MADRID, 20 Nov. (EDIZIONES) -
Una investigación realizada por la NASA muestra que los astronautas procesan algunas tareas más lentamente en el espacio, pero no hay signos de deterioro cognitivo permanente, arrojando algo de luz sobre si el rendimiento cognitivo de los astronautas cambia mientras están en el espacio.
En el estudio, publicado en 'Frontiers in Physiology', se ha trabajado con 25 astronautas que pasaron un promedio de seis meses en la Estación Espacial Internacional (ISS), investigadores de los EEUU para examinar los cambios en una amplia gama de dominios del rendimiento cognitivo. Este conjunto de datos constituye la muestra más grande de datos de rendimiento cognitivo de astronautas profesionales publicada hasta la fecha.
"Hemos demostrado que no hay evidencia de ningún deterioro cognitivo significativo ni de un deterioro neurodegenerativo en los astronautas que pasaron seis meses en la ISS", declara la doctora Sheena Dev, investigadora del Laboratorio de Salud Conductual y Rendimiento de la NASA y primera autora del estudio . "Vivir y trabajar en el espacio no se asoció con un deterioro cognitivo generalizado que pudiera indicar un daño cerebral significativo".
Para llegar a esta conclusión, los astronautas se sometieron a una serie de pruebas desarrolladas para evaluar una variedad de dominios cognitivos mediante 10 subpruebas. Para cada una de estas pruebas, los investigadores midieron la velocidad y la precisión en cinco momentos: antes de la misión, al principio y al final del vuelo respectivamente, así como a los 10 y 30 días después del aterrizaje. Los resultados mostraron que las respuestas a las tareas que evaluaban la velocidad de procesamiento, la memoria de trabajo y la atención eran más lentas que en la Tierra, pero no eran menos precisas.
Sin embargo, estos cambios no persistieron por igual durante mucho tiempo. "Por ejemplo, el rendimiento más lento en la atención solo se observó al principio de la misión, mientras que el rendimiento más lento en la velocidad de procesamiento no volvió a los niveles iniciales hasta después de que la misión terminara y la tripulación regresara a la Tierra", señala Dev.
En general, el rendimiento cognitivo de los astronautas fue estable y los investigadores no encontraron evidencia que sugiriera daño al sistema nervioso central durante una misión espacial de seis meses.
Los resultados mostraron que algunos dominios cognitivos eran más susceptibles de verse afectados que otros. "Incluso en la Tierra, la velocidad de procesamiento, la memoria de trabajo y la atención son dominios cognitivos que pueden mostrar cambios temporales cuando una persona está bajo estrés. Otros dominios, como la memoria, son menos vulnerables a los factores estresantes. Por ejemplo, si tienes un día muy ajetreado pero no pudiste dormir mucho la noche anterior, es posible que sientas que es difícil prestar atención o que necesitas más tiempo para completar las tareas", explica Dev.
Los astronautas también están expuestos a estos factores estresantes, pero otros factores estresantes adicionales que son exclusivos del espacio también tienen su efecto. "Descubrimos que los ámbitos más vulnerables mientras los astronautas están a bordo de la ISS son los mismos que son más susceptibles a los factores estresantes en la Tierra", comentan los autores.
Los investigadores comentan que su estudio puede ayudarlos a comprender qué cambios en el rendimiento cognitivo podrían esperarse cuando los humanos se desplazan a entornos extremos. Sin embargo, lo que el estudio no demostró es por qué se produjeron esos cambios, advirtieron los investigadores. Tampoco se propuso evaluar si el rendimiento operativo de los astronautas se vio afectado. "Podría ser que incluso en áreas en las que se observaron descensos, los astronautas aún pudieran compensar y completar sus tareas de manera efectiva", aclara Dev.
Una vez que los astronautas comiencen a viajar más profundamente en el espacio (a la Luna o Marte, por ejemplo), estos datos de la órbita baja de la Tierra también pueden proporcionar una comparación que puede ayudar a detectar más rápidamente los cambios cognitivos provocados por una mayor exposición a la radiación y retrasos prolongados en las comunicaciones, concluyeron los investigadores.