El IMC podría estar engañándote: así cambia tu cuerpo con la edad sin que lo notes

Archivo - Mujer pesándose en una báscula. - RIKE_/ISTOCK - ARCHIVO

   MADRID, 19 Mar. (EDIZIONES) -

   El índice de masa corporal (IMC) es una medida ampliamente utilizada para evaluar si una persona tiene un peso saludable en relación con su altura. Se calcula dividiendo el peso en kilogramos por el cuadrado de la altura en metros (kg/m2). Su principal utilidad es identificar si una persona tiene bajo peso, normopeso, sobrepeso u obesidad, lo que ayuda a evaluar el riesgo de enfermedades relacionadas con el exceso de grasa corporal, como diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas e hipertensión

   Las personas con obesidad con IMC similares presentan diferencias significativas en la composición corporal en diferentes compartimentos corporales según su grupo de edad, como mayor grasa corporal, especialmente en las regiones centrales, y menor masa muscular en brazos y piernas, tal y como afirma un nuevo trabajo dirigido por de la Universidad de Módena y Reggio Emilia, en Italia.

   Es por ello que los expertos plantean la utilidad del IMC en un estudio que será presentado en el Congreso Europeo de Obesidad de este año (ECO 2025, Málaga, España, del 11 al 14 de mayo).

    Los autores sugieren que las personas con obesidad podrían experimentar una redistribución de sus compartimentos corporales (es decir, grasa y músculo) a medida que envejecen, en ausencia de cambios significativos en su IMC, lo que hace que el IMC sea una herramienta menos útil. En concreto, el trabajo fue realizado por investigadores de la Universidad de Roma "Tor Vergata" y la Universidad de Módena y Reggio Emilia (Italia) y la Universidad de Beirut (Líbano).

   Así, en este nuevo estudio, los autores se propusieron analizar las diferencias en la composición corporal total y segmentaria entre grupos de edad. Un total de 2844 adultos de ambos sexos con un índice de masa corporal (IMC) de 25 kg/m o superior, remitidos a la División de Nutrición Clínica del Departamento de Biomedicina y Prevención de la Universidad de Roma "Tor Vergata", se sometieron a evaluaciones de la composición corporal mediante absorciometría dual de rayos X (DXA).

EL IMC NO LO DICE TODO

    La muestra se categorizó en tres grupos de edad diferentes: adultos "jóvenes" (20 a 39 años), "de mediana edad" (40 a 59 años) y "de mayor edad" (60 a 79 años), que se compararon entre sí después de ser emparejados por peso corporal e IMC.

   Los machos mostraron una tendencia creciente en el porcentaje total de BF y una LM total decreciente, desde los grupos más jóvenes a los mayores, mientras que las hembras mantuvieron valores similares para estos compartimentos totales (% total de BF y LM) en los tres grupos de edad.

   Sin embargo, lo que es más interesante, los participantes de los grupos de edad media y mayor de ambos sexos mostraron un mayor porcentaje de grasa en el tronco de 1,23% de más a 4,21% de más y una menor masa magra apendicular (ALM) de 0,81 kg menos a 2,63 kg menos con respecto al grupo de edad más joven, revelando mayor grasa abdominal y menor masa muscular en brazos y piernas, a pesar del hecho de que todos los grupos de edad en este estudio tenían IMC similares.

   "Estos resultados indican claramente que no podemos basarnos únicamente en el IMC sin considerar el contenido y la distribución de la composición corporal en personas con obesidad en los diferentes grupos de edad, ya que las personas de mediana y avanzada edad presentan mayor adiposidad central y menor masa muscular que el grupo más joven", señalan los investigadores

   "Nuestros hallazgos abren nuevas vías para futuras investigaciones, ya que sugerimos que las personas con obesidad podrían experimentar una especie de redistribución dentro de sus compartimentos corporales (es decir, grasa y músculo) a medida que envejecen, sin cambios significativos en su IMC. En concreto, una mayor acumulación de grasa en el tronco y una disminución de la masa muscular en las extremidades", advierten.

IMPORTANTES CONSECUENCIAS NEGATIVAS PARA LA SALUD

   Los autores explican que esta redistribución puede tener importantes consecuencias negativas para la salud, como inflamación crónica leve, resistencia a la insulina y un mayor riesgo de diversas enfermedades cardiometabólicas, sin cambios significativos en el IMC.

   "En consecuencia, el uso del IMC se vuelve inútil y engañoso, y se necesitan futuras investigaciones para identificar nuevas herramientas que permitan detectar estos cambios en la masa grasa y muscular en esta población específica. Sin embargo, nuestros hallazgos requieren confirmación mediante estudios longitudinales", concluyen.