de GIGYF1. Su riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2 es de alrededor del 30%, en comparación con el 5% de la población en general. Además, las personas portadoras de estas variantes presentaban otros signos de envejecimiento más generalizado, como una menor fuerza muscular y más grasa corporal.
Se cree que GIGYF1 controla la señalización de la insulina y del factor de crecimiento celular. Los investigadores afirman que sus hallazgos lo convierten en un objetivo potencial para futuros estudios con el fin de comprender los vínculos comunes entre el envejecimiento metabólico y el celular, y para informar sobre futuros tratamientos.
El doctor John Perry, de la Unidad de Epidemiología del MRC y uno de los autores principales del trabajo, explica que "la lectura del ADN de un individuo es una forma poderosa de identificar las variantes genéticas que aumentan el riesgo de desarrollar ciertas enfermedades. En el caso de enfermedades complejas como la diabetes de tipo 2, muchas variantes desempeñan un papel, pero a menudo sólo aumentan nuestro riesgo en una cantidad mínima. Esta variante concreta, aunque rara, tiene un gran impacto en el riesgo de un individuo", añade.
Por su parte, el profesor Nick Wareham, director de la Unidad de Epidemiología del MRC, añade que los resultados ponen de manifiesto "el apasionante potencial científico de la secuenciación de los genomas de un gran número de personas. Confiamos en que este enfoque traerá consigo una nueva y rica era de descubrimientos genéticos informativos que nos ayudarán a comprender mejor enfermedades comunes como la diabetes de tipo 2 --continúa--. De este modo, podremos ofrecer mejores formas de tratar, o incluso prevenir, esta enfermedad".
Las investigaciones en curso tratarán de entender cómo las variantes de pérdida de función en GIGYF1 conducen a un aumento tan sustancial del riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2. Sus investigaciones futuras también examinarán otros vínculos entre los biomarcadores del envejecimiento biológico en adultos y los trastornos metabólicos.